Capítulo XXVI

273 17 1
                                    


Emma

Ya han pasado cuatro días de ese fatídico lunes, aunque claro, quedando en una simple ironía. Siempre que él y yo terminamos peleados con dulzura, besos y caricias, terminamos arreglándolo todo, ya sea una discusión normal o una de amantes como han sido más usuales. Pero ya estoy cansada de todo esto, ¿es qué no podemos tener una charla común y corriente sin que sus besos me posean primero?, cada momento de inquietud o duda que tengo sobre el control de mi cuerpo es aprovechado por Damian, el cual, casi nunca termina dando explicaciones de los sucesos que nos envuelven, sino que termina confundiéndome con sus dulces brazos, la fragancia de su cuerpo, el calor entero que desprende de él, y el único capaz de satisfacerme por completo, ¿satisfacerme?, quizás, uno debe aprender a separar los sentimientos del cuerpo, es muy fácil mantener relaciones netamente físicas, pero cuando son mezclados los sentimientos con la relación es ahí donde está el problema y el gran desarrollo de lo que determinamos amor.

Yo que siempre he sido capaz de sonreír al cielo, mirando firme cada rostro ajeno al mío, ha sido todo gracias a él, el cual ha estado conmigo, protegiéndome, queriéndome, entregándome cada capricho desmesurado que quisiese, intentando desvanecer casi por completo algún grado de incertidumbre, temor o tristeza hacia el futuro, a lo lejano que nos espera más adelante, es por eso, que era común para mí amarle. Nosotros nos enamoramos de la persona que siempre está con nosotros, ¿no es así?, ya que si sentimos cierta atracción hacia algún desconocido, sólo queda en una mera atracción, y lo mismo pasa hacia aquellos que nos hacen daño, nos torturan con las palabras, los golpes, las amenazas, y nos envuelven el más triste sopor de sus caprichos, donde nosotros consistimos en ser el centro del espectáculo, entreteniéndole, ya sean estos hombre o mujeres, ambos sexos pueden ser dominantes y malvados. Es por esas y muchas razones que nuestros "verdaderos intereses amorosos", van en dirección al calor, al que nos confunde en un vals de amor, aquel que nos reconforta y nos hace sentir apoyados y queridos, respetando nuestro espacio y pensamientos, amándonos tal cual somos, "eso es verdadero amor".

¿Yo soy capaz de amar a Damian de tal manera?.

El hecho de que desee mantenerlo a mi lado sin importar que, ya es un signo de egoísmo y frustración amorosa de mi parte, donde sólo sería capaz de encontrar el desconsuelo en los brazos de quien amo y no en unos ajenos, con la desgracia eterna de no importarme si la persona que está abrazándome es feliz a mi lado. Eso es lo que llamamos amor prisionero, donde uno es poseído y el otro lo posee, ¿pero nos hemos puesto a pensar si de verdad existe el amor libre?, quiero decir, en casi cualquier relación uno es el que somete, el que tiene el control de la relación mientras que el otro partícipe de la relación es aquel que tiende a dar más y por ende depende de las decisiones que toma su pareja, ya sean buenas o malas, sean las que mantengan el buen contacto que han tenido, (y si es que lo han tenido, porque algunas veces tanto el hombre como la mujer viven debajo de una ilusión creada bajo los sentimientos que tienen por esa persona, sin importarles si le hace daño o no), o caigan en la desesperación y/o el desconsuelo por haber roto el lazo que los unía, "ese lazo especial que se debería haber formado con amor".

Es entonces en este caso, ¿quién es el que está dominando?, es Damian o soy yo, si bien él me ama, y es capaz de dar todo por mí, según lo que ha dicho, tanto que está con una mujer que no ama por mi bien, aún así soy yo la que está dependiendo de sus acciones, siendo domada por cada sentimiento, caricia, beso y sonrisa que me brinda ese hombre, sin importarme que le puede estar haciendo lo mismo a aquella zorra, sin importarme que los brazos que a mi me abrazan, también pueden estar abrazándola a ella, poseyendo los labios, el pecho, las manos, el cabello, todo lo que ha sido tocado por mí, es tocado por ella, ¿incluso hasta su mirada?, esa mirada que me vuelve loca, que me enciende, que me dice sin necesidad de palabras que soy suya, que le pertenezco y no tengo oportunidad de escapar, ¡esa misma mirada es utilizada sobre esa condenada mujer!. ¡NO!, no puede ser, es verdad que intento mantener un amor libre hacia él, no decir nada de lo que está haciendo, ya que, es por mi bien, es gracias a mí que está sucediendo todo esto, si yo no hubiese sido la tonta que se dejo llevar por lo arrebatos de los celos y no la hubiera atacado, nada de esto estaría pasando, seguiríamos escondidos, sí, pero... a pesar de todo unidos, felices en nuestro pequeño nido de amor, donde él se preocupara por lo chicos que se acercan a intentar ligar conmigo y yo por supuesto, también alejaría a aquellas chicas que lo quisiesen sólo por un momento, o las más serias por toda la vida, dejándome llevar por este amor que me llena y trazar un línea por lo que es mío, ¡POR LO QUE ME PERTENECES!, ¿me perteneces?, entonces es verdad, "no existe amor que sea libre", ya que siempre querremos poseer al otro, sin importar lo que digamos o intentemos hacer, los celos, los arranques de ira, todo se interpondrá en el camino de amar con libertad y creando de nosotros mismos, lo humano, lo que nos diferencia de cualquier otra entidad, ya se buena o mala, superior o inferior, todo aquello que crea un bucle de pensamientos en nuestra pequeña mente y nos da paso de lo que teníamos de cuerdo, ir hacia lo loco, lo irrazonable, lo irascible, donde sólo queda el recuerdo de alguna vez haber amado con libertad...

Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora