CAPITULO 43

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Jhon vendó los ojos de Rania ante de  que el helicóptero diera visualización del área decorada y aterrizara lo más cerca de la hacienda Maxwell.
Ya todos estaban preparados para dar la bienvenida a los esposos y el helicóptero aterrizó.
—Estoy nerviosa. —dijo Rania apretando la mano de Jhon.
—Tranquila mi vida, es una sorpresa que tengo para ti. —respondió reteniendo la un poco en el auto para dar tiempo a que los demás lleguen primero. El auto avanzó y llegó a la hacienda, Rania fue guiada a una de las habitaciones donde la esperaba un hermoso vestido de novia.
—Este vestido es único y te verás hermosa mi niña, la cita romántica que tendrás con tu esposo.
—Si.. siempre me sorprende con algo diferente.
—Ahora  si podrán tener su viaje de bodas.
—No quiero viajar fuera de Arezzo,  solo deseo ir a nuestro refugio..me encanta ese lugar, transmite paz y tranquilidad. —dijo Rania mientras era despojada de sus vestimentas tradicionales y vestida con un hermoso vestido de novia con corte de sirena, ajustado y moldeado a su figura. Le retocaron el maquillaje, y una hora después estaba siendo giada por el pasillo cubierto de pétalos blancos, caminó a paso lento de la mano de su madre y cuando estuvo al inicio de la entrada su venda fue retirada. Rania miró al frente y vio a Jhon parado en el altar junto a su hijo y a Dora. Se miró ella y se vio vestida de novia, tocó su cabeza y notó su velo, Rania sentía su corazón latir tan fuerte que retumbaba en su pecho.
—Jhon..—pronunció en un susurro.
—Es la boda según nuestras tradiciones, y entonces estarán doblemente casados. —dijo Arielle y Khalid llegó a su encuentro.
—Hija mía, por lo visto ese hombre se casará contigo todos los días. —expresó con una sonrisa al ver la felicidad de su hija reflejada en su rostro.
—Soy tan feliz padre...vamos...no quiero esperar más. —dijo Rania y avanzaron hasta llegar al altar donde fue entregada a Jhon.
Rabia caminó a lado lento bajo la atenta mirada de Jhon.
—Se ve tan hermosa y delicada, si hace años me hubieran dicho que hoy estaría amando con toda mi alma a mi ex esposa árabe despreciada, me hubiera reído y no lo hubiera creído, y hoy estoy aquí esperando por ella, y verla acercando se a mi para no separarnos jamás...es la felicidad más grande que se pueda vivir...el amor nos hace ver pequeños ante los demás, Pero nos hace tan fuerte. —Jhon suspiró profundo y sonrió al momento en que Khalid se acercó con Rania.

Rania.
—Quitaron la venda de mis ojos y se reveló ante mi, nuevamente la felicidad de casarme otra vez con mi hombre amado. Lo ví tan radiante y sonriente esperando por mi, y mi corazón estalló de emoción. Deseaba correr a su encuentro pero tenía que ir despacio, esta vez despacio, la primera vez corrí a su encuentro y fui infeliz, pero ahora no, ahora es diferente..será diferente. Gracias mi amor... gracias por regalarme este tan maravilloso sueño hecho realidad. —pensó Rania mientras se acercaba al altar para sellar su destino junto a Jhon...el hombre que una vez la despreció y este ahora muere por estar a su lado.
—Nuevamente te entrego a mi hija Jhon, cuidala y protegerla siempre, es mi mayor tesoro. —habló Khalid besando la frente de su hija.
—Con mi vida si es necesario. —respondió Jhon tomando la mano de ella y dejando un beso en el sus nudillos.
La ceremonia empezó y el sacerdote dió inicio con el sermón tradicional.
Una hora después, Jhon estaba diciendo sus votos matrimoniales.
—Yo Jhónathan  Maxwell, te recibo a ti Rania Al-Khalifa como mi esposa, para amarte y respetarte, serte fiel todos los días de mi vida. Recibe este anillo como muestra de que te pertenezco en cuerpo y alma. —dijo Jhon sonriendo mientras colocaba el anillo en el dedo de su esposa.
—Yo, Rania Al-Khalifa te recibo a ti Jhónathan  Maxwell,  como mi esposo, para amarte y respetarte, serte fiel todos los días de mi vida. Recibe este anillo como muestra de que te pertenezco en cuerpo y alma. —repitió Rania las mismas palabras de Jhon, sonriendo mientras colocaba el anillo en el dedo de su esposo.
El sacerdote terminó el sermón diciendo.
—Lo que Dios a unido... no lo separa el hombre. Los declaro marido y mujer...puedes besar a la novia. —habló el sacerdote y Jhon no espero max para agarrarla por la cintura y pegarla a su pecho.
—Estás completa mente atada a mi y nada podra separarme de ti. —habló Jhon sobre los labios de Rania, sellando por segunda ves su unión.
La celebración empezó y todos compartieron y festejaron su felicidad.
Su viaje de luna de miel la pasaron en el mismo refugio en la naturaleza, una semana entregándose al amor eterno que sentían el uno por el otro.
Los meses siguieron su curso y era Elián quien a pesar de ser médico estaba tan nervioso por la llegada de sus gemelas Eliana y Stefany Rogers Al-Hassan.

Rania, estaba en la sala de espera tan nerviosa como felíz, su amiga considerado su hermana estaba cumpliendo otro de sus más anhelados sueños...ser madre.
El llanto de las bebé retumbó en el pasillo y Rania calló en los brazos de Jhon, su mundo se había oscurecido.
—¡Un médico!  ¡Por favor! —gritó cargándola en brazos a emergencias.
El Galeno la recibió y la examinó.
—Aparentemente está bien, pero haremos un ultrasonido para confirmar mis sospechas. —dijo el médico. Rania despertó un poco mareada y escuchó las palabras del médico, lo miró extrañada por sus palabras.
—¿Sospechas? ¿Que tengo doctor? ¿Tengo algo malo? —preguntó algo preocupada sabiendo que estae embarazada era imposible, pues si embarazo fue tan delicado y complicado que tenía posibilidades de no volver a embarazarse jamás.
—Un embarazo no puede ser malo. —respondió el Galeno indicándole que  pasara a la sala de ecografías.
—Eso lo es posible doctor....no podré tener hijos . —respondió con tristeza y Jhon se acercó para abrazarla.
—Tranquila mi vida, tenemos a nuestro príncipe, y es suficiente, pero si lo estás lo amaremos de igual manera. —Rania cerró los ojos y sus lágrimas rodaban, Jhon dejó un suave beso en sus labios y entraron a la sala de imagenes.
Rania se acostó en la camilla, la enfermera ayudó a descubrir su vientre y coloco el frío gel, el Galeno pasó el transductor y miró la pantalla, subió el volumen y se escucharon los latidos del corazón del bebé, Rania apretó tan fuerte la mano de jhon que aguantó el dolor, pues Rania ya conocía ese hermoso sonido y lloró más.
—No es posible....no lo creo. —expresó muy emocionada y mirando a Jhon.
—Si es posible...y aquí está creciéndo. Y dentro de seis meses llegará al mundo para alegrar sus vidas .
Jhon estaba más que feliz, ahora sí viviría todo el proceso y llegada de su hijo, cosa que se perdió de Jhon su hijo mayor.
Dieron la noticia de su embarazo y así cada día Jhon cuidaba y consentía a  Rania. Los meses transcurrieron y ya estaba Jhon corriendo por los pasillos del hospital para recibir a su pequeña Eila  Maxwell Al-Khalifa.
Los meses seguían su curso, y se convertían en años, cinco años habían transcurrido y estaban celebrando el cumpleaños número cinco de Eila, y Jhon recibiendo la noticia de que nuevamente sería padre.
—Es la noticia más maravillosa que escuché hoy, gracias mi vida... gracias por hacerme el hombre más  feliz.
—Y tu mi vida .. gracias por hacerme sentir única en tu mundo.
—Eres la única dueña de mi corazón.
—¿Y yo? Tu eres mío papá...yo tambien soy  la dueña de tu corazón. —reclamó su pequeña y celosa hija.
—Por su puesto que si...tu y mamá son las mujeres de mi vida.
—¿Y si es niña la que va a nacer.?
—También será mi tóxica chiquita.
La fiesta continuó y disfrutaron de la reunión familiar. Ya entrada la noche todos descansando Rania salió a la terraza de su habitación. Suspiró profundo, miró al cielo h sonrió,.
—Gracias Dios..Alah, al final eres el mismo con diferentes nombres, te doy gracias por tanta felicidad, tanto amor, y sobre todo....por estas bendiciones que me has dado. Por favor, te pido que dónde este Fátima, este viviendo un poco de felicidad. —Rania suspiró profundo y sintió la sensación de se escuchada por Dios, sintió paz y tranquilidad y un suave viento levantó su cabello. Sintió las manos de Jhon abrazar su cintura y la rodeó.
—Estoy seguro que Fátima está bien, porque de ser lo contrario, ya nos hubiéramos enterado, ella sabe esconderse, nunca la encontramos.
—Solo deseo que este bien. —dijo Rania.
Jhon la giró y besó sus labios.
—Te amo. —dijo Rania rodeando su cuello, sintiendo y mirándose en sus ojos.
—Tu eres la mujer de mi vida...te amo.  —respondió Jhon besando a la que una vez fue su esposa árabe despreciada..

Gracias por darle oportunidad a mi historia, pido disculpas por el retraso.

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⏰ Última actualización: Jan 13 ⏰

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LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora