La batalla en Hogwarts había concluido con la victoria de la Orden, pero el precio que pagaron fue alto. Hermione y Bellatrix habían logrado sobrevivir, aunque el mundo que conocían había cambiado irrevocablemente.Ambas se encontraban en un lugar seguro, un refugio temporal en un lugar apartado donde podían recuperar fuerzas y tratar de entender lo que había sucedido. Los días siguientes fueron tensos, mientras intentaban encontrar un equilibrio entre su amor y la realidad que enfrentaban.
Hermione, exhausta, estaba sentada en una silla junto a una mesa llena de papeles y mapas, tratando de organizar los restos de la resistencia. Bellatrix, a su lado, estaba en silencio, con una expresión pensativa.
"¿Cómo podemos seguir adelante con todo esto?" preguntó Bellatrix, su voz apenas audible.
Hermione levantó la vista, viendo la preocupación en el rostro de Bellatrix. "No es fácil. Hay mucho que reconstruir y mucha gente a la que ayudar. Pero lo haremos, paso a paso."
"Y nosotras," Bellatrix hizo una pausa, "¿qué haremos con nosotras?"
Hermione dejó los papeles y se acercó a ella, tomando su mano. "No lo sé, Bellatrix. La gente no nos aceptará fácilmente. Pero lo que sé es que quiero intentarlo. Quiero que estemos juntas, sin importar los obstáculos."
Bellatrix miró su mano entrelazada con la de Hermione, su expresión mostrando una mezcla de vulnerabilidad y determinación. "Nunca imaginé que acabaría en esta situación. Mi vida ha sido un caos, y no sé si podré cambiar eso."
"Lo sé," dijo Hermione con suavidad, "pero podemos intentarlo. No tenemos que tener todas las respuestas ahora. Podemos encontrar nuestro propio camino