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💀El charro negro💀

Nos situamos en las oscuras calles de un remoto pueblito. La noche era fría y levemente se podía ver una neblina al raz de suelo. Pasos apresurados se escucharon por las apedradas calles, una joven muchacha caminaba rápidamente hacia su hogar, un mandado de último momento la hizo salir de su confortable hogar e ir al dispensado mas cercano por medicina para su abuelita. Eran pasadas las once, a segundos de ser las doce, cuando el reloj apuntó a las doce un griton se escuchó al otro lado del barrio..

—¡¡¡Son las doce y todo sereno!!!..

La joven apresuró su paso, podia sentir el aire fresco calar en sus pulmones. Su falda entorpecia sus movimientos, la recogió con su mano libre y continuó caminando.

Sonrió ampliamente cuando por fin llego a su destino, su perro "Chucho" no lado, algo extraño, pues el canino era el ser mas escandaloso que podria existir…

—Mija.. –salto asustada por la repentina aparición de su madre en el marco de la puerta, ni siquiera habia tocado la puerta para avisar que le abrieran, cuando su madre ya la estaba metiendo a la casona– ..entra mija..

—¿Como sigue la abuelita?.. –pregunto preocupada, quitándose el reboso y colocandolo en un mueble cercano–

Suu madre, Mebuki, tomó la canasta con las yerbas medicinales. Ambas caminaron hacia la cocina, donde Mebuki calentó agua en la estufa de leña y colocó las hierbas poco después…

—Pues como??.. Esa vieja es como la hierba mala.. –gruño molesta tomando una tela y estrujandola– ..Que dios lo tenga en sus santa gloria, ¡Pero no se como mi papa la podia aguantar!..

—Esta bien, e-esta bien la abuela??.. –preguntó incrédula. Mebuki asintió con la cabeza– ..¿Entonces las yerbas?..

—Nada mas fuistes para nada, la vieja sólo tenia un pedo atorado.. –Sakura se quiso reír, pero la cara enojada de su madre la hizo desistir– ..te amo tanto a ti y a tu padre, pero aveces odio que seas igual de impulsiva que el..

—Me asuste!!! la abuela dijo que podia ver al abuelo Edward esperandola en un campo de margaritas..

—Tonterias, tu abuela esta mas viva que.. ¿Que esta mas vivo?.. Bha, burradas.. pero mañana va a ver, si.. No le dare ninguno de los *cubiertos que preparamos.. –dijo estrujando con mas fuerza la tela. Sakura trago grueso– 

—Bueno, yo ya me voy a dormir.. –hablo, temerosa de que también le quitara sus preciados dulces–

—Que descanses mija.. –antes de que se fuera a su habitacion le dio la bendición–

…)

La casona en la que vivían era amplia, ventajas de que su padre fuera un terrateniente muy bien acomodado. Ella tenia el lujo de tener su propia habitación con tocador, una cama amplia y un ropero lleno de vestidos hermosos. Pero todo eso no le importaba, ella era humilde y de buen corazón.

Su padre se llama Haruno D. Kizashi, un ejidatario muy popular en el cultivo de maiz y frijol, y proximamente en el nopal. Que por cierto, ya entrados en el tema, venia ahorrando para hacerse de la hacienda “Las pencas”. Quedaba un poco lejos del pueblo, pero el lugar era el ideal para su proyecto.

..

—¡¡¡Mija!!! –gritó Mebuki desde la cocina–

Sakura bajo corriendo por las escaleras, vistiendo un hermoso vestido de falda semi ancha, con los hombros descubiertos y en tonalidad blanco, ademas de tener florecitas bordadas al final de la falda y en toda la linea de los hombros. Su largo cabello rosa estaba atado en un moño alto, y adornado con una peineta de cobre…

—Me llamó??.. –Mebuki gruñó al ver el calzado de la menor– ..¡¡¡Mama!!! ¡Sólo son unas botas!..

—Botas o no, eso no es el calzado de una señorita.. –reprendió la rubia, cogiendo una cuchara de la encimera y apuntando con ella a la menor–

—Oh por favor, Mebuki, cuando eras una jovencita te la pasabas con botas todo el día.. –hasta ahora se daba cuenta de la presencia de la mayor, una mujer ya entrada a los sesenta años, cabellera rubia, de ojos castaños y vestida como toda una dama, aunque se estuviera atragantando con unas enchiladas– ..esperando a que Kizashi apareciera y te invitará a dar la vuelta en su caballo..

