Capítulo 36: Un día más

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Narra Mew

-Desperté al lado de Gulf con la luz del sol filtrándose suavemente por la ventana de su departamento. No había mejor sensación en el mundo que abrir los ojos y encontrarme con su rostro tranquilo, durmiendo profundamente. Todo en ese momento me parecía tan correcto, como si todas nuestras diferencias, nuestras peleas, y las complicaciones de nuestras vidas se desvanecieran en el simple hecho de estar juntos. Pero sabía que no todo era tan fácil.

--Lo observé unos minutos más antes de levantarme con cuidado para no despertarlo. Me puse una camiseta de Gulf que había dejado en la silla y me dirigí a la cocina. Sabía que debía irme pronto a mi casa, a mi "otra" vida, la vida que me ataba a compromisos que no quería, pero por ahora, quería disfrutar de estos pequeños momentos que tenía con Gulf.

--Decidí hacer el desayuno. Quería que al menos nos quedáramos con ese último gesto simple pero significativo antes de regresar a la realidad. Preparé unas tostadas con huevos y café, nada complicado, pero con mucho cariño. Mientras cocinaba, mis pensamientos volvían a la conversación que habíamos tenido la noche anterior. El simple hecho de saber que Gulf había estado dispuesto a darme una segunda oportunidad me llenaba de una mezcla de gratitud y ansiedad. Lo amaba profundamente, pero cada día que pasaba, sentía que la cuerda sobre la que caminábamos se hacía más delgada. No sabía cuánto más podría seguir así.

--Cuando el olor del café inundó el ambiente, Gulf finalmente se despertó y salió de la habitación, todavía con los ojos adormilados pero con esa sonrisa que siempre me hacía sentir en casa.

Gulf: -Buenos días, amor -dijo mientras se acercaba para darme un suave beso en la mejilla.

Mew-Buenos días -respondí sonriendo-. Preparé desayuno.

--Nos sentamos a comer juntos, y aunque no hablamos demasiado, el silencio entre nosotros era cómodo, lleno de entendimiento. No había necesidad de palabras. El simple hecho de estar juntos era suficiente.

-Sin embargo, el tiempo apremiaba, y lo sabía. Terminé de comer y me levanté de la mesa con un suspiro.

Mew: -Tengo que irme. Debo arreglarme para el trabajo -le dije, sintiendo una punzada de tristeza al decir esas palabras.

-Gulf asintió, aunque noté la pequeña sombra de decepción en sus ojos.

Gulf: -Está bien, amor. Cuídate, ¿sí? -me dijo mientras se levantaba también-. Te amo mucho.

Mew: -Y yo a ti -respondí, dándole un último beso antes de irme.

--Sabía que Gulf se quedaba con ganas de más, y la verdad, yo también. Pero nuestra situación era lo que era, y no podía ignorarlo. Mientras cerraba la puerta del departamento detrás de mí, sentí el peso de mi doble vida cayendo sobre mis hombros nuevamente. Sabía que al regresar a casa, no solo tendría que enfrentarme a mi trabajo, sino también a Puifai.

--Llegué a mi casa con el corazón pesado, y en cuanto abrí la puerta, ahí estaba ella, esperándome con una expresión que ya conocía demasiado bien.

Puifai: -¿Dónde estuviste anoche? -me preguntó sin preámbulos, cruzada de brazos y con una mirada que quemaba de frustración.

Mew: -Me quedé en la casa de Bright -respondí con una calma fingida, aunque ya sabía que esa excusa no la iba a convencer.

--Puifai arqueó una ceja, escéptica. Su enojo era evidente, y en sus ojos había una mezcla de dolor y desconfianza que solo complicaba más las cosas.

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