Con la llegada de su nieta Emma y el ritmo tranquilo de la vida diaria, Hermione y Bellatrix empezaron a sentir que su hogar estaba listo para un nuevo tipo de compañía. Aunque disfrutaban enormemente de su tiempo con Emma y su familia, sintieron que su hogar podía beneficiarse de la presencia de una mascota que trajera aún más alegría y energía a sus días.
Una mañana soleada, Hermione y Bellatrix decidieron ir a visitar un refugio de animales local. Habían hablado sobre la idea de adoptar un animal de compañía y estaban entusiasmadas con la posibilidad de encontrar a su nuevo amigo.
Llegaron al refugio y fueron recibidas por un voluntario amable que les mostró las áreas donde los animales estaban disponibles para adopción. La primera área que visitaron estaba llena de gatos, mientras que la siguiente era para perros.
"Hay tantas opciones," comentó Bellatrix, mirando a los animales con interés. "¿Qué tipo de mascota crees que sería la mejor para nosotras?"
Hermione pensó por un momento antes de responder. "Creo que un gato o un perro sería maravilloso. Me gustaría encontrar uno que se adapte bien a nuestra vida y que sea cariñoso."
Decidieron comenzar con los gatos. Recorrían las jaulas, conociendo a varios felinos que parecían amigables y curiosos. Finalmente, llegaron a una jaula con un gato de pelaje gris claro y ojos verdes brillantes que parecía especialmente atento. Se acercó a ellos con un suave maullido, frotándose contra la rejilla.
El voluntario les explicó que el gato se llamaba Oliver y que había sido encontrado en las calles. "Es un gato muy cariñoso y tranquilo. Parece que se lleva bien con todos."
Hermione se inclinó para acariciar a Oliver, que ronroneó contento. "Me gusta cómo se siente. Es tan dulce."
Bellatrix también se agachó para acariciar a Oliver, que se frotaba contra su mano. "Parece que él también nos ha elegido a nosotras."
Después de pasar un rato con Oliver, decidieron que era el gato perfecto para su hogar. Llenaron los formularios de adopción y prepararon todo para llevar a Oliver a su nueva casa.
Cuando llegaron a casa, prepararon un rincón especial para Oliver con una cama cómoda, comida y juguetes. El gato exploró con curiosidad su nuevo entorno, frotándose contra las piernas de sus nuevas dueñas y demostrando su gratitud con ronroneos suaves.
"Creo que Oliver estará muy feliz aquí," dijo Hermione mientras observaba al gato acomodarse en su nuevo lugar.
Bellatrix asintió, acariciando a Oliver. "Sí, definitivamente. Me alegra que hayamos decidido adoptar. Él ya parece sentirse en casa."
Durante las siguientes semanas, Oliver se adaptó perfectamente a su nuevo hogar. Se convirtió en una parte integral de la vida de Hermione y Bellatrix, siguiéndolas por la casa y disfrutando de las caricias y el cariño que recibía. Los días se llenaron de sus suaves maullidos y de la calidez de su compañía.
Cada vez que Lily y Theo visitaban con Emma, Oliver recibía una atención especial de todos. La presencia del gato aportaba una nueva dimensión de alegría y amor al hogar, y Hermione y Bellatrix disfrutaban viendo cómo Oliver se integraba en la vida familiar.
Una noche, mientras estaban sentadas en el salón con Oliver acurrucado entre ellas, Bellatrix miró a Hermione con una sonrisa. "Nunca pensé que un gato podría traer tanta felicidad. Oliver es una gran adición a nuestra familia."
Hermione acarició a Oliver, que ronroneaba contento. "Sí, ha sido una decisión maravillosa. Nos ha dado aún más razones para sonreír y disfrutar de cada día."
Con Oliver en sus vidas, Hermione y Bellatrix encontraron una nueva forma de compartir amor y alegría en su hogar. La llegada del gato había añadido una capa extra de felicidad y compañía, completando su vida con un toque de ternura y diversión.
