Capítulo 29: Una trampa
De ninguna manera podría esto estar pasando, era una situación horripilante, una pesadilla. Lucifer estaba en un recuerdo, o en otro mundo paralelo donde se mostraba que hubiera sido de Alastor si su vida hubiera continuado sin la presencia de Lucifer, ya no sabía si estaba en un pasado o presente, miró su reloj con enojo, pues tenía muchas preguntas y ninguna respuesta, estaba enojado no sabía si el mundo en el que estaba con el humano Alastor ya había dejado de existir o simplemente se había puesto en pausa.
Oh, mi querida Natalia, ¿Como te la estas pasando el día de hoy? Espléndido, ¿No es así? -preguntó Alastor con un tono familiar.
Lucifer observó a Alastor con una mirada extrañada, pues ese tono era similar al tono de voz que utilizaba con otros pecadores y lords del infierno, un tono que ocultaba algo, un tono que tenía malas intenciones.
¿Al? -preguntó Lucifer aunque ya sabía que no podía ser escuchado.
¡Vaya Al! Esta es una fiesta increíble -dijo una voz conocida.
Pensábamos que nos ibas a decepcionar pero... tal vez, has cambiado -dijo otra voz conocida.
Frank y Eric, me alegra que hayan venido -dijo Alastor.
No hay manera -Lucifer negó con su cabeza.
Bueno, bueno, lo prometido es deuda -dijo Alastor en un tono burlón-. Disfruten camaradas, yo tengo que preparar algunos preparativos.
Alastor se separó de los tres individuos.
Aún es un perdedor -dijo Frank.
Los otros dos empezaron a reír y por la expresión de Alastor, los había oído. Su mirada y sonrisa que mostraba una felicidad falsa se torno a una oscura. Alastor sube las escaleras, las cuales tenían una reja para mascotas, posiblemente para que nadie pasara, Lucifer lo sigue y Alastor camina hacia la última habitación. El humano castaño sacó una pequeña llave de su bolsillo del saco y abre la puerta, Lucifer posiblemente podría acceder rápidamente, pero se esperó a que el humano abriera la puerta y entrara a la supuesta habitación del terror.
La habitación parecía ser normal, bueno... normal para un coleccionista. Era una habitación que guardaba de todo. Había un librero con libros muy viejos, algunos con telaraña, una mesa larga que sostenía velas, perfumes y alguna joyas, pinturas y cuadros de todo tipo de lugares; desde un amanecer en la playa, como una tormenta en una ciudad. Había un espejo con grietas, unas bolas de cristal, ceniceros con colillas de cigarro y otros objetos nada exóticos. No había por qué asustarse, sin embargo había una energía extraña que no le hacía ninguna gracia al rey.
El humano se acercó a un armario, abre sus puertas y se encuentra con ropa colgada, zapatos, algunas cajas, y una trampilla en el piso, la abre, alarga sus brazos y comienza a hacer algo.
Un perdedor ¿ehh? -habló Alastor- Veremos si al final aún pueden sostenerlo, o mejor aún, sostenerse a sí mismo- suelta una risa tétrica.
¿Al? -preguntó Lucifer acercándose al castaño.
Lucifer abre sus ojos con horror al ver lo que había dentro de la trampilla de piso y se aleja, posa una de sus manos en el cabello.
Dentro de la trampilla en el piso había huesos, sangre seca, y la cabeza de un hombre, enredados en cables y también había un temporizador.
Lucifer utiliza su magia y ve más allá de lo que había debajo de la casa... una bomba. Los iba a matar a todos... a todos sus compañeros.
Al... tu no... -comenzaba a decir Lucifer.
Lucifer lo sabía, no era coincidencia de que Alastor cayera al infierno, él le había admitido que había matado a varias personas, pero aun así, estando a su lado como humano, de alguna manera, le dio la idea de que el castaño nunca sería capaz de hacer algo así. Lucifer sintió un escalofrío, el mismo que había sentido cuando su humano le había enseñado aquella puerta de la habitación, incluso sin haber entrado.
Así que era esto -confirmó Lucifer.
A Lucifer no le dio escalofrío la habitación porque hubiera algo tétrico, sino porque era un lugar destinado, esa habitación, de colecciones extrañas estaba destinada a ser un lugar oscuro.
No, no dejaré esto... no, tiene que, tiene que haber... -Lucifer se estaba poniendo nervioso, intentaba mover el reloj de arena para activar algo, cualquier cosa, que le hiciese regresar.
El reloj comenzaba a girar, como si se tratase de un remolino de arena que estuviera fuera de control, y a brillar con una intensa luz. Lucifer desapareció y volvió a aparecer en otro lugar.
Ahhh -Lucifer inhaló una gran bocada de aire, como si se hubiera estado ahogando en el océano. Al abrir los ojos se encontró en un nuevo lugar. Se encontraba sentado en lo que parecía ser un bosque lúgubre cubierto por una espesa neblina, estaba chispeando un poco. Se levantó y sacudió las hojas y el polvo que se quedaban colgando en sus ropajes.
¿Entonces, como presenciaste este suceso? -preguntó una voz masculina.
Lucifer siguió una luz que sobresaltaba en la neblina, al parecer no estaba solo, cuando finalmente se encontró con las personas que estaban hablando se encontró con una atrocidad.
Frente a él, estaba lo que era la cabaña de la abuela de Alastor, lo que quedaba, pues todo el lugar estaba hecho añicos, estaba destrozada, en cenizas y claro, no hay que olvidar, los cientos de cuerpos destrozados, exhibiendo tanto sus huesos como órganos, empapados de sangre y mugre. Alastor había logrado su cometido y ahora le estaba dando explicaciones falsas y con un llanto falso a la policía. Lucifer lo miró, y aunque ya sabía que este iba a ganarse un boleto en el infierno, aunque ya sabía que él iba a ser su pareja, aun sabiendo todas esas cosas, le causaba repugnancia y vergüenza ese estado.
Este no eres tú -dijo Lucifer.
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Destinados al Infierno
FanfictionFanfiction - Lucifer y Alastor son pareja oficial en el infierno, los exorcismos acabaron, sin embargo, Sera quiere su venganza y ataca nuevamente el hotel. Alastor es llevado al mundo humano y no tiene sus recuerdos del infierno, Lucifer tendrá la...