Capítulo 23: Bajo la luz del amanecer.

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Kaisa bajó la mirada, tratando de ocultar el leve sonrojo que teñía sus mejillas

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Kaisa bajó la mirada, tratando de ocultar el leve sonrojo que teñía sus mejillas. Avergonzada, sintió cómo la atmósfera seguía pesada, y su incomodidad crecía bajo las miradas curiosas de todos. Pero, sin que ella se lo esperara, Bakugo notó su expresión y resopló, dejando salir ese característico sonido de fastidio que siempre hacía con la boca. Sin decir ni una palabra, estiró su mano y, en un movimiento decidido, tomó la de Kaisa, entrelazando sus dedos con los suyos antes de jalarla hacia él.

Antes de que pudiera decir algo, Bakugo ya la estaba jalando, guiándola más adentro de la cueva, dejando atrás a sus amigos que miraban la escena boquiabiertos.

Denki soltó una risita nerviosa, incapaz de contener la sorpresa. Kirishima parpadeó varias veces, tratando de asimilar lo que acababa de ver, mientras Sero le dio una palmada en el hombro, ambos sin saber si debían reír o decir algo para suavizar la situación.

Sin embargo, fue Mina quien rompió el silencio, llevándose las manos a las mejillas, completamente emocionada.

—¡¿Vieron eso?! —exclamó, con un brillo en los ojos que denotaba pura alegría. —¡Finalmente! ¡No lo puedo creer, Bakugo y Kaisa juntos!

—Bueno, tal vez no "juntos" juntos... —murmuró Kirishima, tratando de mantener la compostura, aunque incluso él no podía ocultar la sonrisa en su rostro.

Mina negó con la cabeza, rebosante de emoción. —Oh, por favor. ¡Miren cómo se la llevó! ¡Eso tiene que significar algo!

Mientras tanto, Kaisa se dejó llevar, aún procesando lo que estaba pasando. Al avanzar más profundamente en la cueva, el sonido de las risas y la música fue quedando atrás, hasta que ambos quedaron rodeados por el silencio. Bakugo finalmente se detuvo, sin soltar su mano, y Kaisa lo miró, intentando descifrar el motivo de su reacción tan repentina.

—¿Por qué me trajiste aquí? —preguntó, con un tono que mezclaba sorpresa y curiosidad, aún sin entender.

Bakugo no la miró de inmediato, parecía estar pensando en las palabras adecuadas. Soltó su mano lentamente y se pasó una mano por el cabello, frustrado, pero al final se volvió hacia ella con una mirada intensa, llena de algo que Kaisa no pudo identificar de inmediato.

—Es tu culpa —dijo de pronto, su voz baja pero firme.

Kaisa frunció el ceño, sorprendida y confundida a la vez.

—¿Mi culpa? ¿De qué hablas? —preguntó, tratando de entender el peso en sus palabras.

Bakugo exhaló profundamente, desviando la mirada por un segundo antes de volver a enfocarse en ella, con una expresión de vulnerabilidad que rara vez mostraba. El tono en su voz cambió, siendo menos brusco y más sincero.

—Es tu culpa que me sienta así —murmuró, y aunque su tono parecía áspero, sus palabras estaban impregnadas de una verdad que nunca había admitido en voz alta. —Es tu culpa que, cada vez que estás cerca, no pueda concentrarme... Me tienes hipnotizado —añadió, su mirada recorriendo su rostro con intensidad.

"La bruja y el guardián de las llamas." | Bakugo Katsuki.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora