Shoto caminaba por el extenso corredor del castillo, sus pasos resonaban suavemente contra el mármol bajo sus pies. Los altos ventanales dejaban que la tenue luz del atardecer iluminara el interior, proyectando sombras alargadas en las paredes de piedra. Cada rincón del castillo estaba impregnado de una atmósfera solemne y expectante, una calma inquietante que solo parecía ser rota por las voces graves de los guardias y consejeros, quienes esperaban ansiosos la audiencia con su padre, el gran líder y guardián del reino, conocido como Endeavor.
Al cruzar la enorme puerta doble que conducía al salón del trono, Shoto notó el ambiente cargado de preocupación. En el centro, su padre se encontraba erguido, con la mirada fija y el ceño fruncido mientras escuchaba atentamente a uno de sus consejeros. Endeavor, con su porte imponente y su manto escarlata que le daba la apariencia de una llama perpetua, era una figura a la que pocos se atrevían a interrumpir.
—Majestad, nuestros exploradores han reportado avistamientos de dragones cerca de las fronteras del bosque —dijo el consejero, inclinando levemente la cabeza en señal de respeto. La voz resonó en el vasto salón, atrayendo la atención de todos los presentes.
Shoto sintió cómo una leve tensión se asentaba en sus hombros al escuchar la mención de los dragones. Aunque los dragones eran criaturas míticas en las historias antiguas, también representaban un peligro real. Había oído hablar de ellos en numerosas ocasiones, sobre todo de los más agresivos, los que podían devastar aldeas y cosechas en cuestión de minutos. Pero, en esta ocasión, una imagen fugaz de Kaisa apareció en su mente, deslizándose como una sombra en medio de sus pensamientos.
*Kaisa... ¿Sabrá ella del peligro que acecha en el bosque?* Shoto recordaba con claridad las veces que había visto a la joven ir hacia el bosque al amanecer, una rutina que ella cumplía casi sin falta. Le resultaba inevitable pensar en su seguridad ahora que los dragones habían sido avistados tan cerca.
Endeavor permanecía inmóvil, meditando las palabras de su consejero, su mirada afilada observaba el horizonte a través de una de las ventanas. Finalmente, se giró hacia sus subordinados y, con voz firme, ordenó:
—Refuercen la vigilancia en las fronteras. No quiero que ninguno de esos dragones se acerque más al territorio. Además, es crucial que mantengamos la calma entre los aldeanos; no necesitamos un pánico innecesario, especialmente ahora, con la celebración de la cosecha tan próxima.
La mención de la celebración de la cosecha hizo que el salón se llenara de murmullos. La festividad era uno de los eventos más esperados del año, un símbolo de prosperidad y abundancia para el reino. Las familias trabajaban durante semanas para preparar sus mejores ofrendas, y la noche del festival se llenaba de música, danzas y banquetes que celebraban la generosidad de la tierra. Pero este año, la amenaza de los dragones convertía esa celebración en un evento potencialmente peligroso, un blanco perfecto para cualquier criatura que habitara las profundidades del bosque.
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"La bruja y el guardián de las llamas." | Bakugo Katsuki.
FantasíaEn un bosque encantado donde la magia fluye con cada susurro del viento, Kaisa, una joven bruja, busca ingredientes para sus hechizos. Sin embargo, su tranquila misión se transforma en un encuentro inesperado cuando se topa con un dragón rojo, travi...