Damian
Llegué a casa, todavía podía sentir los labios de esa chica, realmente no sé ¿por qué lo había hecho, o había razón alguna?... pero se parecía algo a Emma y cuando me di cuenta ya estaba sobando mi lengua contra la suya. Me acerqué a la nevera y tomé una botella de leche, hice gárgaras con ella y para dentro, se me revolvía el estómago al recordar a mi amiga, y no es que fuese fea ni mucho menos, pero yo no soy del tipo que se va tirando a medio mundo y luego lo manda al diablo. Supongo que Claudia era la excepción, ella es quien suele "calmar mis ansias por Emma".
Me dispuse a subir las escaleras y a recorrer el gran pasillo, y ahí estaba su recámara junto a la mía, pensé en entrar de inmediato y lanzarme a ella, abrazarla y molestarla un poco, pero realmente me sentía extraño cuando lo hacía últimamente, mi mente se nublaba, y una onda electrizante me recorría el cuerpo.
Lo pensé un montón, y finalmente accedí, y allí estaba, tendida en la cama con las piernas y los pies descubiertos, acurrucada con la almohada, parecía un ángel, mientras su larga cabellera se mezclaba con la decoración del lecho, me acerqué y le susurré al oído -"realmente eres mi dulce fruto prohibido"-, removí sus cabellos del rostro y le dí un tierno beso en su mejilla. Salí de la habitación pensando en lo que había hecho; el corazón me latía a mil y sentía como el rostro se me ponía rojo, corrí hacia mi habitación y me tiré sobre la cama, necesitaba pensar y dormir...
Emma
Mientras abrazaba la almohada, lloré sin parar, tanto que no me di cuenta cuando me quedé dormida, y mientras lo hacia sentí una pequeña vibración en mi oído, pero no pude entender lo dicho. Me levanté y observé el reloj despertador del velador, eran las 20:33pm, ¡¿tanto había dormido?!, me repuse rápido y corrí feroz al piso inferior, necesitaba verlo y aclarar mis sentimientos, estos pensamientos y toda esta clase de emociones incómodas que estaba sintiendo últimamente cuando estaba junto a él. Pero no lo vi, miré la cocina y algo delicioso se estaba cocinando, era un poco de caldo, (esos que sólo las abuelitas saben hacer),-me reí de mi aseveración- y cuando miré hacia la sala, él estaba mirando, corrí hacia él, como siempre lo hacia, y le rodee la cintura con mis brazos, pero me miró y su cándida mirada se volvió fría e indiferente y me arrojo hacia un lado... era la primera vez que era rechazada de esa manera por mi hermano, sentí que esos cálidos brazos ya no estarían para mí, sino que desaparecerían para siempre, -enmudecí y lo miré-.
-¿Por qué haces eso?, es que acaso te ha picado un mosquito o has tenido un mal día -intenté sonar lo más casual y menos dolida posible, tanto que la sonrisa que forcé me dolió hasta el alma.-
Damian
No sabía que hacer, cuando se acercó de esa manera, vamos... Damian, ella siempre hacer ese tipo de cosas, mamá siempre se ha alegrado por nuestra buena relación, entonces ¿por qué rechacé su abrazo?, claro lo rechacé porque una vez lo hice pude sentir todo de ella, su calor, su cuerpo, su esencia y su espíritu alegre, si le correspondía ese abrazo a mí realmente me dolería, ya que después no sólo querría eso, sino un beso, una caricia, a ella entera. -la miré con la toda la frialdad que pude-, debería mantenerla alejada y hacerle entender que hermanos tan crecidos no podrían parecer una pareja frente al mundo.
-No es nada sólo que estoy cansado y no estoy para mimos en este momento, quizás más tarde, y ¿cómo fue tu día?, he preparado caldo, es tu favorito ¿no?, ya hiciste tus tareas?.
-Deja de parecerte a mamá -reí aún dolida-, si me fue excelente (mentí el día había sido a asqueroso, tenia que retomar y saber cual era los sentimientos que tenia por él).
-Ya, lávate las manos y siéntate a comer. Nos sentamos y comimos en silencio, nos levantamos, Emma lavo la losa y yo limpié la mesa, me sentía mal y frustrado por mis acciones.
-Voy a tomar un baño Damian, espero que te vayas a dormir temprano, -acercó su mano temblorosa a mi rostro, con un rostro crispado, junto a sus ojos apagados y rechazados-. Pero entonces yo tomé su mano con fuerza y la sostuve en mi rostro-, no pude hacer otra cosa que mirarle dolido.
Era impresionante como su pequeña mano me daba un calor y ternura indescriptibles, sentía miedo de dañar a esta niña con mis posesivos sentimientos, no podía herirla, pero aún así, jalé de su brazo, y quedé a centímetros de su rostro, acerqué mis labios a los suyos, cerré los ojos e intenté dejarme ir, como usualmente hace uno con su pareja a la hora de besarle, "una escena casual", pero cuando me di cuenta de lo que estaba punto de hacer la alejé de mi, y note su rostro pasional. El rostro se me llenó de indignación, ¿qué le estaba haciendo a mi hermana?.
-Lo siento hermanita, pero saldré con Jemmy y los chicos, una chica de la U. nos invitó a su fiesta de cumpleaños y a decir verdad estaba bastante buena. (Emma desconocía mi relación con Claudia, y por nada del mundo me gustaría que la descubriera).
Asintió sistemáticamente, sin expresión alguna en su mirada, se fue y subió por las escaleras, a su habitación, accedí hacer lo mismo una vez ella subiera.
Emma
Entré en la recámara, me acerqué a la cama y me recosté en ella, el dolor se apoderó de mi y me puse a pensar, él, mi hermano, abrazaría, lamería, tocaría y besaría a otra. SI A OTRA MUJER, no sería a mí quien demostraría su amor, no sería yo con la cual se convertiría en uno, sino otra... cuando lo sentí da salir de casa, corrí hacia el baño, llené la bañera, me desnudé y sumergí en ella, y por fin saqué todo, este dolor que me corrompía, lloré, grité y tapé mi rostro con mis manos produciendo un llanto ahogado... estuve un par de horas, hasta que la piel me ardía y la mente se nublaba a causa del vapor.
Estaba mareada, me revestí en la cama, húmeda y desnuda, no me importaba nada, nisiquiera el resfriarme, explorando cada parte de mí, conociéndome, y notando los cambios de mi cuerpo, preso de la adolescencia; si es que mi hermano empezaría una relación con una chica (alguna vez debía hacerlo), yo haría lo mismo, endurecería mi corazón y buscaría un amante que me pudiera complementar, no aguantaba esta agonía, no aguantaba estos sentimientos ajenos que estaba sintiendo por mi hermano, impropios hacia mi pariente. Mis lágrimas se iban secando de a poco y el latir de mi corazón en un comienzo enrabiado se fue calmando, hasta cerrar mis párpados y por fin trasladarme al mundo de morfeo... yo debía aceptar que mi hermano tomaría una ruta distinta a la mía., cada uno elegiría su destino y tendría otros sentimientos, si yo a él no le importaba, entonces el tampoco debía ser importante para mí.
"Pude sentir como el recuerdo de los niños que en su infancia jugaban abrazados y tomados de la mano que reían jocosos había acabado, e indiferentes debían seguir sus destinos.
Y pensando que debía acabar con estos sentimientos de un amor prohibido."
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Amor Prohibido
RandomDe quien te has enamorado no es mi culpa, estas cadenas me están consumiendo de a poco, no puedo escapar de ellas y me incitan a pecar. Enamorarme de mi hermano no ha sido lo correcto, pero ya no puedo más, debo dejar salir este amor ya. PD: Subí m...