Una de las cosas que más odiaba Eric Bark era su propia espalda. Tenía diecisiete años y ya poseía dolores fuertes como si tuviera cincuenta y seis. Sabía el origen del problema. Había trabajado en la tienda junto a su tío desde que tuvo edad para ser productivo. Su día comenzaba desde muy temprano, y terminaba hasta muy tarde. Como ese día.
Eran casi las once de la noche y apenas volvía a casa luego de llevar un pedido de flautas para un maestro de primaria. Cada parte de él se sentía entumecida, así que respiró hondo y se dijo a sí mismo que pronto podría llegar a casa a dormir.
Iba a cruzar una de las avenidas principales cuando se detuvo en el semáforo, y entonces vio a una chica abrazándose a sí misma mientras cruzaba las líneas peatonales. Llevaba puesto un vestido azul con detalles en lentejuelas y su cabello negro ondeaba con el aire que debía estarle escociendo también los huesos porque llevaba la quijada tensa. Afuera había un frío intenso y ella ni siquiera llevaba abrigo.
Eric tomó la misma calle que la chica, pero se detuvo junto a la acera en la que caminaba e hizo sonar su claxon para llamar su atención.
Marlon detuvo su paso, miró hacia el auto. Eric aparcó y se bajó. Su amiga se estaba limpiando el rostro con las manos para fingir que no lloraba.
—Mar, ¿qué haces aquí sola? ¿Y sin abrigo? —Eric ya se estaba acercando mientras se quitaba el suyo y se lo ponía sobre los hombros. Marlon se veía pálida, incluso con sus labios un poco morados.
Ella se encogió debajo del pesado abrigo de Eric, buscando calor, y enseguida negó.
—Es una larga historia. Yo solo... —pero no pudo aguantarse las ganas de llorar y por eso se acercó a Eric. El chico la abrazó para reconfortarla, y aguardó hasta que estuvo más tranquila para hablar—. Salí con un chico. Peter. Pero quiso que fuéramos con unos amigos de él, y se pusieron a hacer carreras en sus motos y me dio miedo. Le dije que fuera más despacio, y se molestó. Me dejó en la calle porque al parecer eso le pasa por salir con niñas de preparatoria. Pero yo no traigo mi auto porque él me fue a buscar a mi casa, y mi bolsa la dejé en el bar en donde estuvimos con sus amigos. Así que decidí caminar al departamento de Kyler porque no queda lejos, pero después me arrepentí porque no quiero que se sienta presionado a irse a vivir conmigo solo para que tenga que cuidarme. Así que luego pensé que sería mejor ir a la casa de Aris, pero mi zapato se rompió unas cuadras atrás, y ahora se me dificulta avanzar rápido. Y Peter ni siquiera me dio un abrigo, así que aquí estoy. Como una completa estúpida caminando a mitad de la noche y con frío.
Eric cerró los ojos. Se contuvo a decir en voz alta las maldiciones que llegaron a su mente al escuchar aquello. A veces realmente le sorprendía la cantidad de patanes que existían en el mundo. Y lo peor de todo era que Marlon se los topaba a todos.
—Vamos, sube al auto. Te llevaré a casa, Mar.
Eric le abrió la puerta y Marlon subió sujetándose fuerte al abrigo. Al sentarse frente al volante, Eric se dio cuenta de que Marlon tenía lastimada una rodilla.
—¿Qué te pasó?
La chica miró su herida.
—Mi zapato se rompió, te dije. Por eso no podía caminar rápido.
—¿Te duele mucho?
Ella negó.
—Es incómodo, pero mañana estará mejor. Supongo que yo también. —Marlon miró por la ventana del auto y Eric entendió que era porque ella tenía la costumbre de ocultar su tristeza siempre.
Desde afuera, Marlon parecía siempre radiante. Hermosa, perfecta, con un aura que transmitía seguridad y belleza. Pero había otro lado de ella, Eric solía observarla con mucho cuidado. Cuando algo le dolía, trataba de estar por encima del dolor, distraerse, evadirlo. Pero a la larga, eso solo lo acumulaba.
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Closer To You
Fiksi Remaja(Libro 2, Serie Lover Material) Logan tiene un tipo ideal de pareja que desea tener, y un prospecto que se acerca demasiado a lo que busca. Finn para nada está interesado en el amor, sobre todo porque ni siquiera comprende quién es realmente o lo qu...