"La bruja y el guardián de las llamas." | Bakugo Katsuki x reader.

Capítulo 21: Flores danzantes.

La brisa matinal envolvía las calles del pueblo, y el aroma a tierra húmeda se mezclaba con un toque floral que comenzaba a inundar cada rincón. Kaisa se encontraba en el centro de la plaza, sus manos alzadas, susurrando palabras apenas audibles mientras un suave resplandor de magia fluía desde sus dedos, tejiendo guirnaldas de flores silvestres que flotaban en el aire y se posaban delicadamente sobre las vigas de madera. A cada movimiento, pétalos de colores brillantes revoloteaban, embelleciendo el lugar con tonos vivos que parecían capturar la luz del sol.

Los habitantes del pueblo, dedicados en sus tareas, se movían con energía y emoción mientras ultimaban detalles. Algunos apilaban barriles de sidra, otros colgaban faroles de papel, y los más jóvenes se encargaban de colocar largas cintas de colores alrededor de los árboles. Era evidente que el festival traía consigo un espíritu especial, un respiro de los días comunes y una razón para celebrar juntos.

—¡Kaisa! —llamó Ochako, sonriendo al ver cómo las flores adornaban la plaza—. ¡Esto se ve increíble! Nunca imaginé que podríamos tener un festival tan bonito.

Kaisa le devolvió la sonrisa, sus mejillas ligeramente sonrojadas por el esfuerzo de mantener la magia fluyendo. —Gracias, Ochako. Solo intento que cada rincón tenga un toque único... Quiero que este festival sea inolvidable para todos.

Izuku se acercó, cargando un par de cajas llenas de linternas. —Nos faltan algunas luces para el camino que lleva al bosque. ¿Crees que podrías añadir algunas enredaderas allí también?

Kaisa asintió y, con un simple gesto, envió unas ramas verdes que se entrelazaron con las linternas, formando un arco natural que guiaba el camino. Todo parecía tomar vida propia, embellecido con sus pequeños toques de magia.

Justo en ese momento, el inconfundible sonido de cascos resonó en la distancia, y todos levantaron la vista. Al final del camino de piedras apareció el príncipe Shoto, quien desmontó con elegancia y observó en silencio el progreso de las decoraciones. Sus ojos fríos y calculadores recorrieron cada detalle, pero al ver la floración mágica de Kaisa, su expresión se suavizó, y una ligera sonrisa apareció en su rostro.

—Principe Shoto... —Kaisa hizo una reverencia y le dedicó una sonrisa de bienvenida—. Espero que le guste lo que estamos haciendo.

Shoto inclinó levemente la cabeza, mirándola con un destello de admiración en los ojos. —Es más de lo que esperaba. El pueblo parece... transformado. Has hecho un trabajo excelente.

La gratitud llenó el rostro de Kaisa, y ella continuó trabajando, agregando detalles a las decoraciones mientras los demás observaban en silencio la presencia del príncipe. Izuku, siempre dispuesto a ayudar, decidió acercarse a Shoto.

—Esperamos que este festival sea especial —comentó Izuku, sus ojos brillando con entusiasmo—. Es una tradición importante para todos, pero este año sentimos que podría ser aún más memorable.

Shoto asintió, mirando a Izuku con interés. —Estoy seguro de que será un éxito. Y creo que el esfuerzo de cada uno de ustedes será lo que realmente le dará vida al evento.

Poco después, Tenya apareció llevando una pila de sillas que acomodó con precisión cerca de la plaza. —Todos están trabajando en sincronía, como debería ser. La organización es clave para que todo se desarrolle sin problemas.

Ochako soltó una pequeña risa, divertida por la seriedad de Tenya. —Eres como el alma del orden aquí, Tenya. Sin ti, todos estaríamos perdidos.

Tenya levantó una ceja, aunque una sonrisa leve se asomaba en su rostro. —Solo intento mantener las cosas en su lugar. Todos tenemos roles importantes.