Con Lily en su primer año en Hogwarts, Hermione y Bellatrix encontraron que el tiempo que pasaban solas juntas era una oportunidad para reconectar y disfrutar de su amor. Decidieron que era el momento perfecto para una noche especial, un respiro de su rutina diaria para recordar lo que los había unido.
Una noche de viernes, Hermione y Bellatrix se prepararon para su cita. Hermione eligió un vestido elegante pero sencillo, mientras que Bellatrix optó por un conjunto refinado que reflejaba su estilo único. Ambas se miraron en el espejo, admirando el esfuerzo que habían puesto en arreglarse para la ocasión.
Salieron de casa, caminando de la mano hacia un encantador restaurante en el centro del pueblo, conocido por su ambiente íntimo y su excelente cocina. La velada prometía ser una mezcla de elegancia y romance, un recordatorio de los momentos especiales que habían compartido a lo largo de los años.
Cuando llegaron al restaurante, el maître les condujo a una mesa en una esquina tranquila, con una vista impresionante de las luces de la ciudad. Las velas en la mesa creaban una atmósfera cálida y acogedora, perfecta para una noche romántica.
Hermione y Bellatrix se sentaron y comenzaron a revisar el menú. Bellatrix tomó la mano de Hermione, mirándola con una sonrisa juguetona. "Esta noche es solo para nosotras. No hay interrupciones, solo buena comida y compañía."
Hermione sonrió, sintiendo el amor y la conexión que siempre había compartido con Bellatrix. "Lo sé. He estado esperando esta noche con ansias. Es una oportunidad para recordar por qué nos amamos y para disfrutar de nuestra vida juntas."
La cena transcurrió en un ambiente relajado y alegre. Compartieron platos exquisitos y brindaron con una copa de vino que habían seleccionado con cuidado. La conversación fluía naturalmente, abarcando recuerdos felices y sueños futuros
