Mientras Fátima vivía mil y unas peripecias, dos meses habían pasado, y Jhon había estado todo ese tiempo teniendo citas, enviando flores y notas de amor a Rania.
—Te espero en la playa, no faltes mi hermosa mujer enamorada. —Rania leyó la nota, cuando el teléfono sonó y vio en la pantalla reflejar el nombre de Tifa.
Su alegría se extendió más y respondió de inmediato.
—¡Tifa.... por fin!
—Niña...que lindo escucharte, te tengo una sorpresa estamos en el hotel Paradise.
—¿Que...en un hotel? Nada de eso Tifa, tu eres parte de la familia. tienes tu lugar aquí enviaré por ti. —respondió Rania sin darle tiempo a negarse, Tifa y Elian habían pasado por Italia y se habían enterado de que ya tenían cierto tiempo en Dubai y decidieron viajar. Era tiempo de enfrentar ciertos prejuicios y se sentía con el valor suficiente.
Rania había comentado a Khalid sobre la llegada del matrimonio Rogers y él había enviado por Tifa y Elian y una hora después estaban siendo recibidos por todos pasando por alto toda esas tradiciones por petición de su hija.
Eran cinco meses sin ver a Tifa y cuando se bajó de la limusina, su pequeño vientre se notó a través del sari, Rania no podía estar más que feliz al ver a su mejor amiga radiante y feliz ...y sobre todo realizando su sueño de ser madre, no esperó más y corrió a su encuentro, y se abrazaron.
—Tifa...mi Tifa que feliz Estoy por ti hermana mía, mira lo hermosa que estás con tu pancita. —habló Rania con mucha alegría y luego se abrazó a Elián para saludarlo, pasando por alto dónde estaban y la costumbre de no ser tan cercana a otro hombre que no fuera su esposo o prometido. Khalid se aclaró la garganta para hacer notar su presencia.
¿Está niña había olvidado sus costumbres. ¿Abrazando a otro hombre en frente de él? Pensó y miró a Jhon sonreír tranquila mente al ver la felicidad de Rania. Cerró los ojos haciendo un gesto de negación.
La tarde pasó entre conversas y risas en la sala de té, dónde se reunieron para las mujeres darle la bienvenida y felicitar a Tifa por su felicidad del embarazo.
—Tifa..te casaste según las costumbres europeas, ahora tienen que hacerlo aquí. —dijo la más mayor de todas las mujeres.
—Estoy segura de que a Elián no le molestará, Pero primero tendremos que festejar la boda del año.
—¿Boda? ¿Que boda...de quién? —preguntó Rania.
—La tuya...vamos a organizar tu boda mi niña. —respondió Tifa. Rania se carcajeo y respondió negando.
—Nooo...aún estamos en la etapa de las citas románticas y....
—Estoy segura de que pronto serás la prometida más feliz mi niña....—la interrumpió Tifa y todas aplaudieron.
La hora de la cita llegó y Rania estaba de camino a la playa, se bajó del auto y vio a lo lejos la luminosidad de las velas y una mesa decorada en medio de la arena, quitó sus zapatos para caminar con más comodidad y se acercó muy despacio. Jhon mirando la extensión del mar y con las manos en los bolsillos no se percató de la presencia de Rania.
Ella cubrió sus ojos y el pudo sentir la suavidad de su piel. Se giró quedando frente a ella, la miró fijamente mientras el viento jugaba en su cabello.
—Buenas noches novia mía, estás hermosa. —dijo Jhon colocando un mechón de cabello detrás de su oreja.
—Y mi novio no se queda atrás, con ese traje a medida, y con ese cabello revoloteando al viento te hace ver muy sexy. —habló Rania mordiendo su labio inferior.
Jhon sonrió mientras sentía su miembr0 endurecer por el gesto tan sensual de Rania.
—Ya no resisto más, muero de deseos por tí, de tenerte y hacerte mía.
—Y yo estoy igual, muriendo por sentirme tu mujer. —dijo ella.
Jhon besó a Rania y ella respondió, era su lugar secreto, y nadie podía ver sus demostraciones de amor y ser cuestionados y juzgados.
—Ven....mira preparé está cena para mi mujer.
Rania y Jhon cenaron a la luz de las velas artificiales y el fresco viento salino de la playa, bebieron vino y una hora después , Jhon destapó una champagne bien fría y la sirvió
—¿Y esto? Mi novio quiere embriagarme. —preguntó sonriendo—Seria una tentación tenerte así en ese estado. —respondió Jhon de forma seductora.
Rania sonrió y tomo la copa que le dió Jhon.
—Brindemos por nuestro futuro, por nuestro compromiso y por tí mi amor...por ser la mujer de mi vida, la madre de mi hijo..por ser mi mundo entero.
—Y yo brindo Por nuestro amor.. que sea eterno. —Rania chocó su copa con la de Jhon y bebió el contenido de su copa encontrando ahí el anillo que Jhon había puesto sin que ella lo notara. Rania miró a Jhon sintiendo el anillo en su boca y lo miró sonriendo, Jhon unió sus labios a los de ella, y lo sacó de su boca entre besos, la miró a los ojos mientras lo deslizaba en su dedo.
—¿Quieres casarte conmigo? ¿Quieres ser mi esposa, mi amante, mi todo? —preguntó Jhon entrelazando sus manos.
Rania sin perder el tiempo se colgó a su cuello y respondiendo entre besos.
—Si..si acepto ser tu esposa, tu amante..tu todo mi amor.
Jhon la besó intensamente haciendo estremecer sus cuerpos por el deseo reprimido que tenían al estar ahí.
Pasaron caminando un poco más y decidieron regresar a la residencia Al-khalifa.
Al día siguiente, todos estaban felices con la noticia del compromiso de Rania y Jhon.
—No quiero esperar más padre, Jhon y yo decidimos casarnos. —dijo Rania y Khalid autorizó la organización de la boda, un mes pasaron en la organización, entre pruebas de vestido, maquillaje, y los bocadillos.
Rania estaba en su habitación, mirando a través de las ventanas el parque donde jugaba con Fátima, sentía nostalgia por ella y no saber dónde estaba, Jhon ni su padre les habían dicho del paradero de Fátima, era un secreto de tres hombres con carácter firme que jamás romperían el silencio.
—¿Pasa algo mi vida? —preguntó Jhon, entrando a la habitación de Rania y verla distante. Rania se giró y lo miró.
—No se donde está Fátima...y me gustaría saber dónde está, quiero saber de ella.
—Es peligrosa amor, su odio hacia ti es desmedido, y es mejor que este desaparecida, por qué si la encuentran pasará años en la cárcel por secuestro, intentó de asesinat0 y complicidad en uno. —respondió Jhon abrazando la para tranquilizarla un poco.
—No se que es peor, que este desaparecida pasando necesidades o tenerla aquí aunque sea en la cárcel.
—Vamos a olvidar ese tema, no empañrmos nuestra felicidad con personas que no supieron valorar el amor que le diste, vamos mañana es nuestro gran día, por fin serás mi esposa..ya no soporto más tenerte tan cerca y lejos a la vez.
Rania sonrió y salió de la habitación agarrada de su mano.
Al día siguiente ya estaban todos ocupados en sus labores, el área de los hombres era un estadio de concierto, de lo que hablaban reían y compartían sus anécdotas de casados mientras se preparaban para la hora de la boda.
El área de las mujer no estaba diferente, las más ancianas daban consejos de como ser una buena esposa. Rania estaba viviendo todo el proceso que no pudo antes, y Jhon le regaló la oportunidad de vivirlo, le había dado el divorcio y hacer las cosas bien como debió ser, por eso aceptó vivir el proceso de noviazgo y citas románticas, para luego pasar al compromiso y luego la boda.
Y ahí estaban, viviendo el nerviosismo de la boda deseada.
Ya todos listos y mientras los invitados esperaban, a la habitación llegó Arielle.
—Estás muy bella Rania, irradias felicidad. —habló mientras entregaba una caja negra.
—Este es mi regalo de bodas mi amiga bella. —dijo Arielle entregando un collar con una enorme piedra de jade.
Rania se giró para que lo colocara en su cuello y luego se giró nuevamente.
—Gracias Arielle, es ironía de la vida, la primera vez que me casaba con Jhon sabía que existía una mujer, y creí que jamás podría tenerla frente a mi por el desprecio que el sentía por mí a causa de su amor por tí, y hoy esa mujer es mi mejor amiga y está aquí compartiendo el día más feliz de mi vida.
—Nunca fuí tu rival, jamás, desde que te ví te consideré mi mejor amiga.
Rania y Arielle se abrazaron cuando fueron interrumpidas por la organizadora de bodas
—Con permiso...Pero ya es hora de que la novia haga su recorrido.
Arielle se despidió de Rania y entró Khalid Al-khalifa y su esposa a la habitación.
—Hija mía, Estoy orgullosa de ti, te veo feliz y radiante.
—Lo soy madre, soy muy feliz...me caso con el amor de mi vida, siempre lo fue, desde mi primer boda.
—Pero ahí no eras feliz hija.
—No era feliz Pero tenía esperanzas.
—Bueno, el pasado está en su lugar, hoy es otro tiempo, y este tiempo está lleno de amor ..y tú, hija te lo mereces, serás muy feliz y yo te doy mi bendición, que Aláh este siempre en tu hogar y tu felicidad.
—Te doy mi bendición hija mía, vamos es hora de ir al encuentro con tu felicidad. —dijo su madre.
Rania tomó el brazo de su padre y salió para caminar por el pasillo que la llevaría al encuentro con Jhon.
Caminaron a paso lento mientras la música resonaba al fondo, los fuego artificiales eran como estrellas que iluminaban el cielo, y así Rania llegó al altar donde la esperaba Jhon.
Khalid la entregó dando nuevamente la bendición a ambos, tomó a Jhon JR. su nieto y lo llevó a su lugar junto a él, la ceremonia empezó y una hora después el Oficiante empezó con el sermón, para luego declararlos marido y mujer.
Jhon y Rania celebraron su boda islámica, que duró una semana de fiestas. Una semana después de toda la algarabía de la boda se habían manchado todos los invitados, y ahora unas semanas después Jhon y los padres de Rania estaban de regreso a Italia, para luego viajar a Arezzo donde lo esperaban con una nueva boda para realizar.

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LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.
RomanceRania Al-khalifa, era una mujer inteligente, y hermosa, Había crecido en un hogar en dónde las costumbre y tradiciones eran inquebrantables. Estaba comprometida Desde muy pequeña con la familia Al-Rashid. Obligada a casarse con Alih Al-Rashid, y un...