Emma
Era sábado y eran las 12:00am tenía que levantarme ya era demasiado tarde como para tomar desayuno, así que me bañe, arreglé mi cama y me puse un vestido lila corto hasta las rodillas, unos botines negros y deje mi largo cabello que secara por si solo.
¿Me pregunto que habrá pasado con Damian?, no era normal que no viniera a mi habitación a molestarme o decir algo, además mamá se fue temprano en la mañana a Francia, serían dos semanas sólo Damian y yo...
-Hermanita, menos mal que estas levantada, voy a preparar el almuerzo, así que si tienes tareas has las rápido -bosteza-.
Se veía tan jodidamente lindo cuando hacia eso, además estaba sin polera -me sonroje- no lo esperaba así, y no es que no lo haya visto así antes, pero me apenó bastante. Las hormonas por todo mi cuerpo debían pasar por esto diariamente.
-¡Eee! Así que te ruborizas a ver a tu hermano semi-desnudo, chiquilla pervertida,-rió- pero que linda. Me tengo que ir a la Universidad, no olvides almorzar y ¡hacer tus tareas!.
-Vete al diablo -enuncie de una manera infantil y tonta-, yo nunca he sentido nada que se denomine "gustar" por el sexo opuesto, ya que desde pequeña era Damian quien estaba conmigo, en los momentos de pena, temores y por supuesto en los más lindos. Era él quien siempre me protegía y ayudaba, en mí realmente no cabía alguien más que él; pero no es nada más que un sano amor hermano-hermana. ¿No es así?.
Damian
Nada en esa niña me parece normal, ¿cómo voy a estar pensando en mi propia hermana como una mujer?. Todavía recuerdo mecerla entre mis brazos, enredarme con ella cuando esta tenía miedo de nuestro padre, y como no olvidar las suaves risas que me dejaban perplejo y con un sentimiento pleno lleno de armonía. Es verdad era una chiquilla de diecisiete años de vida, pero no era cualquier chiquilla, sino que era una pequeña señorita que de a poco se transformaba en mujer, maduraba y experimentaba cosas que no tendría que hacer conmigo..., si ella haría todo tipo de cosas que jamás podría hacer conmigo. ¿Besar?, ¿acariciar?, ¿con otros?, ¿otro hombre sería quién la haría su mujer entre sus brazos, vería expresiones llenas de placer que nadie más ha visto?.
Estos pensamientos me tenían ensimismado y enojado, esa pequeña sonrisa se estaba convirtiendo en mi vicio, ya no sólo quería verla sonreír, sino que además quiero apoderarme de esa sonrisa, de su cintura, de su cuello, sus labios, su cuerpo entero...
Voy llegando a la Universidad y todos estos pensamientos me tienen alarmados, sorprendido y humillado, para no pensar más en esas cosas, puse una canción en la radio, no importa lo que escuchara pero necesitaba escuchar algo que me dejara olvidar lo que estoy pensando. Llegué a la U. y aparqué el auto, me bajé desconcertante... pero debía poner mi mejor rostro, nadie y absolutamente nadie debía conocer estos oscuros pensamientos que se están acumulando en mi mente.
Emma
Ya eran las cinco de la tarde, y había terminado todos mis deberes, (que buena alumna soy) -enuncié con suma elocuencia-, a lo cual sentí gracia, no era el tipo de mujer creída, pero, ¿esto estaba bastante bien para una chica como yo?-sonreí-, por supuesto. Sentada en la silla del escritorio, me estiré lo que más pude, realmente me dolía la espalda, deseaba que alguien suavemente la masajeara. Como entró el hambre, bajé a ver que encontraba en la nevera (como la niña protegida como me habían criado, y las ausencias de mi madre, a lo cual era Damian quien se encargaba, poco sabía de queaseres domésticos, así que me dispuse a prepararme un emparedado y un vaso de leche), realmente eso debía bastar hasta que Damian llegara y preparara una rica cena. Comí, lave los enseres y me fui a recostar en la cama.
Una vez recostada, mi mente no podía dejar de pensar en mi hermano, nuestra relación siempre ha sido perfecta, somos el tipo de hermanos que se acomodan a todo y crecen bastante cercanos, pero ¿hemos hecho bien? ¡no?, nuestra relación cercana me había hecho imposible pensar en otro que no fuera él, y además que puedan llegar a la altura de él. Abracé frenéticamente la almohada y me puse a llorar, ¿qué pensamientos tan repulsivos estoy teniendo?; ¡como puedo pensar en mi hermano como un hombre!.
