CAPITULO 40

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El amanecer llegó, Jhon dormía al igual que Rania enredada entre sus brazos, abrió los ojos y vio la salida del sol, se zafó del agarre de Jhon y se fue al pequeño puerto miró lo claro del agua que la invitaba a sumergirse en ella y así lo hizo.
Se lanzó al agua y Jhon la siguió lanzándose tras de ella.
—Te atrapé. —dijo Jhon tomando la por la cintura y pegando la a su regazo, Rania rodeó sus brazos en su cuello y lo besó tiernamente.
Rania enredó sus piernas al rededor de las caderas de Jhon, y poco a poco él se fue adentrando en su caliente interior y nuevamente se entregaron a su amor viviendo y experimentando los más exitantes y placenteros orgasmos.
Así pasaron cuatro días entregándose a su amor y regresaron a la hacienda, Rania sentía que habían pasado mil años lejos de su hijo nuevamente, disfrutó de su pequeña luna de miel y ahora estaban ahí en el jardín junto a Arielle y Dora.
—Me alegra mucho saber que estás más tranquila, te sentó bien esas pequeñas vacaciones. —habló Arielle con picardía haciendo sonrojar a Rania.
—Si...fue maravilloso el lugar, y me encantaría volver ahí, Pero tenemos que organizar nuestro viaje a Dubai, necesito ver a mis padres, ellos no me dicen nada de Fátima, y yo necesito saber dónde está. —respondió Rania sintiendo angustia por no saber nada de su hermana.
Jhon preparó el viaje y una semana después estaba abordando el jet privado para viajar a Dubai.
Entre escalas y horas de vuelo ya estaban aterrizando en el aeropuerto privado de Khalid Al-khalifa, ya la limusina los esperaban para ser trasladado al palacio Al-khalifa.
Rania miró todo nuevamente, sentía nostalgia de volver a su tierra, miró el paisaje pasar a través de las ventanillas del vehículo y a su mente llegó el recuerdo del día que se encontró con Jhon.

Flash Back.
Rania caminó dejando que el viento batiera su abaya, siguió caminando alejándose un poco más cuando una ráfaga de viento fuerte arrancó el velo que cubría su rostro. Corrió tras del mientras el viento lo levantaba y ella intentaba agarrarlo.
Iba tan centrada en no perder el velo que terminó colapsando contra un desconocido.
—Perdón.. no lo vi, mil disculpas por favor. —se excusó Rania ante el hombre que la miró fijamente.
—Es un pecado cubrir tanta belleza tras este velo. —dijo entregándole el velo. Ella lo tomó rápidamente y trató de cubrirse pero el lo impidió.
—Se que es la costumbre de aquí, estamos los dos no le veo sentido, mañana nos podemos encontrar y solo tu me reconoces por qué tú serás una mujer más cubriendo su belleza.
—Gracias, Pero estoy comprometida y no puedo dejar que me vean.
—Soy de Qatar y esta es mi costumbre.
—Mi nombre es Jhon.... Jhon Maxwell.
FIN flash Back.

Rania miró a Jhon y se dibujó una sutil sonrisa en sus labios. Jhon acarició su rostro y besó su mano.
—Estás hermosa, y ahora sí quiero hacer cumplir tus costumbres, no quiero que otro hombre admire tu belleza, suena egoísta Pero soy muy celosa con mi mujer. —dijo Jhon sonriendo.
—Aquí está mi velo. —respondió Rania. Jhon lo tomó en su mano y la miró.
—Es un pecado cubrir tanta belleza tras este velo. —recordó y repitió las mismas palabras que años atrás había dicho.
—Gracias, Pero estoy comprometida y no puedo dejar que me vean. —respondió Rania con una sonrisa, al juego de recuerdos que tenían en ese momento.
—Es tu decisión de usar el velo mi vida, no tengo ese derecho de exigirte a usarlo o no. —respondió Jhon acunando su rostro entre sus manos.
—Lo se amor, es la costumbre y voy a casa de mi padre, tengo que respetar esas tradiciones. —respondió Rania pasando su suave mano por la mejilla de Jhon.
El vehículo se estacionó y la puerta de limusina fue abierta, Rania sentía latir fuerte su corazón, volver a su hogar de dónde salió siendo humillada por sus padres, y siendo rechazada por su esposo. Sintió un estrujón en su corazón y una lágrima todo por sus mejillas. Jhon la miró y se acercó a ella, la abrazó por la cintura con una mano y con la otra enjuagó sus lágrimas.
—Perdóname mi amor...se que estar aquí te trae dolorosos recuerdos, y yo soy el principal de elid...—sus palabras fueron interrumpidas por Rania.
—No fue tu culpa, mis tendieron un a trampa, y luego...te impusieron a un matrimonio obligado, y además tu amabas a Arielle, yo no lo sabía, Así que yo acepte y creí que conquistaría tu corazón, luego que descubrirás quien era yo...Pero bueno eso es el pasado y no hay nada que hacer para revertirlo. Ahora estoy aquí para enfrentarlo, h tu estás conmigo.
—Asi es mi vida..yo estaré a tu lado siempre. —respondió Jhon besando su mano.
Rania caminó de la mano de Jhon JR. de la de Jhon, el amor de su vida, y con ello Dora.
Khalid y su esposa los esperaban en el salón dorado donde estaba todo listo para el gran recibimiento de su hija y nieto.
Rania, caminó a paso lento, y se adentró al salón dorado, miró a todos ahí esperando por ellos, y fue su madre quien primero se adelantó a recibirla.
—Hija mía, que bueno que estás aquí de donde nunca debiste salir de la forma en que lo hiciste, yo....no sé más que decir.....perdóname.... perdóname por favor. —habló su madre abrazandose a ella y Rania recibiendo la.
—Madre... tranquila, eres mi madre y estabas en tu derecho de sentirte decepcionada de mi, por creer todo aquello, yo te extrañé tanto,  todos estos años madre... mira....—dijo acercando a su pequeño hijo frente a ella.  Se puso a la altura de su pequeño nieto y lo miró fijamente.
—Mi nieto..mi hermoso nieto, cuánto tiempo me perdí de ti, mi vida, perdón mi pequeño. Te prometo que de ahora en adelante vamos a compartir mucho tiempo. —habló abrazando lo y el pequeño respondió al abrazo.
—Nosotros viviremos en la hacienda..papá me compró una y tiene muchos caballos. —respondió en pequeño Jhon.
—Pues allá iré a buscarte para pasear juntos. —respondió una enamorada abuela de su nieto.
Todo el recibimiento fue muy caluroso, compartieron toda la tarde y parte de la noche, Jhon llevó en brazos a Jhon JR. a la cama en compañía de Rania, entraron a la habitación que era de ella y dónde despertó Jhon hace años atrás muy desorientado a lado de Rania. Jhon recorrió la habitación con la mirada y luego miro a Rania, dejaron a Jhon JR. sobre la cama, Rania quitó los zapatos y lo cubrió.
Jhon la miraba deleitado, ver cómo su mujer era tan delicada al tratar a su pequeño. La tomó de la mano para ayudarla a ponerse de pie y la abrazó.
—Aquí empezó todo, y aquí quiero que empiece nuevamente Pero está vez será diferente. —habló Jhon dejando besos en los labios de Rania.
—¿Cómo? No entiendo...creí que habíamos empezado en nuestro refugio. —preguntó sin entender.
—Así es, pero es aquí donde tiene más significado para nosotros. Te espero en la playa...no faltes. —dijo Jhon, besó sus labios y salió para marcharse a la playa donde todo había iniciado como la mujer del velo.
Rania recordó el sari que llevó puesto esa noche y recordó el velo que nunca lo dejó, siempre lo cargaba en su cartera y lo tomó para luego ir donde Dora y encargarle a su hijo.
—¿Dónde vas hija? Mira la hora, y temo por tu seguridad. —habló Dora algo preocupada.
—Tranquila mamá Dora, aquí Fátima no puede hacer nada en mi contra. Además, dudo mucho que esté aquí en Dubai.
—Está bien...pero ve con mucho cuidado, no tarde por favor. —pidió Dora y Rania salió luego de despedirse de ella con un abrazo y recibir su bendición.
Rania subió a uno de los autos de su padre y salió seguida por los guardias de seguridad y manejó lo más rápido que pudo, sentía emociones y tenía sentimientos encontrados. Ahí había conocido al amor de su vida y también el desprecio de este, durante el trayecto, sus pensamientos eran un mar de recuerdos que la hacían sonreír y le hacían sentir dolor en su corazón.
—Ya Rania...valió la pena todo, al final voy al encuentro con el amor de mi vida, ahora ya no seré Ainar, seré Rania,.... Rania Al-khalifa frente a ti Jhon Maxwell. —se dijo así mismo en el momento de estacionar el auto y ver a Jhon caminar descalzo y con las manos en los bolsillos.
Rania bajó y caminó en su dirección, se había colocado el velo, y nuevamente y como pedido por las circunstancias del destino, el viento sopló tan fuerte como aquella noche casi siete años atrás. Rania intentó agarrarlo pero le fue imposible, Jhon la miró intentando lo y se acercó a ella.
—Que mujer tan hermosa, no deberías cubrir tu belleza. —dijo Jhon entregándole el velo.
—Hola...—dijo Rania lo primero que se le ocurrió.
—Hola... Rania está noche quise que nos viéramos aquí donde todo inició, ahora será diferente.
—Claro que será diferente, por que nos conoceremos, tendremos citas y un tiempo después tú... cuando estés convencido del amor que me tienes me pedirá que sea tu esposa. —dijo Rania muy seria...tanto que Jhon la miró y cerró los ojos.
—¿Es en serio? Yo ya te iba a proponer matrimonio. —dijo Jhon creyendo la seriedad de Rania.
—Aquí es Dubai...no es América ni Europa. —respondió muy seria Rania.
—Está bien...voy a seguir las tradiciones y costumbres. Voy a empezar de cero. —dijo Jhon y Rania soltó la carcajada.
—Te convencí. —dijo entre risas, Jhon achicó los ojos y sonrió.
—Ya verás pequeña traviesa, tendrás un castigo muy merecido por engañar a un hombre desesperado pig tengo esposa. —dijo Jhon siguiendo a Rania que corrió mientras rei.
Jhon la alcanzó y cayeron sobre la arena, quedando el encima de ella.
—Hola...soy Jhon Maxwell...eres muy hermosa, quiere ser mi novia, para que tengas todas la citas conmigo y por último te casarías conmigo. —dijo Jhon y Rania no paraba de reír.
—Señor Maxwell...en una sola noche terminamos en matrimonio....nooo...yo quiero vivir el proceso. —dijo Rania entre risas.
—Y yo te regalo el vivir nuestro proceso..así me muera del deseo cada día por tenerte a mi lado. ¿Cuánto tiempo viviremos el proceso? —preguntó haciendo un puchero.
—Cómo es la costumbre.
—¿Cuánto?
—Tres años. —respondió Rania aguantando la risa.
—¿Tres años? ....en verdad moriré en el proceso. —respondió Jhon convencido por lo que diría Rania.
Cayó a lago de ella fingiendo estar  inconsciente.
—¡Tres años! Que castigo Dios.

LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora