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Con el tiempo, Hermione y Bellatrix se establecieron plenamente en su nueva vida. La rutina diaria les permitió formar una base sólida, y la comunidad del pueblo comenzó a aceptar y valorar su presencia. Bellatrix, en particular, comenzó a encontrar una nueva identidad en su papel dentro del pueblo, alejándose cada vez más de su pasado oscuro.

Una tarde, mientras estaban en la cocina preparando la cena, Hermione se detuvo y miró a Bellatrix con una mezcla de intriga y cariño. "He estado pensando en algo."

Bellatrix levantó una ceja, intrigada. "¿Qué es?"

Hermione suspiró, buscando las palabras adecuadas. "Creo que hemos creado un lugar en el que podemos ser felices, pero me pregunto si deberíamos hacer algo más. Algo que marque un nuevo comienzo para nosotras, un símbolo de nuestro compromiso."

Bellatrix dejó el cuchillo y se giró hacia Hermione, su expresión curiosa. "¿A qué te refieres?"

Hermione tomó una pausa, su rostro iluminado por una mezcla de emoción y nerviosismo. "Quizás deberíamos considerar hacer algo simbólico, como una ceremonia. No tiene que ser grandiosa, pero algo que represente nuestro compromiso mutuo y el nuevo comienzo que hemos encontrado aquí."

Bellatrix miró a Hermione, tocada por la idea. "Eso suena... maravilloso. Nunca he pensado en algo así, pero me parece perfecto. Es una forma de celebrar lo que hemos logrado juntas."

Hermione sonrió, sintiendo una oleada de felicidad. "Entonces, comencemos a planearlo. Puede ser algo sencillo, solo nosotras dos y unos pocos amigos cercanos. Quiero que sea algo que refleje lo que somos y lo que hemos construido."

Destinos EntrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora