Los días siguientes de su luna de miel fueron una mezcla de relajación y aventura. Explorarían los senderos cercanos, nadarían en el lago y disfrutarían de las vistas panorámicas que el lugar ofrecía. Pasaron mucho tiempo en la cabaña, disfrutando de su compañía en un entorno tranquilo.
Una tarde, mientras estaban en el bosque cercano, Bellatrix sorprendió a Hermione con un picnic improvisado. Habían encontrado un claro con una vista espectacular del valle, y Bellatrix había preparado una cesta con bocadillos y una botella de su vino favorito. Se recostaron en el suelo, rodeadas de naturaleza, disfrutando del momento.
Hermione se volvió hacia Bellatrix, su rostro iluminado por la luz del sol. "Este ha sido uno de los mejores momentos de mi vida. No solo porque estemos en un lugar tan hermoso, sino porque lo estamos compartiendo juntas."
Bellatrix sonrió, sus ojos llenos de amor. "Cada día contigo es un regalo. No puedo esperar para ver qué nos depara el futuro, pero sé que mientras estemos juntas, todo será maravilloso."
Mientras el tiempo pasaba, la luna de miel se convirtió en un recuerdo preciado, una celebración de su amor y de la vida que estaban construyendo juntas. El lugar que habían elegido no solo les ofreció un escape del mundo, sino también una oportunidad para fortalecer su vínculo y planificar su futuro con renovada esperanza y alegría.
Cuando llegó el momento de regresar a casa, lo hicieron con corazones llenos de amor y gratitud, listos para enfrentar cualquier desafío que les esperara con la confianza de que, juntos, podían superar cualquier cosa
