7 - Miedos

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Técnicamente eran vacaciones, excepto para los que continuaban con asignaturas pendientes.

Aris había concluido, al igual que Marlon. Will solo seguía ayudando a la señora Blossom a terminar con todos los pendientes de su taller porque la mujer no solía tener mucho apoyo fuera de los pocos chicos de asistencia escolar que le asignaban. Y Finn ya no tenía que ir a la escuela, solo preparar su portafolio de dibujos y trabajar en el mural.

Guardando los retratos en su maletín, Finn se quedó observando con cuidado cada uno de ellos. Amaba dibujar, y sabía admirar la belleza de las personas fuese quien fuese. Sin categoría o distinción, para él todos eran hermosos de cierta forma. Por eso no tenía sentido que un rostro en particular le fuera tan complicado de dibujar.

Entonces llegó al retrato de Kendall.

Esa chica era preciosa. Tenía una belleza natural y una mirada que transmitía confianza. Era fácil hablar con ella. Decía lo que pensaba, no hacía preguntas complicadas.

¿Finn? —dijeron por teléfono.

Fue en cuestión de segundos que Finn había tomado la decisión de llamarla. Para cuando comprendió lo que hizo, ya la tenía hablando al otro lado de la línea.

—Eh, hola —dijo Finn—. ¿Cómo estás? Yo solo... Quise llamarte porque no he sabido de ti en varios días. ¿Estás ocupada hoy en la tarde?

No. No lo estoy. ¿Por qué? ¿Quieres que salgamos a alguna parte?

—Sí, creo que sí. Siento la mente muy abrumada. Salir sería bueno.

¿Solos?

Finn tragó pesado. No sabía ni qué hacía, pero sí era consciente de que debía ser cuidadoso con aquella situación.

—No, bueno. Los chicos y yo saldremos, y me pareció buena idea invitarte.

¿En serio? ¿A dónde planean ir?

—Am... No estoy seguro aún.

Bueno, no importa. Me parece genial, todos tus amigos me agradan. Y desde que Blake se fue, no tengo muchos planes. Vayamos a donde sea, me encanta que hayas pensado en mí para esto.

Finn apretó los labios. En lo profundo deseaba estar haciendo lo correcto, sobre todo porque era mentira.

No tenía planes para nada, pero los habría pronto.

Terminando la llamada con Kendall, Finn hizo una llamada grupal a sus amigos. Era algo que jamás hacía, incluso sus mensajes en el chat de los cuatro solían ser escuetos, por eso fue que todos contestaron luego de varios tonos. Tal vez dudaron que fuese él realmente.

¿Finn? —se escuchó la voz de Aris, desconcertada—. ¿Eres tú?

—Sí, soy yo. ¿Me escuchan los tres?

Fuerte y claro —dijo Marlon.

¿Sigo dormido? —cuestionó Will—. Esto es muy inusual.

—Escuchen —dijo Finn, sin prestar atención a la sorpresa de sus amigos—. Necesito su ayuda. Yo... Amm... Invité a Kendall a salir.

¡¿Qué?! —fue una exclamación colectiva.

—No es lo que creen. Es decir, sí, la invité, pero a una salida con todos ustedes hoy en la tarde. No solos.

¿Cuál salida? —Aris estaba confundido.

¿Iban a salir todos y no me dijeron? —protestó Will—. Es tu culpa, Dylan. Estás separando a la pandilla.

—Espera, ¿estás con mi hermano?

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