El camerino de Rodrigo era pequeño pero acogedor, con luces alrededor del espejo y una variedad de vestuarios colgados en un rincón. Me apoyé en la pared mientras Rodrigo repasaba unas líneas y Germán, su manager, revisaba unos papeles.
Después de un rato, Germán guardó sus papeles, miró el reloj y se levantó, dandole a Rodrigo una palmada en el hombro.
—Bueno, me voy a ver cómo sigue el set. Nos vemos en un rato, chicos —dijo, y con una ultima sonrisa, salió del camerino, dejándonos solos.
De repente el sonido de mi teléfono interrumpió en el camerino, sacándome del momento. Al ver la pantalla, reconocí el contacto de Nicolás y suspiré antes de atender.
—¿Nico?
—Ivo, ¿podrías pasar por mi oficina en una hora? —preguntó, sin rodeos, como siempre.
Eché un vistazo rápido a Rodrigo, quién aún tenía pendiente el rodaje que apenas había comenzado. Sabía que, en una hora, todavía estaría en medio de la escena, y no quería dejarlo solo así sin mas
—¿Es algo urgente? —le pregunté a Nicolás, esperando que me diera una señal de que podía postergarlo.
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea antes de que Nicolás respondiera, esta vez en un tono un poco más relajado.
—No es urgente, pero si importante, estaría bueno hablarlo cuanto antes.
Asentí, aunque el no podía verme, y miré a Rodrigo, quien me observaba con interés.
—Dale Nico, te aviso si puedo llegar —le respondí, cortando la llamada mientras me acomodaba en el sillón de nuevo.
Rodrigo levantó una ceja, con una sonrisa de curiosidad para nada disimulada.
—¿Todo bien? —preguntó, fingiendo desinterés, aunque sus ojos mostraban lo contrario.
—Sí, aunque capaz tenga que irme en un rato.
Rodrigo asintió, tratando de ocultar una pequeña mueca de desilusión mientras volvía a repasar sus líneas. Lo miré de rejo, y por alguna razón, la idea de irme sin haber terminado de compartir este momento me dejó una sensación extraña, como si realmente quisiera que estuviera ahí hasta el final.
—Si querés podes venir después —dijo, encogiéndose de hombros—. Igual esto va para largo.
Solté una risa ligera y asentí, sin pensarlo demasiado.
—Seguro hago eso, te aviso —le respondí, sonriendo.
Nos quedamos en silencio un momento, cómodos, hasta que alguien llamó a Rodrigo para volver al set. Él me dedicó una mirada rápida y se salió del camerino.
...Entré en la oficina de Nicolás, y apenas cerré la puerta, me di cuenta de que estaba metido en sus papeles, cómo siempre. Había un silencio extraño en la sala, solo interrumpido por el sonido del ventilador y el suave golpeteo de su lapicera contra el escritorio. Me apoyé en el marco de la puerta, esperando a que notara mi presencia.
Nico alzó la vista, y su expresión pasó de la de concentración a un destello de "cansancio" cuando me vió, como si fuera un niño chico al que tuviera que cuidar.
—Iván, primero que nada ¿escuchaste lo que dijo Tomás sobre Rodrigo en la entrevista? —preguntó sin preámbulos, entrecerrando los ojos como si midiera mi reacción.
—Si, ya me enteré —respondí, en seco.
Nicolás levantó una ceja, visiblemente intrigado.
—¿Cómo? Si nadie del equipo se enteró hasta hoy...
Me crucé de brazos y me encogí de hombros, sabiendo que no podía ocultárselo.
—Me dijo Rodrigo ayer, y dormí en su departamento.
—¿Ayer?... —murmuró, visiblemente confundido—, ¿Por qué no me lo dijiste?
Le di la espalda y me detuve a observar el panorama de la ciudad por el gran ventanal, buscando las palabras. No es que hubiese querido ocultárselo, pero tampoco sentía que hacía falta darle explicaciones cada vez que pasaba algo entre Rodrigo y yo. Al final, me di la vuelta lentamente, apoyándome contra el ventanal y mirándolo a la cara.
—Porque no lo vi necesario, Nico —contesté, tratando de mantener la calma en mi voz—. Rodrigo me lo dijo en confianza, y preferí mantenerlo entre nosotros... por lo menos por un momento.
Nicolás me observó por un momento, como si intentara desentrañar algo más allá de lo que estaba diciendo. Luego dejó escapar una leve sonrisa, pero su mirada seguía teniendo esa mezcla de preocupación y curiosidad que tan bien conocía.
—Mirá, no me malinterpretes, Ivo —dijo, manteniendo un tono sereno—, pero cuando me entero de que estás en su casa justo después de que pase algo así, no puedo evitar preguntarme qué tan involucrado estás con Rodrigo. No es algo típico de vos.
Lo observé en silencio, intentando procesar sus palabras.
—¿A qué te referís con "involucrado"? —pregunté, evitando cualquier tipo de confusión.
Nicolás me sostuvo la mirada, y aunque su expresión seguía siendo serena, había algo más detrás. Parecía estar eligiendo sus palabras con cuidado.
—Me refiero a que... no es común que tomes este tipo de actitudes con nadie, y menos en una relación que, en teoría, es solo parte del contrato —explicó, manteniendo ese tono diplomático que usaba cuando intentaba no cruzar una línea—. Quedarte en su casa, preocuparte de esa manera... me hace pensar que quizá te importa más de lo que habíamos planeado, ¿no?
Sentí que una mezcla de emociones me revolvía el estómago. Sabía que Nico estaba viendo algo que quizás ni yo mismo había analizado a fondo.
—Solo asegúrate de que esto no te estrese más de lo que ya estás, Ivo. Estar "ahí" para alguien puede significar algo más... cuando te empieza a importar más allá de la farsa.
Me quedé callado un momento, intentando descifrar lo que eso significaba realmente. ¿Hasta que punto estaba involucrado? Ni yo mismo podía responder.
Nicolás pareció entender que había llegado a mi límite con el tema, así que cambió de tono y, con una pequeña sonrisa, añadió:
—Bueno, cambiando de tema, mañana es tu cumpleaños. ¿Ya pensaste cómo querés celebrarlo?
Suspiré, agradeciéndole la distracción, y me encogí de hombros.
—Algo chico, Nico. Solo amigos y gente cercana, nada muy formal.
Él asintió, aunque sabía que su versión de "chico" y la mía rara vez coincidían. Aún así, hizo un gesto de aprobación, con la condición que sabía que me pondría en duda.
—Está bien, pero al menos un fotógrafo. Nada demasiado intrusivo, pero nos conviene que quede registro.
Rodé los ojos un poco, pero terminé asintiendo. Era su forma de cumplir con lo "profesional", y ya sabía que no tenía escapatoria.
—Solo uno, Nico. Y que pase desapercibido, si es posible.
Él sonrío, satisfecho, y me dio una palmadita en el hombro.
—Va a ser una buena noche, Ivo, vas a ver.
![](https://img.wattpad.com/cover/377305776-288-k61113.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Entre escenas y letras
RomantiekIván Buhajeruk, un escritor que nunca quiso ser famoso, se ve obligado a fingir una relación con el actor Rodrigo Carrera para mantenerse en el ojo público tras el éxito de su última novela. [Terminada]