Capítulo 26: Bastante tiempo

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Capítulo 26: Bastante tiempo


Nefasto, estupido e idiota, el rey era un idiota, es lo que pensaba Adam todo el tiempo. Al principio fue divertido ver tanto al pecador en su forma humana; tímida y débil. Y también se divirtió de ver al rey del infierno en su forma empalagosa, pero se estaba pasando, los días se volvieron semanas y las semanas se volvieron meses, aunque era cierto, el tiempo del mundo humano pasaba más rápido que en los mundos celestiales e infernales, para el infierno, apenas había pasado un mes... pero, aun así, era molesto para Adam, hacer tantos viajes, ya no le hacía gracia. Lo único que lo apaciguaba y le detenía de matar al rey y al humano, es que ya era otoño, una de las mejores estaciones.

¿A dónde vas ingrato? -preguntó Adam.

Tanto Lucifer como Adam se encontraban en el apartamento y Lucifer comenzaba a acercarse a la entrada principal, pues era temprano y se dirigía a la desgraciada universidad.

Ya sabes que este jueguito de padre e hijo es falso, así que déjalo -dijo Lucifer.

Llevamos tres putos meses aquí, ¿Cuándo le quitarás el reloj al pecador? -preguntó Adam.

Ten paciencia -dijo Lucifer.

¡Paciencia es lo que menos tengo! -contestó Adam.

Lucifer abre la puerta, pero Adam la cierra, impidiendo que saliera.

Soy yo el idiota, que se está encargando de viajar tanto en el infierno como en el cielo para informarles de nuestro progreso -comenzaba a decir Adam-. Al cielo, déjame decirte, que no les importamos, y parece que tampoco le importa capturar a esa mujer loca y el infierno, ¿Te acuerdas de Charlie?, ¿Tu hija?, ¿Sabes que es ella y su noviecita loca son las que se están encargando del infierno? Y tú estás aquí, babeando por un humano y una adicción a la cafeína que no logro comprender. Eres patético -expresó Adam.

No se deja tocar fácilmente, le tiene miedo al contacto físico, al menos el íntimo -comentó Lucifer.

Aghh, no necesitaba saber eso -comentó Adam.

Y no se quita el reloj nunca -comento Lucifer.

Entonces, ¿Cuándo esperas amputar? -preguntó Adam.

Adiooos -dijo Lucifer saliendo y cerrando la puerta de manera brusca.

¡Quiero que regreses a las doce! -gritó Adam al abrir la puerta y sacar su cabeza para gritarle a su supuesto hijo rebelde.


Lucifer y Alastor habían terminado sus clases y ahora se encontraban caminando en un parque, era otoño, por lo tanto, los árboles estaban de varios colores como; verde, verde fuerte, naranja, rojo, amarillo. Las hojas caían, había un poco de viento y el cielo comenzaba a nublarse, parecía que iba a llover, pues algunas gotas de agua comenzaban a caer.

Adoro esta época -dijeron ambos mientras inhalaban con su olfato el buen clima; nublado y frío.

Ambos estaban tomados de la mano, se miraron con cariño y volvieron a ver el ambiente que tenían a su alrededor.

Lu -dijo Alastor.

¿Mande? -preguntó Lucifer.

Ah, no, nada yo... ¿Quieres ir a una librería? -preguntó Alastor nervioso.

Lucifer lo miro y sonríe con ternura, pero también con un poco de confusión. Pudo sentir por un momento que Alastor quería decirle un te amo pero al final se arrepintió.

Por supuesto -contestó Lucifer.


Ambos caminaban tomados de la mano, decidieron ir a una librería y conseguir solo libros de su interés propio, es decir; nada que tuviera que ver con sus carreras. Ambos estaban sentados en la cafetería de la librería, ambos con un café en mano y sus respectivos libros; Alastor adquirió libros de cómo hacer fiestas y mejorar en la socialización, mientras que Lucifer tenía unos libros que resumía las religiones de todos los países, haciéndole reír por la maravilla de los inventos de los humanos.

¿Te estás interesando en la religión? -preguntó Alastor.

Algo -Lucifer mostró una sonrisa.

Mmm -sonrió Alastor.

¿Y tú? ¿Por qué tantos libros de; ¿cómo hacer amigos?, ¿cómo mejorar en la socialización? y eso es ¿101 ideas para hacer una fiesta alocada y convertirte en el más popular?, ¿De qué trata todo eso? -preguntó Lucifer.

Mmm -Alastor gimió de pena.

¿Quieres hacer una fiesta? -preguntó Lucifer.

Bueno... yo... no sé, ¿Te parece una mala idea? Digo, no tenemos amigos en la universidad, además yo no soy nadie y yo, bueno... -Alastor no pudo continuar su balbuceo, pues Lucifer le llenó la boca con un panecillo que habían comprado- ¿Mghh? -se preguntó Alastor atónito a la acción del rubio.

Nunca, pero nunca, digas que no eres nadie, ¿de acuerdo? -advirtió Lucifer.

Alastor mordió el panecillo y le sonrió al rubio- Gracias, ¿Qué te parece la idea?, hacer una fiesta - comentó Alastor.

¿Tienes un motivo oculto? -preguntó divertido Lucifer.

No, yo no, es decir, estamos a fin de curso y bueno, ha sido fantástico el hecho de nosotros dos y ya pero... ammm... -trataba de decir Alastor.

Te gustaría conocer más gente -término Lucifer.

Yo... -Alastor estaba apenado.

Eres un chico fascinante Alastor, solo... te toco mala suerte con esos sujetos -dijo Lucifer y Alastor lo mira con esperanza-. Por supuesto, te apoyaré en lo que quieras hacer, ¿Quieres hacer una fiesta? Hagamos una fiesta, ¿Quieres saltar de un puente? Saltemos los dos, yo siempre estaré contigo, no te atrevas a cuestionarlo nunca -dijo Lucifer.

Lu... -Alastor estaba con un sonrojo en sus mejillas.


Lucifer termina su café y recoge los libros de Alastor para dirigirse a la caja y pagarlos- ¿Nos vamos? Tenemos mucho que planear.

Alastor sonríe y se dirige a su pareja para abrazarlo y salir de la biblioteca. 

Destinados al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora