24 - Noche púrpura

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Parecían un regimiento avanzando por el terreno nevado hacia una inminente guerra, y Aris fue el primero en notarlo.

—Es como en la película de Mulán. La animada, la bonita. Ya saben, antes de que los hunos salieran de las montañas y los atacaran.

—¿Eso me convierte en Li Shang? —rio Logan mientras los conducía a todos por el camino más cercano a la gran cabaña que se apreciaba a la distancia.

Iban muy bien abrigados, pero Logan y Coco eran los únicos que llevaban mochilas.

—Depende —le dijo Aris a su primo—, ¿te has sentido atraído últimamente por algún chico que pueda ocultar su verdadero yo? Debes revisar, puede ser una chica.

Coco soltó un sonido extraño, Aris echó un vistazo a su amiga que parecía morderse la lengua para no reírse fuerte. Y había sido una broma, pensó Aris, pero no tan divertida como para lanzar carcajadas, así que le frunció las cejas.

Logan se aclaró la garganta y siguió avanzando como primero en el grupo.

—Bueno, tal vez seas solo Mushu —le dijo Eric a su amigo.

El rubio lo miró, pero levantó un hombro.

—Tal vez tú seas la vaca.

—Era un caballo —lo corrigió Kyler.

—Y tú el grillo, por entrometido.

Algunos rieron, pero Logan fue perdiendo la diversión conforme la entrada de aquella cabaña se hacía más visible. Era tarde y caía la noche de forma más pesada por el frío, pero debían reconocer que el escenario era precioso. Desde ese punto no solo se observaban pinos del color de la nieve, sino también un par de montañas en el horizonte, cubiertas de un blanco intenso que reflejaba la luz de la luna.

Sin embargo, Logan a quien vio primero fue a Scott. Aquel chico se encontraba en la entrada de la enorme cabaña junto a otro grupo de muchachos.

—Y con ustedes Shan Yu —gruñó Aris, ahora con su voz de cachorro enojado.

Logan simplemente se detuvo y suspiró. Se giró hacia todos sus amigos y les sonrió para tranquilizarlos.

—Escuchen —les dijo, con ese semblante relajado y animado que debía tener patentado—, el lugar es increíble y estamos en grupo. Los chicos que vienen cada año son amigos míos, y son amables. Así que, en serio, ignoremos cualquier cosa que no sea de nuestro agrado. Hay que enfocarnos en pasarla bien.

—¿Pero le puedo dar un golpe en las bolas si se te acerca? —preguntó Eric—. Puedo llevar a Aris, tiene experiencia en eso.

Aris se irguió orgulloso de sí mismo, Logan puso una mano sobre el hombro de su amigo y le sonrió.

—Buena vaca.

Algunos rieron, pero Logan descubrió que el único que tenía un gesto serio era Finn, él parecía observar hacia la entrada de la cabaña, quizá atendiendo también a la presencia de Scott.

—Warner. ¿Todo bien? En realidad, es broma, no los llevo a una guerra.

Finn lo miró, y pese a que trató de cambiar el gesto a uno menos tenso, solo logró apretar los dientes y agachar la cabeza.

—Lo siento, Sinclair. No me siento muy familiarizado con las referencias de los últimos cinco minutos.

—Oh, Dios. ¿Nunca has visto Mulán? —Logan miró a Dylan con reproche—. Hay que comprarle un televisor a tu hermano.

Finn se ajustó los anteojos, Logan solo meneó la cabeza, divertido. Luego se dio la vuelta y volvió a encaminarse para terminar de llegar.

No era una cabaña como las demás, esta era enorme. Y de hecho, ni siquiera era una cabaña, solo aparentaba serlo en el exterior, por estética, pero las puertas eran deslizables y de vidrio templado.

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