Melodía de mí alma [Utapri]

Capítulo 29

—¿A-Aine?

Los ojos del chico reflejan confusión al verla, no a través de los ojos del Ai, sino de los suyos propios. Había podido sentir su tacto, tan cálido como siempre lo fue y los casi silenciosos sollozos, nunca le gustó verla llorar ni preocupada por él.

—Sakura... Lo siento.

Ella solo niega apretando con fuerza el teléfono como si este fuera a darle las fuerzas que necesita para hablar. Nunca se imaginó volver a ver su rostro, oír su voz y sobre todo tenerlo tan cerca.

Hakase llega un poco después; la conexión entre Ai y Aine se había roto sin ser el chico quien lo hiciera. Grande es la sorpresa de ver a la chica ahí y mucho más de ver a Aine haciendo un esfuerzo por sentarse, completamente consciente y confundido.

—Aine, estoy...tan feliz de que estés despierto.

—Yo no, ¿por qué? ¿Por qué...?—Es interrumpido por Sakura que lo ha abrazado, todavía derramando lágrimas.

Ai mira todo y se pregunta que debería hacer. No quiere que ella esté triste, le gusta demasiado su sonrisa para seguir soportando eso.

Ahora los cuatro se hallan en la mesa del comedor, a Aine le han servido de comer, aunque apenas y de bocado alguno. Sakura es quien le está ayudando, tiene poca fuerza en los brazos y el haber dormido por tanto tiempo imposibilita un poco el movimiento, necesita terapia para volver a caminar y moverse como antes.

Ella tiene toda su atención puesta en él, aunque es consciente de que estando él despierto a Ai le queda poco tiempo de vida, no sabe cuánto, pero es suficiente estar consciente de ello para sentir su corazón romperse con cada latido que da. Está feliz porque Aine está despierto, pero está muy triste porque Ai está muriendo; es doloroso sentir todo eso.

—Sakura—el profesor la llama porque quiere hablar con ella, aunque también quiere que su sobrino siga comiendo—, Ai, ¿podrías tomar el lugar de ella un momento?

Ai asiente con pesadumbre, no le entusiasma la idea de darle de comer a la persona que tanto la hace llorar, que tanto la ha hecho sufrir. Con sorpresa descubre que le tiene rencor a esa persona que, con un semblante triste, parece todavía querer a la chica.

Ambos se miran desde el momento en que el menor se sienta en el puesto en que estaba ella.

—Pocas veces me llamó la atención ver lo que tu vivías, sé que estás cerca de Reiji. ¿Cómo está él? ¿Sigue siendo amigo de Sakura?

Es tenso el ambiente entre ellos, pero Ai no le negara información si tuvo la consideración de no andar curioseando en su vida.

—Él está bien, es molesto todo el tiempo. Y sí, siguen siendo amigos...

No mencionada nada de la otra relación que se ha ido formando, no cree que sea él quien deba contar sobre eso ni tampoco lo ve importante. Después de todo nada ha cambiado, en ningún momento esos dos se han convertido en novios para negar lo contrario, que Reiji esté en plan de conquistarla por completo no es algo que se ande contando.

—¿Estás enamorado de ella?—Aine es directo, puede intuir cierta repelencia hacia su persona que se origina en otro sentimiento—, ¿por eso te desagrado?

—No sé si pueda llamársele así; y la razón de mi desagrado hacia ti viene de la sencilla razón de que lo único que causas es que ella sufra—Él también es directo, si quiere hablar de eso no se lo negará.

El mayor sonríe mostrando más tristeza, él nunca quiso hacerla sufrir y saber eso solo lo hace sentir más culpable.

Ai hace lo que le pidieron y le ofrece un bocado, Kisaragi lo acepta apenas y es que el poco apetito que tenía se ha esfumado por completo, pero si no come, Sakura, se preocupara.