14 - Llamativos como tú

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—¿Ya casi? —preguntó Logan por décima vez durante el trayecto.

Finn sonrió.

—Ya casi —repitió—. Descuida, prometo que no te estoy secuestrando.

—Mi mamá te ayudó a vendarme los ojos porque no tenías mascada. Desde ahí supe que no ibas a secuestrarme, descuida. Lo que me recuerda, ¿ella sabe a dónde me llevas?

—Bueno, sí. Le dije para que me permitiera tomar control de tu ubicación. Creo que yo le agrado.

—Le agradas a toda mi familia. Incluso a mi papá.

—¿De verdad?

—Dice que tienes un aspecto confiable. Pero siendo honesto, mi papá es menos duro. El más sobreprotector es mi tío, aunque no lo creas. Es una suerte que él no lo sepa aún.

—¿No le has dicho?

—No. Dijimos que seríamos cuidadosos, y no quiero poner a mi tío en una posición en la que le tenga que ocultar algo a Aris. Así que no es momento de eso.

—Entiendo.

Finn no dijo nada, pero cuando detuvo aquella canción de RM que había estado sonando en el auto, Logan hizo un ligero ruido de protesta.

—¿Por qué la quitas? Dijiste que podía escuchar tu música si quería.

—Bueno, podemos quedarnos aquí en el auto a escuchar Indigo completo si quieres, pero resulta que ya llegamos. —Finn estacionó el auto, pero enseguida le tomó las manos a Logan para que no se quitara la venda de los ojos—. Aún no, yo te ayudaré a bajar. No puedes ver hasta que yo te diga.

—Está bien.

Logan escuchó a Finn salir del auto, poco después su puerta se abrió y el chico lo ayudó a bajar. No debía ser ni un parque ni lugar público porque no existía ruido de personas. Tampoco parecía un suelo irregular. Eso sí, olía ligeramente extraño.

Finn le pidió que se detuviera un segundo, luego un sonido de puerta metálica se escuchó.

La intriga crecía segundo a segundo.

—Entra —le dijo Finn, guiándolo. Al menos ahora tenía información: existía un adentro.

—Finn, ¿ya puedo quitarme la venda? —dijo el chico, y enseguida se detuvo con expresión sorprendida porque su voz generó un poco de eco—. ¿Dónde estamos?

—Okey, quítatela.

Con dedos nerviosos, Logan se sacó la venda y sus ojos parpadearon con fuerza para tratar de ver claro, pero era complicado ya que estaba oscuro.

—¿Finn? —lo llamó Logan, al no atinar a su presencia.

Pero enseguida hubo un sonido abrupto, una palanca metálica siendo alzada por Finn que hizo que aquel sitio se iluminara enseguida.

Logan tragó pesado. Debía reconocer que estaba muy sorprendido. De todos los lugares que imaginó en su mente, se encontraban en uno que ni estaba en la lista.

Era un acuario. Una sección pequeña y un poco extraña del acuario de Starlight Valley.

—Finn, ¿cómo...?

—Bueno, recordé la forma en la que solucionaste el tema de la rueda de la fortuna la otra noche. Al parecer acá también accedieron luego de unos billetes, pero valió la pena. El acuario no reabrirá sino hasta enero, está en mantenimiento, pero me dejaron entrar a esta área. De todas formas, no me interesaba el área de animales grandes. Deseaba traerte a esta solamente.

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