25 - Imprudente

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Estaba al tanto de que no era una persona muy divertida, no le resultaba fácil soltarse de la misma forma que sus amigos. Sin embargo, lo último que quería era atar a alguno de ellos a estar a su lado solo para que no se aburriera, así que Finn terminó por elegir como compañera de charla a la tierna pelirroja de nombre Maeve. Ambos seguían sentados en el borde de los jacuzzis, solo con los pies dentro del agua.

Al inicio no había entendido por qué la chica no acompañaba a sus amigos a la piscina grande donde parecían estar divirtiéndose más, pero luego vio que tenía una rodillera que se ajustaba entre ratos.

Y Finn no la estaba pasando muy bien, pero sus amigos sí. Logan también, así que no deseaba obligar a ninguno a estar a su lado solo viendo el minutero de su reloj correr.

Definitivamente, Logan y él eran completamente diferentes. Y antes no había sido consciente de las implicaciones de eso, pero ahora comenzaba a cuestionarse si a la larga Logan no se aburriría de ser su novio.

—Entonces, dibujas —dijo la chica, mientras recibía del camarero dos copas de ponche. Una se la entregó a él—. Qué genial. Cuando Logan nos hablaba de su escuela, te juro que me daban ganas de decirles a mis padres que quería mudarme e inscribirme ahí.

—Bueno, no es tan fabuloso como suena. Es una carga de trabajo muy pesada, tenemos clases también los sábados.

—Sí, eso es un punto negativo. Aunque yo también voy los sábados, pero a entrenar.

—¿Qué juegas?

—Baloncesto. Pero me lesioné en el último partido.

—¿Por eso usas esa rodillera?

—Sí. Duele un poco todavía. Y nadar me resulta algo cansado ahora, así que prefiero pasar la noche sin tanta actividad física. Pero mira, todo salió bien, no me quedé sola. —Maeve levantó su copa para invitarlo a chocarla con ella. Finn lo hizo torpemente, nunca había chocado una copa con nadie, pero la chica solo sonrió—. ¿Tú por qué pasas la noche en la banca? No pareces lesionado.

—Bueno, honestamente no me gusta hacer mal tercio con mis amigos. La mayoría vino con sus parejas, y quienes no, son lo suficientemente extrovertidos como para hacer amigos aquí y pasarla bien. Yo no soy muy bueno con eso.

—Conmigo vas muy bien. Eres agradable.

—Gracias. Por alguna razón no me siento tan tímido contigo.

—Salud por eso —dijo la chica, levantando su copa una vez más.

Finn esta vez la chocó junto con una sonrisa de lado.

—Pero entiendo de lo que hablas —dijo Maeve—. A mí también me cuesta mucho integrarme. La única razón por la cual conozco a todas estas personas es Hanna. Ella es la extrovertida.

—Hacen linda pareja.

—Gracias, aunque no sé cómo se determina eso.

—Bueno, cuando veo a mis amigos con sus parejas, puedo ver que parecen felices. Cómodos. Como si todo el día desearan estar como pegamento con el otro.

—Entiendo. ¿Y tú tienes novia? ¿O novio?

Finn apretó los labios y dejó a un lado la copa de vidrio para estrujarse las manos.

—Se supone que tengo a alguien.

—¿Se supone?

—Bueno, es que es complicado. Es la primera persona con la que salgo, y no me resulta sencillo experimentar muchas cosas por primera vez.

—Oh, no sabes cómo te entiendo. Hanna también es la primera persona con la que salgo en serio. ¿Sabes? Siendo honesta, antes de ella, todo ese asunto de las parejas me tenía sin cuidado. No me interesaba en lo más mínimo.

Closer To YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora