Aunque al principio el beso fue torpe y descoordinado, con cada segundo que pasaba, ambos comenzaron a acompasarse al ritmo del momento, como si sus cuerpos ya supieran lo que debían hacer. Jimin rodeó el cuello de Yoongi con sus brazos, aferrándose a él como si temiera que todo desapareciera en un suspiro. Las grandes manos del alfa, firmes y seguras se posaron sobre su cintura, como anclándolo a esa realidad tan deseada. El corazón de Yoongi latía con fuerza, y su mente, llena de pensamientos caóticos, apenas podía procesar lo que estaba ocurriendo. Para él, aquello era como un sueño del que nunca quería despertar, un sueño al que había aspirado durante años y que finalmente estaba alcanzando.
Jimin, por su parte, sentía como si el tiempo se hubiera detenido. Cada beso, cada toque, cada caricia entre ellos, le decía que algo había cambiado en su vida para siempre. En aquel instante, todo lo demás parecía desvanecerse. Ya no importaba el pasado ni los años de distancia que habían marcado su relación. El mundo, con sus complicaciones, sus desafíos, dejó de existir por completo. Solo quedaban ellos dos, entrelazados en una danza silenciosa que hablaba más que cualquier palabra.
Yoongi no tardó en mover a Jimin hacia el escritorio, acorralándolo suavemente, sin forzarlo, sin prisa. Jimin se apoyó en el borde, sintiendo cómo sus piernas temblaban bajo el peso de la emoción que lo invadía. Nunca imaginó que ese reencuentro tan casual en el hospital podría llevarlos a ese momento, a compartir algo tan profundo, tan personal. A pesar del tiempo, de los días y las noches de separación, sus sentimientos seguían intactos, como si el amor nunca hubiera dejado de crecer, aunque estuviera dormido por años.
Para Jimin, la idea de que existiera una persona destinada a ser el amor de tu vida le parecía una idea demasiado idealista y casi ridícula, pero ahora, al tener a Yoongi frente a él, al sentir cada caricia, cada beso, cada roce de su piel, no podía evitar pensar que tal vez sí existía algo más grande que el azar, que la casualidad. Tal vez, pensó, eso era lo que sentía ahora: el destino, el universo, poniéndolos en el mismo lugar, en el mismo momento, una vez más.
Por unos segundos, la distancia entre ellos se alargó solo para tomar aire, pero no tardaron en unirse de nuevo, sus labios buscando los de la otra persona como si su vida dependiera de ello. El beso fue más suave, más tranquilo que el anterior, como si ambos quisieran saborear ese instante, aprovecharlo al máximo. Cada caricia, cada toque, se sentía como una promesa de que todo lo que habían vivido, todo lo que habían perdido, valdría la pena si podían seguir adelante juntos.
Finalmente, el beso llegó a su fin, y ambos se miraron, respirando de manera entrecortada, como si no pudieran creer lo que acababa de ocurrir. Sus ojos se encontraron, profundos y sinceros, y Yoongi comenzó a hablar, aunque las palabras parecían escapar de su boca con dificultad. Había esperado tanto tiempo para decir lo que sentía, que ahora, en ese momento, su mente estaba en caos, sus pensamientos desordenados.
—Jimin, yo... —dijo, dudando por un momento, como si cada palabra fuera una carga demasiado pesada para soltar. Sin embargo, al mirarlo a los ojos, las palabras finalmente salieron con la misma naturalidad que el latido de su corazón—. Es que yo te amo. Eso no ha cambiado en todos estos años. Y no creo que cambie. Lo único que quiero en esta vida es estar contigo... y con Byul.
Tomó las manos de Jimin, pequeñas, delicadas, pero fuertes en su sinceridad. Esa era la verdad que había guardado durante tanto tiempo. No había duda en su voz, solo una petición sincera y humilde.
—Por favor, dame una oportunidad para demostrarte todo lo que no pude hacer antes.
Jimin, por su parte, estaba completamente sumido en el mar de emociones que lo invadían. Sentía el peso de las palabras de Yoongi, pero también el peso del miedo. A pesar de que sus sentimientos eran los mismos, el miedo a volver a ser herido lo paralizaba. Sabía que su mejor amigo, Taehyung, le diría que estaba loco si aceptaba, y su padre, sin duda, tampoco lo aprobaría. Pero, ¿qué hacer cuando el corazón ya había tomado una decisión? ¿Debía ignorar a todos los que le decían que no lo hiciera? ¿O debía escuchar a lo que su propio corazón le dictaba?

ESTÁS LEYENDO
Belonging to you
FanfictionYoongi se enamoró del hijo del mejor amigo de su padre desde que eran niños, Jimin sufre de muy mala salud, pero eso no impide que pueda vivir cierto tipo experiencias normales para su edad. Historia Omegaverse