Promesas

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Los días pasaron después de aquellos sucesos, en donde los dos se sincesaron, confesaron sus sentimientos y sobre todo su relación comenzó a crecer. Sin embargo, a pesar de que los dos se encontraban contentos por aquellos tiernos coqueteos, sabían que esto acabaría pronto, ya que Yoongi regresaría a su país y no se iban a poder ver hasta las vacaciones. Jimin haría todo lo posible para que su padre lo dejara ir y si no lograba convencerlo, Yoongi vendría a verlo. Los dos estaban evidentemente enamorados y esa separación sería bastante dolorosa para ambos.

–Esta es la última pieza, debes ponerla tú.

–Gracias hyung – Jimin tomó la ultima pieza del rompecabezas en sus manos y con cuidado, además de emoción, puso la pieza terminandolo después de haber invertido varias horas a ese rompecabezas. –Al fin lo logramos.– El beta estiro sus brazos y miró a su acompañante con una sonrisa.

–Logramos terminarlo antes de que tengas que irte.

Yoongi no pudo evitar hacer una mueca de disgusto por esas palabras mientras se acercaba a Jimin y lo tomaba de su cintura para acercarlo a él, al parecer, ya se había normalizado aquellas actitudes.

–No es de mi agrado recordar eso, la idea de que ya no dormiré a lado de un lindo chico, creo que hacen que no me quiera ir.

–No te vayas... puedes hacer tu carrera aquí, eres inteligente, estoy seguro que puedes pasar el examen para la mejor universidad aquí.

–No es tan fácil... pero puedo pedir un intercambio, pero al menos debo pasar un semestre en la universidad.

Jimin bajo la mirada con tristeza, era la primera vez que estaba realmente enamorado y por fuerzas mayores debían separarse.

–El tiempo pasará rápido, además puedes visitarme, yo puedo visitarte en vacaciones, haremos que esto funcione.

–Entraré a la universidad.

Yoongi miró con sorpresa al más bajo, era tan repentina aquella idea, que no entendía muy bien.

–¿Qué?

–Sí, entraré a la universidad y cuando se acabe tu intercambio, yo haré uno en tu país, papá no podrá negarse, no me puede tener encerrado todo el tiempo, además debo hacer algo con mi vida, no puedo estar encerrado aquí siempre.

–No creo que... no lo tomes a mal Jimin, pero no creo que debas hacer eso, tu salud es delicada y si estás aquí es porque el aire es mejor para tí. Creo que deberías quedarte con tu papá, él cuida bien de tí y creo que estoy más tranquilo si te quedas con él.

El semblante de Jimin cambió a uno más serio, estaba cansado que otras personas eligieran como es que tenía que vivir sólo porque no gozaba de la mejor salud.

–Tu también eres igual que mi papá, sólo quieren que este aquí y pase mi juventud en estas cuatro paredes. Te he platicado todos mis deseos y sueños, ¿por que no pueden entender que no puedo vivir encerrado?, para ustedes es fácil, mi papá ya vivió su juventud, se enamoró, conoció miles de personas, miles de lugares, tú eres el chico perfecto de la escuela, puede hacer lo que quieras cuando quieras.

El beta se fue alejando de él mientras sus ojos se iban llenando de lágrimas por el sentimiento de decepción.

–N-no es que no quiera que no salgas, sabes que nos preocupemos por tí, no podría vivir si algo te pasa. Sólo digo que esperes un poco y no te precipites, cuando pueda ser independiente, no dudaré en pedir tu mano.

–Yo también quiero vivir lo que los demás viven, ustedes no son mis dueños.– Conforme iba hablando, su llanto iba aumentando y con esto, sus dificultades para poder respirar. –Me gustas Yoongi, pero tu tampoco tienes el derecho de mandar en mi vida.– Cerró la puerta de su habitación dejando al alfa afuera y para asegurarse que no entrara le puso seguro y se acostó en su cama, sin poder dejar de llorar. Amaba a su papá, amaba a Yoongi pero no podía soportar que siempre quisieran mandar en su vida; después de tranquilizarse, logró quedarse dormido, ya sea por el cansancio o simplemente porque creyó era la mejor forma de evadir lo que estaba sucediendo.













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