Después de la muerte de Louis y Colt, casi toda América del Norte fue evacuada. La idea era aprovechar América Central y América del Sur, donde se construyó un nuevo complejo dividido en áreas, siguiendo el modelo propuesto por el doctor Becker. Este complejo está circundado por un sistema que desbarataba los vientos, el cual, gradualmente, a lo largo de los meses, se fue extendiendo a otras zonas. Quienes se alojaron en las áreas gozaban por lo menos de la tranquilidad de saber que las esporas no llegarían a ellos. ¿A través de qué otro medio que no fuera el viento viajarían?
Sin embargo, algunas muertes ocurridas dentro del complejo pusieron en duda la efectividad del mismo. Esto alarmó a los refugiados, pero no los impulsó a buscar un nuevo refugio. No había un lugar seguro a donde ir, y sólo optaron por reconfortarse con la idea de que esas muertes se debieron a causas inexplicables que no tenían relación con la plaga de la cual intentaban huir.
El doctor Collins logró escapar de Norteamérica, pero su auto apareció, semanas después, en un barranco, y no se encontró ningún rastro de quien lo conducía. Su compañero de trabajo, Decroch, fue hallado muerto en su propia residencia, en circunstancias que no pudieron ser esclarecidas.
El proyecto de ampliar el mencionado complejo, generando así nuevos espacios que no sean alcanzados por el viento, sigue en marcha, aunque con percances no poco significativos. Mientras tanto, fuera del complejo, los hombres siguen luchando por sobrevivir al peor de los males que se han desatado en nuestra época.