—Mamá, no le de ideas erroneas a su nieta.. –dijo roja cual manzana madura– ...mejor comase sus enchiladas..

—Mi cafecito!!.. –movió su taza, esperando que la volviera a llenar–

Sakura río por lo bajo y tomo asiento junto a la mayor de las tres, se estiró un poco y beso su mejilla.

Las tres mujeres platicaron por un rato, mientras el desayuno se preparaba en la olla. Sakura les contó sobre un buen chisme que habia escuchado hablar de Ino, su mejor amiga. Segun ella, algunos habitantes del pueblo vecino habían visto a un encapuchado por las noches, rondando las afueras. Su apariencia era delgada y alta, vestido totalmente de negro, también con un sombrero negro y montado en un caballo del mismo color…

—Lo mas probable quien sea, es el charro negro.. –dijo Tsunade. Mebuki bufo burlona– 

—No estamos muy grandesitas para creer en un cuento para niños??

—Hija, las leyendas tienen sus bases en hechos reales.. –Mebuki río nuevamente burlona. Tsunade chasqueó la lengua molesta– 

—Ahora dirás que el chupacabras es real.. –Tsunade se avergonzado al recordar aquella anécdota– …Acaso no te acuerdas que el perro de la vecina mató a todas las gallinas cuando era una niña..

—Eso es punto y aparte, ademas adoptamos a Chucho cuan..

—¿Quien es el charro negro?.. –pregunto Sakura, atrayendo la atencion de ambas mujeres–

—Es un cuento que se les contaba a los niños para que no salieran en la noche.. –hablo Mebuki, sin darle mas importancia a la platica, se levantó de la silla y fue ha revisar el caldo–

Tsunade sonrió por lo bajo, e hizo ademanes para que la menor se acercara un poco a ella..

—Se dice, que si caminas sólo por la noche, con la luna como unica luz de guia, escucharas a lo lejos el sonido de los cascos de un caballo. Voltearas hacia ambos lados del camino pero no ves a nadie venir. Sigues caminando y el inquietante sonido de los cascos te agobia, luego comienzas a escuchar el relinchear del equino.. Tu corazón retumba contra tu pecho, caminas mas recio.. Los sonidos se acercan mas y mas, y cuando menos te lo esperas.. suspiras de alivio.. sólo es un jinete en su caballo, el hombre es atractivo, viste de traje y porta un sombrero de charro.. es extraño pero no le tomas gran importancia, intentas dar un paso pero él te detiene.. Aveces ofrece llevarte en su caballo a tu destino, otras estira su brazo y muestra en su mano unas monedas de oro.. No importa cuál desicion tomes, él te arrastrará al infierno y de ahí no te dejara ir..

—Y-Y si no tomo ninguna de las opciones..

—Ahí esta el dilema de la moralidad, pero en caso de que no tomes ninguna.. Simplemente se ira sin dirigirte la mirada..

—¡¡¡Ya mama!!! Deja de llenarle la cabeza de cuentos.. –gruño Mebuki–

Ambas, tanto menor como mayor, suspiraron, acostumbradas al mal humor de la rubia.

Despues de aquel entretenido relato, Sakura comió con ganas el almuerzo, tenia que hacer un encargo importante en la hacienda Las pencas. Su padre le habia pedido el favor de ayudarle a llevarles la comida a los trabajadores de la hacienda. Aún estaban en tramite los papeles con el anterior dueño, pero Kizashi ya comenzaba a realizar uno que otro arreglo en los alrededores, principalmente en los cercos dañados.

Sakura, muy emocionada de porfin montar su caballo, corrió al establo donde ya estaba ensillado y se montó en el. Primero tenia que ir por la comida a la casa de Dadan, la madre adoptiva de los trabajadores. Sakura no los conocia en persona pero su padre le dijo que eran unos jovenes amables, sólo esperaba que no se llevara mal con ellos, despues de todo ella misma conocia su mal carácter si alguien no era de su agrado.

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*Cubierto. Es un dulce de manzana, pera, kiwi, etc.. cocido con arta azúcar, luego secado en cal. A mí me encanta el de calabaza!!!❤️🤤

Soy de rancho y esos manjares son únicos.

Esta historia está inspirada en una novela, no recuerdo el nombre 😅.