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El caos finalmente llegó. Unas semanas más tarde, la tensión entre la Orden y los Mortífagos alcanzó un punto de ruptura. Bellatrix había sido llamada por Voldemort para una misión importante, y Hermione sabía que las cosas estaban a punto de empeorar.

El día de la batalla final, Hogwarts estaba bajo asedio. La guerra entre la Luz y la Oscuridad había comenzado, y Hermione se encontraba en medio del caos, luchando no solo por su vida, sino también por lo que quedaba de su amor prohibido.

Finalmente la batalla  alcanzó su punto culminante. El campo de batalla estaba lleno de gritos, hechizos y caos. Hermione, en medio de la confusión, trataba de encontrar a Bellatrix entre los combatientes. La desesperación la guiaba, sabiendo que cada segundo que pasaba podría ser el último.

De repente, vio a Bellatrix enfrentándose a varios miembros de la Orden, su figura destacando en la lucha. Hermione sintió un nudo en el estómago y corrió hacia ella. El riesgo era grande, pero no podía dejar que le pasara algo a la mujer que amaba.

Cuando Hermione llegó, vio a Bellatrix recibiendo un hechizo de muerte dirigido por uno de los miembros de la Orden. Hermione, sin pensar en las consecuencias, se lanzó hacia adelante. Con un grito desesperado, usó un hechizo de escudo para bloquear el ataque justo a tiempo.

Bellatrix se giró, sorprendida al ver a Hermione frente a ella. "¡Hermione, ¿qué haces aquí?!"

"No podía dejar que te pasara nada," respondió Hermione con voz temblorosa. "Esto se ha vuelto demasiado peligroso."

Bellatrix miró a Hermione con una mezcla de preocupación y gratitud. "No tienes idea de lo que estás arriesgando."

"No me importa," dijo Hermione con firmeza. "No voy a permitir que te lastimen. Vamos a salir de aquí."

Con el caos a su alrededor, Bellatrix asintió y se unió a Hermione. Juntas, lucharon contra los enemigos que se les acercaban, usando sus habilidades combinadas para abrirse camino a través del campo de batalla.

Mientras avanzaban, Bellatrix le lanzó una mirada a Hermione, su expresión suavizándose. "No puedo creer que estés arriesgando tanto por mí."

Hermione sonrió, aunque su rostro estaba cansado y sucio. "No hay nada en lo que no te apoyaría."

En medio de la batalla, un grupo de mortífagos avanzó hacia ellas, creando un nuevo peligro. Bellatrix se volvió hacia Hermione con una expresión decidida. "Necesitamos un plan para salir de aquí. No podemos seguir así para siempre."

Hermione asintió. "Debemos encontrar una forma de salir y reunirnos con la Orden. Podemos buscar ayuda."

Con un esfuerzo combinado, encontraron un camino hacia una salida menos custodiada. A medida que se alejaban de la batalla, Bellatrix miró a Hermione con una expresión llena de incertidumbre. "¿Qué pasará después de esto? ¿Qué haremos con lo que hemos vivido?"

Hermione se detuvo, sosteniéndola por los hombros. "Lo enfrentaremos juntas. Sin importar lo que digan los demás, nosotros tomaremos nuestras propias decisiones."

Bellatrix la miró fijamente, con un destello de esperanza en sus ojos. "Tal vez... tal vez hay algo de verdad en lo que dices."

A medida que se acercaban a un lugar seguro, encontraron un rincón donde podían descansar y recuperarse. La batalla estaba aún en su apogeo, pero al menos estaban lejos del peligro inmediato.

Hermione se volvió hacia Bellatrix, su rostro preocupado. "Tienes que saber que esto no será fácil. La Orden no aceptará nuestra relación y habrá consecuencias."

Bellatrix asintió, pero tomó la mano de Hermione con una determinación renovada. "No me importa. Estoy dispuesta a enfrentar lo que venga, si eso significa estar contigo."

Hermione sintió un alivio momentáneo al ver la resolución en los ojos de Bellatrix. "Entonces, enfrentemos esto juntas. No dejaremos que el miedo nos controle

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