Belonging to you

Padres

Jieun y Jihye llegaron poco después, justo a tiempo para disfrutar de la comida aún caliente. La cena transcurrió en un ambiente ameno, lleno de risas y conversaciones animadas. No pasó mucho tiempo antes de que las anécdotas del pasado, específicamente de los días del internado en el hospital, comenzaran a fluir. Jimin, Jin y Jihye, quienes no habían compartido esa etapa, escuchaban atentos y reían al descubrir facetas desconocidas de sus parejas.

—Desde que Namjoon me conoce, siempre ha intentado que salga con alguien. Quería un compañero para beber, pero, lamentablemente, yo no era muy bueno para eso. No fui lo que esperaba —comentó Yoongi con una sonrisa, mirando de reojo a Seokjin, esperando su reacción.

—B-bueno... Es que lo veía algo apagado y quería animarlo, que se divirtiera un poco —se defendió Namjoon, encogiéndose de hombros y esquivando la mirada juguetona de su pareja.

—Claro, pero las ideas de Namjoon casi nunca salen como planea —añadió Jieun con una risa, mientras Jihye, a su lado, la abrazaba tiernamente.

Namjoon, algo avergonzado por los comentarios, se escondió tímidamente en el hombro de Seokjin. Desde el momento en que lo había conocido, Seokjin había notado que esa torpeza era parte de la esencia de Namjoon, pero lo que realmente le conquistaba era su dulzura y la forma en que lo hacía sentir único, como si fuera el omega más especial del mundo.

La conversación fluía con ligereza hasta que Yoongi, curioso, rompió el ritmo con una pregunta inesperada:
—Namjoon, ¿cómo supiste que Seokjin era "el indicado"?

La sala quedó en silencio, y todos miraron al alfa, que sonrió nervioso antes de responder.
—No fue algo inmediato. Al principio, me impresionó su belleza, claro, pero lo que realmente me atrapó fue su forma de ser. Seokjin tiene una manera única de hacer que incluso los momentos más simples se sientan importantes. Con él aprendí que la vida no es solo cumplir metas, sino disfrutar del camino, incluso de los tropiezos.

Seokjin lo miró sorprendido, con un brillo especial en sus ojos. Namjoon continuó, más seguro:
—Hubo un momento en particular. Yo estaba pasando por una racha difícil, me sentía perdido y sin ganas de nada. Seokjin no dijo mucho esa noche; simplemente se quedó a mi lado. Ese gesto me hizo darme cuenta de que no quería pasar un solo día de mi vida sin él.

—Eso fue muy dulce, Namjoon —dijo Jieun con una sonrisa mientras los demás asentían conmovidos.

—¿Y tú, Seokjin? —preguntó Jihye, animándolo a compartir su perspectiva.

Seokjin sonrió, aunque sus mejillas se sonrojaron un poco.
—Namjoon es torpe, no lo voy a negar —dijo, causando risas en la mesa—, pero hay algo en su torpeza que siempre termina siendo entrañable. Es el tipo de persona que tropieza, pero nunca deja de levantarse, y eso me inspira. Además, nunca me había sentido tan valorado por alguien. Él me hace sentir que soy suficiente tal como soy, y eso es algo que jamás pensé encontrar.

Las palabras de Seokjin provocaron suspiros entre los presentes. Jimin y Yoongi se intercambiaron una mirada cómplice, mientras Jieun apoyaba la cabeza en el hombro de Jihye, suspirando con una sonrisa.

Namjoon miró a su alrededor y supo que aquel momento era perfecto. El ambiente estaba lleno de calidez y risas, y la presencia de sus amigos y su pareja le daba la confianza que necesitaba. Con el corazón latiendo con fuerza, se levantó lentamente de su silla, captando de inmediato la atención de todos.

—¿Qué pasa, Joonie? —preguntó Seokjin, algo intrigado.

Namjoon sonrió con nerviosismo antes de meter la mano en el bolsillo de su pantalón. Sacó una pequeña caja negra y, con un movimiento decidido, se arrodilló frente a Seokjin. El murmullo en la sala se apagó de inmediato.