Capítulo 19: Vuelo peligroso.

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La luz de la mañana apenas se filtraba a través de las copas de los árboles cuando Kaisa, con una mezcla de incomodidad y desconcierto, se plantó frente a Bakugo, quien no podía contener una risa burlona

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La luz de la mañana apenas se filtraba a través de las copas de los árboles cuando Kaisa, con una mezcla de incomodidad y desconcierto, se plantó frente a Bakugo, quien no podía contener una risa burlona. Ella fruncía el ceño, mirándolo de reojo mientras tironeaba de la improvisada capa de hojas y ramas que él le había hecho ponerse.

—¿Era realmente necesario hacer esto? —preguntó, con tono incrédulo, cruzando los brazos y tratando de no perder su dignidad mientras le caían algunas hojas de la "capa".

Bakugo soltó una carcajada, genuinamente divertido al verla luchar con su apariencia "camuflada". La escena era para él una victoria en sí mismo, una pequeña revancha por todas esas veces que los dragones habían parecido más cautivados por Kaisa que por él. Estaba seguro de que había pocas cosas tan entretenidas como verla en esa situación.

—¡Por supuesto que era necesario! —contestó con una falsa seriedad, acercándose a ella para recolocar una de las ramas que amenazaba con caerse de su cabeza—. ¿O pensaste que podrías acercarte así como así?

Kaisa levantó una ceja, evaluando su expresión y buscando algún indicio de verdad en sus palabras. Sabía que Bakugo disfrutaba de hacerle pasar este tipo de momentos, pero tenía la esperanza de que, en algún nivel, hubiera algo de sinceridad en su explicación.

—No lo sé... Tú pareces hacer esto todo el tiempo sin necesidad de parecer un arbusto ambulante —replicó, colocando las manos en la cadera, visiblemente frustrada.

Bakugo sonrió de lado, un brillo travieso en sus ojos.

—Bueno, yo no tengo que ganarme su confianza, ¿o sí? —dijo, dándole un toque en la frente con el dedo índice, como si le estuviera recordando quién era el experto en la situación—. A ver, intenta no moverte tanto. Vas a espantar a los dragones antes de que te vean.

Con una mezcla de irritación y resignación, Kaisa decidió seguirle el juego. Avanzó unos pasos, tratando de no perder las hojas en el proceso, mientras Bakugo la observaba con los brazos cruzados y una sonrisa que parecía crecer a cada segundo. Ella se detuvo y le lanzó una mirada afilada.

—¿Te estás divirtiendo, verdad? —espetó, consciente de que su pregunta ya tenía una respuesta obvia.

Bakugo finalmente dejó escapar otra carcajada, inclinándose un poco hacia adelante, como si su propio disfrute no pudiera contenerse.

—¡Mucho! —admitió, sin tratar de ocultarlo—. ¿Y sabes qué? La verdad es que no era necesario para nada —confesó, y el tono burlón en su voz dejó claro que lo había planeado desde el principio—. Solo quería ver si te atrevías a hacerlo.

Kaisa sintió un calor subirle al rostro, una mezcla de vergüenza y enojo, aunque no pudo evitar reírse un poco también. Había sido una broma pesada, sí, pero al final, la chispa en los ojos de Bakugo tenía algo encantador. Negó con la cabeza, aún riendo levemente.

"La bruja y el guardián de las llamas." | Bakugo Katsuki x reader.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora