Capítulo 27: La casa del lago

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Capítulo 27: La casa del lago


Tétrico pero espectacular, en todos los ámbitos era hermoso. La abuela de Alastor les prestó su casa ubicada un poco lejos de la escandalosa ciudad, cerca de un bosque y un lago.

Es hermoso este lugar -comentó Lucifer, tenía un aura oscura pero también llena de belleza.

¿Verdad? Mi abuela siempre me invitaba a este lugar todos los fines de semana, cuando aún era tan solo un niño -contestó Alastor con cierta nostalgia y tristeza.

¿Estás bien? -preguntó Lu.

Mmm, me invitaba y todo estaba bien, pero cuando crecí, entendí que lo hacía para sacarme del contexto en el que me encontraba -Alastor comenzaba a adentrarse a la casa, la madera cruje sobre sus pies-. Mi padre era un imbécil y trataba muy mal a mi madre y a mí, así que, mi abuela siempre me sacaba de la casa cada vez que podía -explicó Alastor.

Lucifer posó una de sus manos en el hombro de Alastor y le dedicó la sonrisa más cálida posible.

La cabaña parecía vieja y embrujada, estaba habitada de varios muebles antiguos, algunos estaban con mucho polvo, pues parecía que estaban por exhibición y no por comodidad, había lámparas pequeñas y grandes, cuyas bases eran de madera, y tenían tela cubriendo los focos, cuadros de flores, la cocina estaba cubierta de azulejos de flores rosadas y amarillas, plantas verdaderas en macetas pequeñas y grandes de todas las formas cubriendo todas las habitaciones, alfombras rojas posicionadas tanto en la sala como en la cocina, y una escalera que llevaba supuestamente a las habitaciones.

Mira, dejame enseñarte algo -dijo Alastor tomando la mano de Lucifer y jalandolo hacia arriba de las escaleras.

Lucifer y Alastor se encuentran en un pasillo adornado con una alfombra tan larga que abarcaba perfectamente un pasillo con tres habitaciones.

Este es el cuarto de mi abuela, este es donde yo me quedaba y este... -Alastor señaló el último cuarto- es el cuarto del terror.

¿Ah? ¿Del terror? -preguntó Lucifer.

No se porque, pero cuando era pequeño me daba mucho miedo entrar a ese cuarto, está repleto de muñecas de trapo y porcelana, y cuadros de bosques oscuros y libros polvoreados -explicaba Alastor con cierto disgusto y extrañeza -. Así que evitaba entrar.

Lucifer miró hacia la habitación, entrecerró sus ojos y pudo sentir un aura extraña dentro de la habitación, incluso siendo el rey del infierno le ocasionó cierto escalofrío. Dio unos pasos hacia adelante pero Alastor lo detuvo.

Lu, no, tengo prohibido ese lugar -comentó Alastor.

Lucifer lo mira con unos ojos confusos.

Incluso tiene candado, y ella siempre tiene la llave -dijo Alastor.

Lucifer vuelve a mirar la habitación, había algo que no le gustaba de ese lugar. Regreso su mirada a su pareja y le sonríe.

Ambos estaban afuera decorando la casa, Lucifer se encontraba arriba de una escalera para decorar el tejado con una hilera de hojas otoñales con luces naranjas y negras, mientras que Alastor colocaba las calabazas, tanto pequeñas como grandes con diferentes rostros sobre varios lugares; como el pórtico, el camino empedrado, y algún puente que estaba sobre un pequeño río antes de llegar a la cabaña. Pues al final de todo, era otoño, se festeja el halloween, así que comenzaron a decorar con todo lo que habían traído.

Estas cosas parecen nuevas -comento Alastor.

¿A si? Las conservo en un buen estado -comentó Lucifer.

Aja, claro -comentó Alastor, pues habían discutido que para no gastar dinero, iban a traer decoraciones antiguas, pero el castaño se dio cuenta que Lu, había comprado muchas, muchas, muchaaasss decoraciones.

Oh, por favor, no hagas esa mirada -dijo Lucifer.

No tendrías que haber hecho esto -dijo Alastor.

Mira -decía Lucifer mientras saltaba de la escalera, la cabaña era grande, por lo tanto Alastor se asustó cuando Lu brincó al suelo, pero estaba sorprendido de que él no había ni titubeado por la caída -. La mayoría de esos universitarios, son idiotas y siempre serán idiotas. A diferencia de ti, que pudiste sacar una beca, ellos no, y no me refiero a que los ricachones sean idiotas -pues Lucifer era el rey supremo más adinerado del infierno-, pero estas personas, pfff, ¿para qué perder el tiempo? Te apoyo en hacer esta fiesta, pero para que ninguno pueda decir que esto haya sido una pérdida de tiempo, tenemos que hacer esto lo más épico posible -advirtió Lucifer.

Alastor sonríe.

Pero si al final no es tan grandiosa como esperábamos, no dejaré que nadie, absolutamente nadie te diga algo que te moleste -comentó Lucifer.

Una laguna comenzaba a formarse en los ojos del castaño, pero antes de soltar una lágrima, toma la mano del chico rubio, lo acerca un poco y le da un beso en los labios sorprendiendo al rey del infierno. El beso fue extremadamente rápido, podría ser incluso, que apareciera en el record guiness de lo rápido que fue.

Yo, no, lo siento, yo no.. es que yo.. no sé lo que pasó y yo... -comenzaba a decir Alastor.


Lucifer le sonríe, ya había besado y hecho otras cosas con Alastor, pero incluso así, su corazón estaba palpitando mil por hora, vuelve a tomar la mano de Alastor y con lentitud y permiso del humano comienza a acercar su cuerpo como su rostro. Alastor miraba sus ojos, pero cuando sintió el aliento de Lu, cerró sus ojos dándole permiso a su pareja, ambos se acercaron, sintieron sus respiraciones, el calor de sus manos, su palpitar, inclinaron un poco sus rostros y juntaron sus labios.

Este podría ser un beso también de récord guinnes, pues había durado un buen rato, al menos, eso pensaba Alastor, pues había sido su primer beso. Para Lucifer era una maravilla, pues había conseguido conquistar nuevamente el corazón del castaño-pelirrojo. Sin embargo, el dulce momento fue interrumpido por un crujir de hojas. Lucifer se separa de Alastor y lo protege empujándolo hacia atrás suyo con un brazo protector.

Tranquilo -dijo Alastor, aunque no sabía de dónde había sacado la fuerza para hablar.

Lucifer miró a sus alrededores y pudo observar un ciervo joven detrás de los árboles.

Destinados al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora