Mi padre, el único hombre de mi familia, insistió muchos años en tratar de comunicarse conmigo. Amor es una palabra estruendosa pero sorda. Pedí muy poco para ser feliz, pero él me regaló un tigre blanco creyendo que eso era el amor.
Me había invitado a que pasara unos días en Monterrey. Las invitaciones de papá son formas amables de expresar órdenes. Le dije a Ferrán que debía dejar Roma unos días y viajé solo con una bolsa de mano.
En el avión soñé que viajaba en tren y me sentaba junto a un chico lindo. Sin hablar, el ruido y los arrullos nos orillaban plácidamente a dormirnos uno recargado en el otro. Él era moreno, alto y poseía rasgos árabes. Al despertar, la belleza de su rostro me parecía tan luminosa que a pesar de que éramos perfectos desconocidos, seguíamos abrazados. Mi muñequita mexicana, me decía. Entonces decidíamos bajar del tren y continuar a caballo. Al montarlo y comenzar a besarnos, el chico caía rompiéndose en pedazos la nuca. Llegaba papá. Era la primera vez que lo veía atemorizado.
Es tu hermano Eleazar, gritaba tratando de reanimarlo.
Me decepcionaba de mí misma por no haberme enterado de que había alguien como yo hasta el momento en que ese ser ya no existía. Una indescriptible sombra me oscurecía por dentro.
Cuando se abrió la tierra, con cariño y respeto un grupo de hombres depositaba a mi hermano en el pozo. Papá decía que lanzaran también al caballo y lo enterraran vivo. Quería gritar que el caballo no había tenido la culpa de nada, pero mi garganta cerrada y resquebrajada se negaba a articular palabra.
Desperté sobresaltada y a punto del llanto. Había tenido un hermano luminoso, fuerte, perfecto, y lo había perdido.
Llegué a la casa de papá, la abuela, la infancia, a mi habitación de siempre donde solía encontrar extrañas fotografías mías con gente que jamás había visto. Se suponía que solo sería el fin de semana pero papá ni estaba. Esperé varios días para poder verlo y todo ese tiempo el sueño me habitó como un ente funesto.
Amo Monterrey. Mi Monte hostil. En algunos momentos me cansa no poder salir a caminar como en cualquier otro lado. Entonces me aburro y me voy pero siempre vuelvo, me acuesto en todos lados, pero vuelvo, como si fuéramos una pareja, porque el único matrimonio en el que creo es en el que uno tiene con el origen y con la lengua.
Al fin papá apareció sonriente y aligerado, como él era, y toda la tristeza por ese sueño horrendo en el avión desapareció.
Te dije que vinieras porque voy a presentarte a alguien, fue la primera trampa para hacerme quedar más tiempo en casa.
Papá Ali Babá creía que yo necesitaba un hombre. Ya me había ofrecido a cada uno de sus cuarenta ladrones pero a mí no me interesaba terminar como esposita de político. Para un hombre de su generación, una hija de veintidós años era una pobre solterona desvalida. Pensé que me presentaría a otro cantante, otro político, u otro empresario. Amor es una palabra sorda.
No quería conocer a nadie pero, de cualquier forma, obedecí y me puse preciosísima para la cena. El «alguien» resultó ser una majestuosa tigresa blanca, una cachorra que me hizo olvidar la molestia de tener que vivir en casa de mi padre unas semanas más.
Mi cachorra había sido un anzuelo que mordí con suavidad. Era el animal más caprichoso y arisco que yo había tenido nunca. Luego vendría la orden paterna de que estudiara dos meses en México. No le bastaba con que yo aprendiera cosas viendo cine o leyendo. Cada cierto tiempo me pedía que estudiara algo y lo complacía fingiendo que quería ser chef, diseñadora de interiores, o administradora. Me metía a cualquier cursillo y luego resultaba que aquello no era lo mío. Ya hasta había intentado escribir una novela, pero me había dado por vencida. Esa última vez, como quería volver a casa al día siguiente, respondí que estaba muy interesada en estudiar periodismo.

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LOBA
حركة (أكشن)«Bien fácil distingues al lobo de los coyotes: el lobo es el que mata, el coyote nomás se come las sobras». Una loba que quiere ser libre, ¿podrá sobrevivir sin su manada? Lucy quiere escapar del territorio de su padre, un poderoso y temible polític...