Capítulo 30: La abuela

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Capítulo 30: La abuela


Odio y miedo, era lo que Lucifer percibió de Alastor. Como una sombra bajo un árbol, espero que los policías se tragaran la historia del castaño y este pudiera retirarse de la escena del crimen. Lucifer lo siguió hasta que finalmente salió del bosque y entraron a la ciudad, Alastor se encaminó hacia su casa, cuando entraron Lucifer pudo finalmente conocer la abuela de Alastor.

Mi querido niño -la abuela recibió a Alastor con un abrazo, aunque Alastor estuviera empapado de sangre de sus compañeros.

Hola baba -habló Alastor sin corresponder el abrazo, sus brazos colgaban y tenía una mirada seria y cansada.

Me imagino que has logrado tu cometido -comentó la abuela.

Lucifer los miro con intriga.

Así es, están todos muertos -comentó Alastor.

Excelente, maravilloso -felicito la abuela al separarse del abrazo.

Abuela.... -enunció Alastor.

Esto es más que perfecto -dijo la abuela.

Abue... -volvió a llamar Alastor.

Así nadie podrá interponerse -dijo la abuela.

¿Realmente era necesario matarlos? -preguntó Alastor enojado, aunque parecía que su corazón se partía en mil pedazos.

La abuela con un dedo le niega al castaño y hace sonidos con su boca, como si estuviera tratando al castaño como un niño pequeño.

Mi lindo niño, ¿Que no lo ves? Así no tendrás obstáculos en tu carrera - dijo la anciana.

Eran molestos, pero no creo que ... -decía Alastor.

A los molestos se les manda a la hoguera -expresó la anciana.

Pero esto no... ¡Mierda! ¡Mira mis manos! Yo... esto es... - empezaba a decir el castaño, temblando y observando todo su cuerpo lleno de sangre de sus compañeros. Pues aunque estuviera fuera de la exploxion, la sangre y la mugre alcanzó a mancharlo mientras se escondía en el bosque.

Ay, mijo, te acostumbraras, ¿Quien crees que se encargó de tu padre? -preguntó la abuela.

¿Qué? La... la cabeza era de... -preguntó asustado Alastor.

¿De quién más si no? ¿Acaso tu madre no te lo ha dicho? -preguntó la abuela.

Efectivamente, la cabeza que Alastor observó dentro de la trampilla del armario, era la cabeza de su padre, en ese momento estaba en shock por lo que estaba preparando: la sorpresa de la fiesta y no le puso mucha atención, en su negación, su culpa y su miedo por su cometido no le puso interés y simplemente pensó que era una de las colecciones raras de su abuela.

Yo no... no sé de qué me estás hablando -comentó Alastor.

Soy asesina -confesó la anciana.

Alastor da unos pasos atrás.

Y ahora tú también lo eres, estoy demasiado orgullosa de ti -dijo la anciana apretando los cachetes del castaño.

Pero... tu... -el castaño estaba nervioso, algunas lágrimas amenazaban su salida.


Era más que obvio que la abuela era ese tipo de personas, no tenía que haber confesado, en el momento en el que su abuela le ordenó activar la bomba y matar a sus compañeros, sabía que había algo malo en su persona favorita, pero por eso precisamente obedeció. Amaba mucho a su abuela y jamás le diría que no. Sabía que una bomba mataría a sus compañeros, sabía que si él lo activaba iba a ser cómplice y asesino, sabía que si la abuela lo había preparado, ella era asesina también, lo sabía, lo entendía, pero aun así, no le pudo decir que no. Intentó ponerse una máscara de villano, de psicópata, estar sonriendo todo el tiempo, pero aun así, la culpa no lo dejara dormir nunca más.

Vamos, es hora de festejar, date una ducha y arréglate, que estas muy guapo como para no presumir, te esperare en ese hermoso restaurante -la abuela se despide con un beso en la mejilla de su nieto y se va de la casa.

Lucifer miró con indiferencia a la anciana, cuando cerró la puerta observó atentamente a su humano, estaba temblando, tapa su boca y rápidamente sale corriendo al baño, efectivamente, segundos después, Alastor estaba vomitando en la taza del baño. Lucifer trató de poner una mano sobre su hombro, pero como era de esperarse, esta traspasó su cuerpo.

Al... -dijo compasivamente Lucifer.

No es justo... agghhh -Alastor se dirige al lavamanos, toma un vaso y lo rellena con agua, toma un sorbo y escupe, vuelve a realizar la acción.

Alastor... -dijo Lucifer, pero no fue escuchado.

Yo no... no... esto no... -Alastor no pudo más y sus lágrimas comenzaban a salir

Prendió la llave de la tina y colocó su ropaje en ella, veía como la sangre comenzaba a esparcirse en el agua, se dirigió nuevamente al lavabo y encendió la llave, se vio en el reflejo de su espejo, un cuerpo lleno de cicatrices y una alma destrozada, estira sus manos y comienza a limpiarse.


Cancion: If I killed someone for you (Alec Benjamin, 2018)


Alastor: Lamento haber hecho esto. La sangre está en mis manos. Miro fijamente mi reflejo. No sé quien soy. Practico mi confesión. En caso de que tome la culpa. Diré que aprendí mi lección. Seré un hombre mejor. Estoy empacando mis cosas. Y también limpio las paredes. Enjuago mi ropa. Y caminó por los pasillos. Lo hice por ella. Así que no siento nada. No sé lo que ella me dirá. Esperaré su llamada.

Alastor rompe el espejo, y sangre escurre de su mano.

Alastor: ¿Me amarías más si mato a alguien por ti? ¿Sostendrás mi mano? Son las mismas que usé cuando maté a alguien por ti. ¿Me entregarias cuando digan que ando suelto? ¿Me ocultaras cuando mi cara esté en las noticias? Porque mate a alguien pot ti...

Alastor escucha unas patrullas. Se acerca a su ventana y cierra las cortinas. Tiene miedo. Cierra sus ojos y se encuentra con flashbacks rápidos de la fiesta, la bomba, su abuela...

Alastor: Escucho las sirenas acercarse. Veo las luces brillantes. Estoy conduciendo por los suburbios. Usando mi disfraz. Tocó su puerta para mirarla a sus ojos. Le digo que soy yo, pero ella no me reconoce. ¿No ves que estoy corriendo? Digo: Necesito un lugar para ocultarme. Necesito preguntarte algo. ¿Puedes por favor dejarme entrar? Solo déjame explicarte. No te voy a mentir. Se que entenderas. Si me dejas pasar la noche...

Alastor se levanta y comienza a caminar por la casa para romper y destruir todo a su paso, cuadros, pinturas, macetas, espejos, adornos, muebles, todo, todo con sus manos lo desgarraba, lo rompía en mil pedazos, lo golpeaba, utilizando solo sus puños que no dejaban de desangrarse.

¡AHhhhhhhh! -grito Alastor de una forma tan desgarradora que a Lucifer no le toco de otra que apartarse.


A Lucifer le dolía ver a su Alastor de esa manera, tanto inocente como humano o tan boca floja como pecador, le dolía ver su dolor. 

Destinados al InfiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora