Capítulo 6

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¿Quieres Casarte Conmigo?

Jennifer

- Estas muy hermosa hoy, -me dijo Daniel regalándome una sonrisa de esas que ponen a cualquier chica boba.

- Gracias Daniel, -dije de igual manera.

- Debo decir que hoy seré la envidia de todos, -dijo Daniel algo coqueto y no pude evitar ponerme como un tomate.

- No seas bobo Daniel, -dije con una risa nerviosa.

- Es la verdad Jennifer, -me dijo sonriendo.

- Y a donde me llevarás, -le pregunte para cambiar el tema.

- Te llevare un restaurante, es nuestro favorito, -me dijo.

- Nuestro, -dije sin entender.

- Si, es mi favorito y también el de mi hija, espero y no te molestes, -me dijo.

- No te preocupes, eso no me molesta, -le dije y el me miro con esa sonrisa tan hermosa que tiene.

- Te encantara la comida, -dijo y luego puso sus ojos en la carretera.

Luego de unos minutos de conducir al fin llegamos al restaurante, y doy gracias a Dios porque decidí ponerme este vestido porque la verdad que el restaurante es hermoso y súper elegante.

- Buenas noches, sus reservaciones, -nos pregunto un hombre con traje al vernos llegar.

- Dos reservaciones para Daniel Adams, -dijo el y pensándolo bien, nunca me había dicho su apellido.

- Su mesa esta lista, pase por aquí porfavor, -dijo aquel hombre con traje dirigiéndonos a dentro, pero para mi sorpresa nuestra mesa no estaba en el restaurante sino afuera, y era hermoso, con pequeñas luces colgando en el techo y la luna llena alumbrando el lugar, debo decir que esto es maravilloso.

- Perdón por elegir esta mesa tan alejada, pero pensé que querías que habláramos más calmados, -me dijo mientras me ayudaba a sentar en la silla.

- No te preocupes Daniel, esto es perfecto, -dije observando el lugar.

- Encerio, -me pregunto.

- Si, además me gustan más los lugares al aire libre, -dije sonriéndole.

- Entonces eso quiere decir que hice una buena elección, -dijo sonriéndome.

- Aquí está el menú, -dijo un mesero llegando a nosotros.

Tomamos el menú y observamos la comida, y luego de unos minutos vino el mesero a tomar nuestra orden, ambos pedimos pasta, el con salsa bechamel y yo con salsa Alfredo.
Ya después de que el mesero pidiera nuestra orden, nos dijo que nuestra comida estará lista en unos cuantos minutos y luego se fue dejándonos a Daniel y a mi totalmente solos.

- Y bien, que te parece el lugar, -dijo Daniel ya cuando el mesero se había ido.

- Es muy elegante, -dije sonriéndole.

- Que bueno que te gusto, -dijo sonriéndome.

- Ya veo porque es el favorito tuyo y de tu hija, -le dije.

-Cuando pruebes la comida amaras tanto este lugar tanto como nosotros, -me dijo sonriendo.

- Eso lo veremos, -le dije sonriéndole y el hizo lo mismo.

- Espero y que un día podamos venir a cenar con nuestras hijas, -dijo sonriendo.

- Eso sería maravilloso, -dije sonriendo al pensar en traer a Kyle, seguro le gustará.

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