La cueva del clan estaba llena de vida. El sonido de las risas y las voces de los presentes resonaba en las paredes rocosas, mientras una fogata ardía en el centro, iluminando las figuras sentadas alrededor. Kaisa estaba acurrucada cerca de Bakugo, con sus piernas cruzadas sobre la piedra fría. A su lado, algunos de los dragones y sus amigos parecían disfrutar de un momento relajado, charlando sobre temas que iban desde batallas pasadas hasta bromas ligeras.
Denki, quien siempre tenía una sonrisa despreocupada, se recostó hacia atrás, mirando a la bruja con curiosidad. Tras un par de miradas furtivas hacia Bakugo, que se encontraba sentado con los brazos cruzados y la expresión habitual de irritación, Denki no pudo evitar romper el silencio con una pregunta que hizo que toda la cueva se callara de golpe.
—Oye, Kaisa, ¿cómo le hiciste para enamorarte de Bakugo? —preguntó, sin perder su tono juguetón.
Hubo un silencio momentáneo. Los ojos de los demás se centraron en Kaisa, mientras Bakugo se tensaba de inmediato, su mirada fija en Denki con una intensidad que podría derretir cualquier cosa que se le pusiera enfrente.
Kaisa levantó una ceja, sonriendo de lado ante la inesperada pregunta, sabiendo perfectamente que Denki no había hecho más que lanzar una provocación. Sin embargo, no estaba dispuesta a dejar que la intimidara.
—Oh, ¿crees que fue fácil? —respondió con tono relajado, cruzando los brazos. — Además, ¿quién dijo que me enamoré? Tal vez fue él quien se enamoró de mí.
Las carcajadas comenzaron a sonar por toda la cueva, con los dragones y amigos disfrutando de la broma. Denki no parecía impresionado, sin embargo, su sonrisa siguió presente.
—Claro, claro —dijo Denki, todavía con tono bromista. —Lo cierto es que todos sabemos que, si no fuera por ti, Bakugo no sabría cómo actuar en una conversación normal. Pero dime, ¿cuál fue el truco? ¿Magia? ¿Un hechizo secreto?
Los ojos de Bakugo se entrecerraron, lanzando miradas fulminantes a cada uno de los que se atrevían a seguir el juego. No dijo nada, pero su postura tensada dejaba claro que no le agradaba ni un poco la dirección que estaba tomando la conversación. Sin embargo, Kaisa, con su habitual serenidad, continuó con su respuesta sin perturbarse.
—La magia... —Kaisa sonrió con picardía, como si estuviera a punto de revelar un gran secreto—. La magia está en entenderse, ¿sabes? No hace falta un hechizo. A veces, solo basta con ser genuino y aceptar lo que tienes frente a ti.
El ambiente se llenó de un murmullo aprobador, pero el foco principal seguía siendo Bakugo. Él seguía observando a todos, su mirada de fuego haciendo que cualquiera que lo mirara directamente se sintiera como si estuviera en el centro de un campo de batalla. Sin embargo, sonriendo con naturalidad mientras el resto de los presentes, especialmente Denki, seguía la conversación.
—No sé, no sé... —dijo Denki, haciendo una mueca de desconfianza. —Para mí, debe haber algo más. Quiero decir, ¿cómo es posible que Bakugo, de todos los dragones, se haya dejado atrapar así de fácil?
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"La bruja y el guardián de las llamas." | Bakugo Katsuki x reader.
FantasyEn un bosque encantado donde la magia fluye con cada susurro del viento, Kaisa, una joven bruja, busca ingredientes para sus hechizos. Sin embargo, su tranquila misión se transforma en un encuentro inesperado cuando se topa con un dragón rojo, travi...