Amor Prohibido

Capítulo XXVIII

Damian

Aquí estaba yo, frente a mi mejor amigo, el cual en estos momentos se ha convertido en mi peor pesadilla.Que sepa Claudia todo este asunto no hace mucha diferencia, ya que, puedo mantenerla callada, todavía puedo mantenerla alejada de todo, pero... ¿Jeremmy?, él de verdad es una persona que no puedo mantener a raya, mucho menos cuando siempre he sabido como es él, y lo que aborrece cualquier relación fuera de lo normal, irónico, cuando él también suele tener "cierta clase de relaciones", pero este no es el caso, ahora estamos hablando de mí, y ambos sabemos lo que deseamos saber del otro, pero cómo, ¿cómo seré capaz de afrontar esta situación?, ¿será verdad que siempre podré encarar a todas las personas y amar a mi hermana?, ¿de verdad puedo hacer frente al mundo entero antes de que el miedo y la angustia me carcoman?.

-Ya deja de mirar hacia abajo, y mírame de frente Damian, responde claramente a cada una de mis preguntas- dice Jemmy, y es lo que me ayuda a salir inmediatamente de mis pensamientos. En verdad ya esto era raro y algo disgustante, yo casi siempre he sido calmado y he mantenido mi cabeza fría para analizar ciertas situaciones, siempre desde niño he tenido los planes perfectos, crecer, ayudar a mi familia, salir adelante, insertarme en esta sociedad, enamorarme, casarme, tener hijos, que mis hijos sean los mejores amigos de sus primos, o sea, de los hijos de Emma; pero no, ¡no!, ¡todo se fue a la mierda!, desde que me enamoré de mi hermana, ¿desde que me enamoré?... pero si yo... siempre he estado enamorado de ella, desde el momento en que nació yo ya la quería, y ¿cuando fue el momento en que empecé a verla como una mujer?, sí, desde ese día en la nieve. "Emma y yo jugábamos en la fría nieve mientras hacíamos muñecos de nieve, felices, contentos y llenos de risa, mamá fue a comprar unos cappuccinos para así mantenernos cálidos y ahí fue, sí, ahí fue cuando Emma me miró con ese rostro tierno, lleno de compasión, mirando hacia el futuro como si ya no existiera un pasado, una niña fuerte que no se dejaría vencer ante nadie, ¿y yo?, yo en ese momento juré proteger a esa niña aunque el alma me fuera en ello. Es ahí cuando comencé a mirar a mi hermana con otros ojos, y ha envolverla en este pecaminoso amor".

-Miré a Jemmy, a los ojos después de todo este rato- responderé a cada cosa, pregunta.

Emma

-Ya está bien, ¿no?, nos hemos alejado bastante de mi casa y para más remate no he ido al colegio, así que vayamos a una plaza o una cafetería, ¿qué se yo?, sólo vayamos a un lugar rápido.

-Calma Emma, quiero hablar esto calmadamente y poner en claro todo esto, porque ya no podemos seguir así, quiero decir, ¿a quién amas Emma?.

-¿A?- dije cortante, no es que me molestara que me estuviera preguntando esto ni mucho menos, yo ya le he dado bastantes razones como para darle a pensar de esta forma, pero no es para que sin rodeo alguno vaya y haga una pregunta como esa, mucho menos después de que Damian y yo hemos empezado por fin a tratar de calmar todo este embrollo.- ¿Cómo, a qué te estás refiriendo exactamente?- le dije mientras intentaba poner mi mejor voz, no deseaba que se notara la conmoción y el nerviosismo que traía esta condenada pregunta.

-Lo que dije.

-...

-Mira, mejor vamos primero a un lugar tranquilo para conversar bien.

-Está bien, pero no a tu casa, no tengo la confianza suficiente de ir ahí todavía, o por lo menos no denuevo, además todavía no me has respondido bien el asunto del cuadro, sólo te enfureciste y lloraste hasta el punto de tener que calmarte, a pesar de que si bien, primeramente intenté consolarte al final terminamos besándonos, y eso es algo que definitivamente no me podré perdonar fácilmente...