Damian
Entré a paso firme en la institución, debía sacar esto, ella es mi hermana y nada más, estos juegos que tengo con ella quizás se estaban volviendo raros, -pero yo realmente no podía olvidar su rostro sonrojado, sus largas piernas que se asomaban debajo de su vestido y su largo cabello húmedo, que le mojaba el rostro y caían en su vestido humedeciéndolo, estaba sintiendo una erección, cuando siento una palma en mi nuca y un gran abrazo. Era este tipo... mi mejor amigo, Jeremmy.
-Pero cuanto tiempo, o ¿es que acaso ya no tienes tiempo para tu mejor amigo Damian? -sonreía de forma burlona-, tomó los grandes libros de su casillero y los metió en su mochila, mientras me miraba algo extrañado. ¿Te ha pasado algo?, estás raro y estás hablando menos de lo normal, venga vamos a divertirnos hoy,es fin de semana y la cosa se pondrá buena, me han invitado los chicos a la fiesta de Claudia, ¿deseas venir y tomar un par de tragos?, demás que encuentras a alguien para una noche rápida, ya sabes una que te sirva de juguete y nada más.
-No sé, jemmy (abreviación que los más cercanos a él solíamos enunciar), no hay nadie en casa, mamá se fue a Francia y no llega en dos semanas, no planeo dejar a Emma sola... sabes que no le gusta estar sola, todavía siente terror cuando se imagina que algo podría venir nuestro padre, no sé; como que quedo traumada.
-¡A! deja de ser siempre tan sobre protector con ella, desde siempre la estás vigilando, cuando veías que un tipo quería hacer un movimiento en ella lo apartabas, ya en serio para, está bien que sientas la necesidad de cuidarla; después de todo es tu hermana, pero la tratas como si fuera tu novia, no sé... ¿no estás un poco obsesionado?
-Ya para, -lo arrojé contra la pared enfurecido-, no sabía que estaba haciendo, sólo pude respirar para calmar mis nervios y me alejé lo que más pude, ¿qué mierda me pasaba?, ¿qué le había hecho a mi amigo?. Terminó la clase, y no pude mirar en todo el día a Jemmy, era el primer día que teníamos a vuelta de vacaciones y yo la jodía de esta manera, no sé porque me volvía tan frenético cuando hablaban de ella. Fui hacia el auto, y cuando iba arrancar, golpearon la ventanilla de mi auto.
-Hey Damian, ¿sabes de mi fiesta, no es así?, le encargué a Jeremmy que te dijera... definitivamente debes venir, ya sabes, es mi primer año en esta universidad y planeo conocer a la mayor cantidad de gente... y si no sabías, podrías asistir?-se sonroja-.
Esto ya lo sabía el típico coqueteo, siempre Jemmy era el encargado de decirme o traerme "recaditos" de algunas chicas... era definitivamente guapa, pero una de mis mejores amigas, a decir verdad sabía los sentimientos que siempre ha tenido por mí, pero no quería arruinar nuestras relación de "sex-friends", su cabello era largo como el de Emma .Otra vez pensando en ella ¿no es así?, ¿qué mierda me pasaba últimamente?, no perdía nada. -con una sonrisa pícara la miré a los ojos-, claro... a ¿qué hora es la fiesta?. A lo que la chica respondió: -a las 22:00h... ha y no te sientas con la obligación de traer un presente, no hay necesidad de ello.
-Bajé el vidrio de la ventanilla-, y cuando esta tenía intenciones de marcharse, la tire de un brazo, acercando su rostro al mío, y la besé en los labios, un cálido beso, donde puede explorar toda su boca, ingresé mi lengua, y la envolvía con la suya -la sentí estremecerse a mi contacto-, ¡nos vemos preciosa!.
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Amor Prohibido
SonstigesDe quien te has enamorado no es mi culpa, estas cadenas me están consumiendo de a poco, no puedo escapar de ellas y me incitan a pecar. Enamorarme de mi hermano no ha sido lo correcto, pero ya no puedo más, debo dejar salir este amor ya. PD: Subí m...