I'll wait for you. Always

51 7 0
                                    

Pov Caro

La madrugada estaba en calma, apenas rota por el leve sonido de nuestras respiraciones y los murmullos lejanos de la ciudad. Estábamos en un hotel, tumbadas en el sofá, con Ale descansando contra mi pecho, su cabello enredado entre mis dedos mientras lo acariciaba suavemente. Habíamos pasado horas hablando, riendo, recordando, y simplemente disfrutando de la presencia de la otra. No había prisa, no había nada más importante que este momento.

Observé su rostro mientras dormía, relajado y pacífico, como si por fin pudiera escapar del peso que llevaba encima. Ale siempre había sido fuerte, la persona que daba todo en el escenario y fuera de él, pero ahora podía verla de una manera más vulnerable, más auténtica. Era la misma Ale de la que me había enamorado, la que me hacía sentir como si pudiera enfrentar cualquier cosa, siempre y cuando estuviera a mi lado.

Entonces, el sonido de mi teléfono rompió la tranquilidad. Lo tomé con cuidado, tratando de no despertarla, y al ver el nombre de Pau en la pantalla, supe que algo pasaba. Contesté de inmediato, manteniendo la voz baja.

—¿Pau? ¿Todo bien? —pregunté, intentando que mi tono no mostrara la inquietud que de repente sentí.

Del otro lado, Pau soltó un suspiro pesado, y su voz sonó más seria de lo habitual.

—Caro, no quiero arruinarles el momento ni nada, pero necesitamos que regresen ya. —Hubo una pausa, como si buscara las palabras correctas—. Estamos cubriendo a Ale desde anoche, y ya no podemos seguir haciéndolo. La gente está preguntando por ella, y si no regresa pronto, papá va a empezar a sospechar.

El corazón me dio un vuelco. Miré a Ale, aún dormida, tan tranquila, tan ajena a lo que estaba sucediendo fuera de estas cuatro paredes. Pau tenía razón; esto no podía durar para siempre. Pero, ¿cómo podía despertarla y decirle que nuestro tiempo juntas tenía que terminar, aunque fuera por ahora?

—Entiendo, Pau. Lo siento, yo... no pensé que fuera tan complicado. —Mi voz bajó aún más, sintiendo la urgencia en sus palabras.

—No es tu culpa, pero apúrense, ¿sí? No quiero que esto se convierta en un problema para Ale. —Pau hizo una pausa antes de añadir con un tono más suave—. Y, Caro... gracias por estar con ella. Se nota que te necesitaba.

Asentí, aunque ella no podía verme, y tras despedirnos, colgué el teléfono con un nudo en el pecho. No quería que este momento terminara, pero sabía que no teníamos otra opción. Ale tenía una vida, una responsabilidad, y yo no podía ser la razón por la que algo saliera mal.

Con cuidado, deslicé mi mano por su mejilla, acariciándola mientras sus ojos comenzaban a abrirse lentamente. Su mirada se encontró con la mía, adormilada pero llena de cariño, y sentí cómo algo dentro de mí se quebraba un poco. ¿Cómo decirle que teníamos que regresar?

—Caro... —murmuró con una pequeña sonrisa, todavía atrapada entre el sueño y la vigilia.

Le devolví la sonrisa, inclinándome para besar su frente.

—Buenos días, amor... o más bien, casi buenos días. —Intenté mantener mi voz tranquila mientras le acariciaba el cabello—. Tenemos que hablar. Pau llamó.

La vi parpadear, sus ojos enfocándose poco a poco, y su expresión cambió al notar la seriedad en mi tono. Sus manos buscaron las mías, entrelazando nuestros dedos como si intentara encontrar algo de estabilidad.

—¿Qué pasó? —preguntó, su voz cargada de preocupación.

Tomé aire, tratando de elegir mis palabras con cuidado.

—Nos están cubriendo desde anoche, pero ya no pueden seguir haciéndolo. Tienen que volver, Ale... tienes que volver.

Vi cómo su rostro se transformaba, el brillo de felicidad que había tenido toda la noche desvaneciéndose lentamente mientras la realidad nos alcanzaba. La forma en que sus labios se apretaron, como si estuviera conteniendo algo, me rompió el corazón.

Promise - Alejandra VillarrealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora