30 Capitulo final

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El whisky quemaba un poco al bajar, pero era un alivio bienvenido después de un día largo. Rodrigo estaba sentado en el suelo, frente al televisor, con el joystick en la mano y una concentración que lo hacía fruncir ligeramente el ceño. Yo estaba en el sillón detrás de él, con mi vaso apoyado en el muslo, observándolo más de lo que debería.

—¿Vas a jugar o pensás seguir admirándome? —dijo, sin apartar la vista de la pantalla.

—Estoy considerando mis opciones —respondí, llevándome el vaso a los labios y sonriendo apenas.

Rodrigo rió, esa risa suave que siempre me hacía sentir un poco más ligero, y se giró para mirarme por encima del hombro.

—Dale, Ivo, jugá. No quiero ganarte sin esfuerzo.

—¿Y si mejor me quedo acá, disfrutando de verte frustrado? —apunté con sarcasmo, mientras señalaba la pantalla, donde su personaje acababa de perder una vida.

Rodrigo negó con la cabeza, pero había una sonrisa en sus labios.

—Sos insoportable, ¿sabías?

—Sí, pero igual te gusta.

Me lanzó una mirada rápida, y por un momento el ambiente se sintió más cargado, como si algo no dicho flotara entre nosotros. Finalmente dejó el joystick en el suelo y se giró por completo para mirarme.

—¿Sabés que te quiero, no? —preguntó de repente, con una seriedad que me descolocó.

Bajé el vaso, dejando que el alcohol calentara mi pecho mientras procesaba sus palabras.

—Sí, lo sé —respondí, más honesto de lo que pretendía. Hice una pausa antes de añadir—. Aunque a veces me cuesta entender por qué.

Rodrigo se movió para sentarse a mi lado en el sillón, su rodilla rozando la mía.

—Te quiero porque sos vos. No porque seas perfecto, ni porque todo sea fácil. Te quiero porque me hacés reír, porque siempre decís lo que pensás, incluso cuando te mete en problemas. Y porque... —Se detuvo un segundo, como buscando las palabras—. Porque cuando estoy con vos, todo parece tener sentido.

Sus palabras me golpearon con más fuerza que cualquier whisky. Tragué saliva, sintiéndome vulnerable de una manera que no estaba acostumbrado.

—Rodri... —murmuré, sin saber exactamente qué decir.

—No tenés que decir nada. —Sonrió, apoyando su mano en mi rodilla—. Solo quería que lo supieras.

Lo miré, sintiendo que mi pecho se llenaba de algo cálido y pesado al mismo tiempo. Me incliné hacia él, dejando el vaso a un lado, y apoyé mi frente en la suya.

—Yo también te quiero —dije, la voz más baja de lo que esperaba—. Aunque no siempre sepa cómo demostrarlo.

Rodrigo cerró los ojos, dejando que nuestras respiraciones se mezclaran en el breve espacio que nos separaba.

—Con esto alcanza —murmuró, antes de besarme.

El mundo se desvaneció por un momento, quedando solo nosotros dos, el calor del whisky y la sensación de que, por primera vez, todo estaba exactamente como debía estar.

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soy el verdadero hola perdido

volvi y con todas, les agradezco muchisimo todo el apoyo

tengo muchas ideas desarrolladas para empezar nuevas historias, se copan con un au de enemies to lovers en bariloche?

atentos acaa! mattspreen

los quiero💗

Entre escenas y letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora