CAPITULO 32

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Elián vio salir a Tifa y trató de seguirla, pero nuevamente su teléfono sonó.
—Cariño...por qué cortas la llamada.
—Teresa...deja de llamarme, sabes que lo nuestro se terminó Desde hace mucho tiempo y no precisamente por mi. —respondió muy cortante y frío, y después colgó nuevamente, salió de la hacienda y fue tras de Tifa.
Condujo por todo el pueblo y a lo lejos vio la camioneta de ella y pudo verla sonreír tranquilamente con Mustafá....la observó por un largo tiempo y decidió pasar por su frente ignorando la completamente.
Manejó muy despacio haciendo tiempo de que Tifa pudiera darse cuenta de que estaba frente a ella.
Tifa lo miró y continuó hablando con Mustafá haciendo de cuenta no haber visto a nadie.
—Tifa... bonita, deseo compartir toda mi vida contigo...no soy un hombre detallista, Pero si soy sincero con mis sentimientos, y tú....tú eres la mujer que deseo para mí. —Mustafá habló con sinceridad.

Tifa se  encontraba en una encrucijada en su vida amorosa. Por un lado, tenía a Elián, un atractivo doctor que había conocido siendo un Pley Boy y con quien había mantenido una amistad durante los últimos años. Por otro lado, estaba Mustafá, un misterioso y apasionado arquitecto que había viajado para conquistar su corazón.
—Mustafá...yo...yo siento que aún no puedo darte una respuesta definitiva.
—Tifa...eres una mujer muy inteligente, y sabrás ver lo mejor para tu futuro, yo estaré aquí esperando por ti hasta que tomes tu decisión. —dijo Mustafá tomando su mano. Tifa parpadeó y tragó el nudo formado en su garganta, y corrió la mirada a dónde se encontraba Elián que la miraba fijamente.

Tifa se encontraba en un dilema emocional, ya que ambos hombres tenían cualidades que la atraían de formas diferentes. Por un lado, Elián era estable, seguro de sí mismo y siempre estaba ahí para ella en los momentos difíciles. Habían compartido muchos momentos juntos y Tifa se sentía cómoda y segura a su lado. Sin embargo, últimamente sentía que la chispa había desaparecido, pues las relaciones amorosas que le conocía eran muchas...y discretamente activas, y eso le hacía dudar.

Por otro lado, Mustafá despertaba en Tifa una atracción que no había experimentado antes. Su aura misteriosa y su habilidad para seducirla con sus ocurrentes cosas y su forma de ser la tenían completa mente cautivada. Habían tenido unos pocos encuentros y desde entonces no había podido dejar de pensar en él y como la hacía reír,  Sin embargo, también era consciente de que su relación con él sería complicada, ya que vivían en ciudades diferentes y tenían en común las tradiciones de su país .
Esa noche, Tifa recibió un mensaje de texto de Mustafá en el que le pedía que se encontraran en un restaurante de lujo en el centro de la ciudad.
Y ahí estaban, sentado ella impulsada por sentir incomodidad al descubrir la nueva aventura de Elián.
Estaba nerviosa por estar en medio de los dos al mismo tiempo, ya que sabía que debía tomar una decisión sobre su vida.
Durante la cena, Mustafá le confesó a Tifa, su intensión de tener una relación seria y estable,  que desde  que la conoció en Dubai, no había dejado de pensar en ella y que estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para estar juntos.
—Vamos a darnos una oportunidad, verás que no te arrepentirás...lo prometo....eres la mujer que escogí para ser mi esposa. —dijo Mustafá acariciando su mentón.
Tifa se sintió abrumada por sus palabras y por la intensidad de su mirada. Sabía que debía tomar una decisión, pero no estaba segura de estar lista para comprometerse con alguien que representaba lo que era vivir dentro de las tradiciones y costumbres, al filo de la libertad que no tendría, pues la costumbre de los hombres árabes, eran tan arraigadas y eso era también un factor de dudas para ella,  y más siendo ella una mujer viuda.
—Mustafá...pueda que ahora no lo veas, Pero como crees tu que tomarán la noticia de que tú me desposarás, ¿Te imaginas a tu familia? Ellos no lo aceptarán.
—Pues tendrán que hacerlo. Y si no ...no viviremos en Dubai, será en cualquier otro lugar del mundo. —respondió Mustafá seguro de sus palabras.
Después de la cena, Mustafá le pidió a Tifa que diera un paseo por el parque cercano. Mientras caminaban bajo la luz de la luna.
—Cierra los ojos mi bonita. —Mustafá le pidió que cerrara los ojos. Cuando Tifa los abrió de nuevo, se encontró frente a un hermoso ramo de rosas rojas que iluminó sus ojos.
—Están hermosas Mustafá...me encantan las rosas.
—Lo se ..lo descubrí hace mucho tiempo. Ven tengo otra sorpresa para ti, voy a vendar tus ojos. ¿Confías en mí? —preguntó Mustafá quitando su corbata.
—Confío. —respondió Tifa sonriendo. Mustafá vendó los ojos de Tifa y la guió de la mano pue el camino que los llevó hasta el palacete donde estaba lleno de velas encendidas y flores.
—¿Lista? Cuando te diga puedes quitar la venda, y lo harás. —dijo Mustafá y se puso de arrodillas  frente a ella.
—Ahora quita la venda por favor. —dijo Mustafá y Tifa lo hizo, miró el paisaje iluminado, y se llevó las manos a la boca ahogando un grito de emoción.
—Es muy hermoso el lugar Mustafá... gracias por tan hermoso detalle. —dijo Tifa, y Mustafá le pidió que fuera su novia oficialmente.
—Mustafá...yo...—se quedó en completo silencio sin saber que responder. En ese momento, Tifa se sintió abrumada por la emoción y la intensidad del momento. Sabía que debía tomar una decisión importante y que estaba en juego su futuro amoroso. Por un lado, estaba Elián, el hombre con el que había compartido tantos momentos felices y que siempre había estado a su lado, la observó en completo silencio y a distancia, con sus manos en los bolsillos, se quedó mirando, luego cerró los ojos y se dió la vuelta estando seguro de que había perdido a Tifa para siempre. Subió a la camioneta y salió sin ser visto por Mustafá y Tifa.
Tifa tragó el nudo en su garganta, recordó a Elián y su carismática sonrisa, y sintió un estrujón en su corazón, por otro lado, estaba Mustafá, el hombre que despertaba una arrebatadora ilusión que le hacía imaginar vivir lo que tanto había anhelado, tener un hogar que para ella  representaba lo desconocido y lo emocionante..pues creyó jamás tenerlo, y ahora solo dependía de su respuesta. Tifa sentía su corazón latiéndole con fuerza, cerró los ojos y tomó una decisión. Cuando los abrió de nuevo, se encontró con la mirada expectante de Mustafá y con el recuerdo de los momentos que había compartido con Elián. En ese momento, Tifa supo lo que tenía que hacer. Era momento de elegir entre la seguridad y la pasión, entre lo conocido y lo desconocido.
Mientras Tifa decidía su futuro, Rania y Jhon vivían sus momentos de amor.
El teléfono de Rania sonó y vio el mensaje de Jhon.
—Te espero en la salida del pueblo...por favor no tardes.
Jhon después de dejar a Rania y al pequeño Jhon en la hacienda Arielle fue nuevamente al lugar dónde habían acampado con su hijo. Preparó la cabaña hinchable, prendió la fogata, esparció los pétalos de rosas por todo el lugar y encendió las velas formando un camino,  luego regresó al pueblo donde compró lo necesario para pasar hay dos días y sus noches. Envió el mensaje a Rania y sonrió.
Rania sentía su corazón estallar de mucha emoción, su cuerpo temblaba al recordar las caricias de Jhon, cuando era la mujer del velo. Ahora no era la mujer del velo, el mensaje era para ella como Rania. Miró a Dora en el jardín, bebiendo un té en compañía de Arielle,  y se acercó a ella.
—Hola señora Dora... Arielle...quiero pedirles un favor. —pidió sin pérdida de tiempo.
Arielle la miró y luego a Dora.
—Sabes que para eso estamos las amigas... dime que necesitas Rania. —respondió Arielle poniéndose de pie, mientras Dora abrasaba a su nieto.
—Tengo una cita muy importante, no quería decir nada Pero Tifa no aparece por ningún lado, y no tengo con quien dejar a Jhon. Por favor será solo un momento.
—No tienes que pedirlo hija...mi nieto estará muy bien aquí con nosotras, ve y por favor necesito más nietos espero vengas con una gran noticia después de esta cita. —dijo Dora haciendo que Rania se avergonzara sintiendo su rostro arder. Arielle se abrazó a ella y para tratar de calmar su vergüenza.
—Tranquila... ve tranquila, y si...espero todo salga bien con Jhonathan, necesitamos una celebración a lo grande. —dijo Arielle y Rania se despidió de su hijo.
—Te portas bien cariño, pronto vendremos  por ti papá y yo.
—?Y viviremos en nuestra hacienda?
—Asi es mi vida, viviremos en la hacienda junto con la abuela.
—¡Yupiiiii! —dió brincos y gritos de felicidad el pequeño Jhon, Rania se despidió de Dora, su hijo y Arielle, subió a su camioneta y salió para encontrarse con Jhon en la salida del pueblo.
En todo el trayecto no dejó de sonreír, recibía en su mente cada beso y cada caricia de Jhon, aceleró más porque deseaba encontrarse con su felicidad, y por fin realizar el sueño de formar una familia al lado del hombre que amaba.

LA ESPOSA ÁRABE. Despreciada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora