Capítulo 11: Se trata de nosotros

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Capítulo 11: Se trata de nosotros


Detestable, eso pensaba Alastor mientras observaba al rey, no le quedaba más que apretar sus puños, como sus dientes.

¿Eso es todo? -preguntó Alastor.

¿Qué? ¿Quiéres la enciclopedia? -preguntó Lucifer, estaba enojado, pero aun asi comienza a soltar todos sus sentimientos- Eres una buena persona aunque no lo pretendas, eres simpático, tienes un buen gusto musical y culinario, me divierto contigo, eres encantador, de la vieja escuela, comprendes cosas que otros no, tus chistes de humor negro me divierten y comparto las mismas ideologias, me gusta pelearme contigo, me gusta bailar contigo, me gusta acostarme contigo, abrazarte y besarte, ¡Me gustas idiota! Ahora ya... ¡LARGO! -gritó Lucifer.

Alastor lo mira atónito, no se podía creer lo que estaba escuchando. El rey del infierno no solo le había declarado sus sentimientos, sino que, de alguna forma, le comento todas sus virtudes, aquellas que incluso pensó que había perdido. En toda su vida humana, como en la infernal, nadie lo había consentido, nadie lo había mimado, nadie le quería, siempre era lo contrario, aplastado y humillado, pero Lucifer, el supuesto mal encarnado, realmente estaba frente suyo, declarando su amor hacia él, un pecador, un asesino, alguien sin valor.

Por favor, ya vete -susurro Lucifer con gran cansancio.

No -dijo Alastor.

Bien -susurro Lucifer, estaba cansado y empezó a retirarse.

Alastor sujeta el brazo de Lucifer.

Yo... yo también te... -trataba de decir Alastor.

¿Ah? -preguntó Lucifer.

Alastor suspira, tenía que confesar sus sentimientos, pero si no podía decirlas, entonces no le quedaba de otra que...


Canción: All The Things She Said (Tatu, 2002) (Cambiada en el fic).


Alastor: Todas las cosas que él dijo, todas las cosas que él dijo, corren por mi mente, corren por mi mente, corren por mi mente. Todas las que él dijo, todas las cosas que él dijo, corren por mi mente, corren por mi mente. Todas las cosas que él dijo... Esto no es suficiente...

Alastor mira a Lucifer y toma ambas manos.

Alastor: Estoy metido en una mierda seria, me siento totalmente perdido. Y si estoy pidiendo ayuda es solo porque estar contigo me ha abierto los ojos, ¿Cómo podía imaginar una sorpresa tan perfecta? Sigo preguntándome, preguntándome como aun cerrando mis ojos no puedo borrarte. Quiero volar a un lugar donde solo estemos tu y yo. Nadie más para que podamos ser libres.

Lucifer abraza a Alastor.

Ambos: Todas las cosas que él dijo, todas las cosas que él dijo, corren por mi mente, corren por mi mente, corren por mi mente. Todas las que él dijo, todas las cosas que él dijo, corren por mi mente, corren por mi mente. Todas las cosas que él dijo... Esto no es suficiente...Esto no es suficiente.

Lucifer extiende sus alas y con Alastor en sus brazos sale del palacio y comienza a volar lo más alto que podía. Lucifer miraba a Alastor con dulzura pero también con un poco de confusión, pues no sabía si era correcto o si el pecador sentía lo mismo que él. Alastor capta esa mirada, con una mano acerca el rostro del rey y lo besa en sus labios.

Alastor: Estoy confundido, me siento acorralado y apresurado. Dicen que es mi culpa, pero le quiero demasiado. Quiero volar lejos donde el sol y la lluvia caigan sobre mi rostro, limpiando toda la vergüenza. Cuando se detienen y me miran fijamente, no me importa...

Ambos: Porque yo siento por él, lo que él siente por mí.

Alastor: Puedo intentar aparentar, puedo tratar de olvidar, pero me está volviendo loco, me hace perder la cabeza.

Ambos: Todas las cosas que él dijo, todas las cosas que él dijo, corren por mi mente, corren por mi mente, corren por mi mente. Todas las que él dijo, todas las cosas que él dijo, corren por mi mente, corren por mi mente... Esto no es suficiente...Esto no es suficiente.

Lucifer posa una de sus manos en el rostro del pecador y lo besa dulcemente en sus labios. Alastor abraza fuertemente al rey, sujetándose y apostando al amor. Una pequeña lágrima cae de los ojos del pecador y Lucifer la limpia con un beso.

Alastor: Mamá mírame, dime ¿Qué es lo que ves? Si, he perdido mi mente.

Lucifer: Papá mírame, ¿Alguna vez seré libre?, ¿He cruzado la línea?

Te amo, Lucifer -confesó Alastor.

Lucifer mira sorprendido a Alastor y aunque no lo quisiera, sus ojos empezaron a cristalizarse y una lágrima sale de ellos.

Y yo te amo a tí, Alastor -confesó Lucifer con labios temblorosos.


Ambos se miran con amor y sin ningún tipo de confusión, ambos estaban decididos. Entonces, tanto Lucifer como Alastor se dieron cuenta de algo, no estaban cayendo a los pies del otro, estaban ascendiendo al amor correspondido, al parecer, sus destinos, si estaban entrelazados.

...

Pasó un día después de eso. Lucifer estaba muy feliz leyendo un libro en la sala del hotel de su hija, la cual estaba jugando... creando una escena teatral con sus huéspedes y amigos como actividad para redimir. Alastor por otro lado, se encontraba en unas calles más oscuras y peligrosas del infierno, en las cuales no se dejaba de ver cómo los pecadores y diablillos robaban y mataban sin parar. Eso le causaba mucha risa al pecador. Las calles estaban sucias, destruidas, los edificios estaban abandonados y solo algunos postes de luz tienen la suficiente energía para no dejar en total penumbra. De la nada, en un pasillo igual de oscuro aparece una pequeña luz.

Mmm, vaya lugar para encontrarnos -dijo Alastor.

¿Lo has conseguido? -pregunto el ser que estaba escondido entre las sombras.

Así es, el rey ha caído -contestó Alastor con una gran sonrisa.

De las sombras aparece Sera- Muy bien chico, déjame preparar algo y muy pronto ambos conseguiremos lo que siempre hemos querido.

Alastor estaba sonriendo... parecía... satisfecho. 

Destinados al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora