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Los días pasaron, y aunque se encontraban en secreto, la tensión en el mundo mágico seguía aumentando. Hermione hacía todo lo posible por mantener su relación oculta, pero sabía que no podría hacerlo para siempre. Las miradas de desconfianza que Ron y Harry le dirigían se volvían más evidentes, y sus intentos por distanciarse emocionalmente de Bellatrix solo parecían avivar su deseo de estar cerca de ella.

Una noche, mientras caminaba por los pasillos de Hogwarts, Hermione fue interceptada nuevamente, esta vez por Ron. Su rostro mostraba una mezcla de ira y confusión, y Hermione supo de inmediato que algo andaba mal.

"Tenemos que hablar", dijo Ron, su tono serio.

Hermione asintió, sintiendo que su corazón se hundía. Sabía que este momento llegaría.

Se dirigieron a una de las salas vacías del castillo, donde Ron cerró la puerta detrás de ellos. Hermione no podía evitar sentir una especie de claustrofobia emocional, sabiendo que lo que estaba a punto de decir podría romper para siempre la relación que había tenido con Ron.

"Harry me contó lo que está pasando", comenzó Ron, su voz controlada, pero llena de rabia contenida. "No lo entiendo, Hermione. ¿Cómo puedes estar con ella? Después de todo lo que ha hecho, después de todo lo que nos hizo a todos nosotros... ¿Cómo?"

Hermione cerró los ojos, sintiendo el dolor de las palabras de Ron. Sabía que su relación con Bellatrix era incomprensible para los demás. "No espero que lo entiendas, Ron. Apenas lo entiendo yo misma. Pero... lo que siento por Bellatrix es real."

Ron la miró como si no pudiera creer lo que estaba escuchando. "¿Real? ¿Cómo puedes decir eso? Ella es... ¡Bellatrix Lestrange! ¿Has olvidado todo lo que hizo? ¿Todo el sufrimiento que causó?"

Hermione negó con la cabeza. "No lo he olvidado. Nunca lo olvidaré. Pero las cosas no son tan simples como parecen, Ron. Hay... algo entre nosotras que no puedo ignorar."

"¡Algo!" gritó Ron, sus ojos llenos de furia. "¿Sabes lo que suena todo esto? Como si estuvieras bajo un maldito hechizo."

Hermione dio un paso hacia él, sus ojos llenos de lágrimas. "No lo estoy, Ron. Esto no tiene nada que ver con la magia oscura o los hechizos. Es... más complicado que eso. Es amor, Ron, por retorcido que parezca."

Ron la miró durante unos segundos, como si estuviera buscando algo, alguna señal de que lo que ella decía no era cierto. Pero al no encontrar nada, su expresión se endureció. "No puedo aceptar esto, Hermione. No puedo ver cómo te destruyes de esta manera. No voy a dejar que ella te arrastre con ella."

"Bellatrix no me está destruyendo", respondió Hermione con calma. "Esto es mi decisión."

Ron sacudió la cabeza con incredulidad y dolor en sus ojos. "No eres la misma persona que conocí, Hermione."

Y con esas palabras, Ron se dio la vuelta y salió de la sala, dejándola sola, su corazón roto por la inevitable verdad de que había perdido algo importante

Esa noche, Hermione no pudo dormir. Las palabras de Ron resonaban en su cabeza, haciéndola cuestionar una vez más si lo que estaba haciendo valía la pena. Sabía que amar a Bellatrix tenía un precio, y tal vez ese precio era perder todo lo demás.

Pero cuando, horas después, volvió a ver a Bellatrix, supo que, a pesar de todo, no podía dejarla. Porque, por caótica y peligrosa que fuera su relación, era lo único que se sentía real.

La tensión entre sus mundos se intensificaba, y Hermione sabía que el día en que todo colapsara se acercaba. Pero mientras estuvieran juntas, estaba dispuesta a enfrentarlo todo

Destinos EntrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora