El sol irrumpía a través de la ventana, llenando la habitación con un resplandor suave pero insistente. Kaisa estaba profundamente dormida, su respiración era rítmica y serena, mientras un delgado hilo de saliva descansaba sobre su brazo. Su cabello, normalmente tan bien cuidado, ahora estaba alborotado y caía en mechones desordenados alrededor de su rostro. Aquel sueño dulce fue interrumpido abruptamente cuando el sonido de la puerta abriéndose llenó el cuarto.
— ¡Kaisa! —exclamó su madre, entrando con pasos decididos. Caminó directo hacia la ventana y, sin dudar, apartó las cortinas de un solo tirón, dejando que el sol llenara por completo la habitación.
Kaisa murmuró algo incomprensible, entrecerrando los ojos al sentir la luz sobre su rostro. Aún medio dormida, intentó cubrirse el rostro con el brazo, solo para notar la sensación pegajosa de la pequeña línea de saliva.
— ¡Mamá! —se quejó, su voz sonaba somnolienta y algo rasposa—. ¿Por qué tan temprano?
Su madre soltó una risa divertida al ver el estado de su hija.
— ¿Temprano? Ya es casi mediodía, querida. No sé qué andabas haciendo anoche, pero tienes que levantarte —dijo con un tono que combinaba paciencia y humor—. Y... bueno, mira ese cabello. Parece que un tornado pasó por aquí.
Kaisa hizo una mueca, sintiendo el leve enredo en su cabello mientras intentaba despejarse. Con esfuerzo, se incorporó, todavía con los ojos entrecerrados, y se frotó la cara, tratando de despejarse de los últimos vestigios de sueño.
— No es para tanto —refunfuñó con una sonrisa cansada, mientras su madre solo negaba con la cabeza, esbozando una sonrisa suave.
Mientras se levantaba y estiraba los brazos, Kaisa recordó fugazmente la velada de anoche y, sin quererlo, una leve sonrisa cruzó sus labios. Pero en ese instante, su madre la miró de reojo, como si pudiera leer sus pensamientos.
— Tienes algo en mente, ¿verdad? —comentó su madre, curiosa.
Kaisa bajó la mirada, sintiendo un leve sonrojo. Con su característico tono despreocupado, murmuró:
— Solo estaba pensando... que tal vez debería salir a caminar luego.
Su madre solo sonrió y le dio un suave toque en el hombro.
— Bueno, mejor empieza con el desayuno antes de cualquier otra cosa.
Kaisa asintió, pero se pasó una mano por el rostro, sintiéndose algo incómoda.
— Primero, creo que necesito una ducha —murmuró—. Me siento... pegajosa.
Su madre soltó una risa breve y asintió con comprensión.
— Está bien, cariño. Hay agua caliente, tómate tu tiempo —le respondió, con un tono amable.
Kaisa sonrió agradecida y se dirigió hacia el baño. Apenas cerró la puerta detrás de ella, sintió un leve tirón en el cuello, como un pequeño recordatorio. Frunció el ceño y llevó los dedos a la zona, palpando el ligero dolor que quedaba. Entonces, la imagen de la noche anterior surgió en su mente de forma intensa y vívida.
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"La bruja y el guardián de las llamas." | Bakugo Katsuki x reader.
FantasyEn un bosque encantado donde la magia fluye con cada susurro del viento, Kaisa, una joven bruja, busca ingredientes para sus hechizos. Sin embargo, su tranquila misión se transforma en un encuentro inesperado cuando se topa con un dragón rojo, travi...