Capítulo 15

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Aine...

Aine...

Se da vuelta en la cama tratando de sacar de su mente su propia voz diciendo el nombre de él. Ver a Kei y a Hibiki la hizo sentir tan bien y a la vez tan mal.

Ve el reloj y son casi la media noche, ve imposible poder dormirse. Decide levantarse y ponerse un pantalón para poder salir, quizás caminando se le despeje la mente.

Camina sin rumbo fijo, esa noche la luna ilumina mucho y el silencio le da tranquilidad.

—¿Cómo puedo liberar mi alma?

Aine.

Deja escapar un suspiro y se toca el pecho, se siente tan desgarrador.

—He tenido esta duda desde que mencionaste que me parezco a alguien que perdiste hace un tiempo.

Ella da un brinco al escuchar la voz de Ai, se da vuelta entre sorprendida y confundida de verlo ahí.

—¿A qué te refieres?—inquiere no entendiendo la frase dicha, estaba tan sumida en sus pensamientos que la asimiló a medias.

Los ojos cian del chico la miran de forma penetrante, siente como que quiere ver a través de su alma.

—A la persona a que perdiste, ¿quién era?—Su pregunta es directa, no hay por qué darle tantas vueltas. Quizás si sabe de qué se trata pueda ayudarla.

—Aine Kisaragi, él era un talentoso ídolo de nuestra agencia—explica recordando las veces que lo escuchó cantar—, una persona muy amable y de sentimientos cálidos, pero tan frágil como cristal... un cristal ya astillado y que se terminó quebrando.

Lágrimas comienzan a bajar por sus mejillas, le causa dolor, no ha logrado dejar de sentirlo ni estando lejos de Japón. Ahí es más fácil sentirlo, pero no seguirá huyendo.

Ai frunce el ceño, analizando lo que le ha dicho. Con esa información solo puede llegar a la conclusión de que él se terminó suicidando por alguna razón, pero eso no explica por qué ella más allá de triste por la pérdida también parece culpable.

—¿Se suicidó?—otra pregunta directa, aunque después siente un poco de remordimiento al verla llorar más.

Suspira y se acerca a ella, la abraza con delicadeza y le permite llorar, otra vez, en sus brazos.

—Y-Yo era su novia...—esa es una respuesta impactante, no esperaba una confesión como esa.

Aunque después lo razona un momento, los ídolos de la agencia tienen prohibidas las relaciones amorosas, seguramente solo unos pocos lo sabían y aun así se estaban arriesgando a que los despidieran.

—¡N-No pude ayudarlo, fue muy tarde!—solloza más fuerte, es primera vez que alguien aparte de su hermano la ve tan mal y eso la hace sentir peor porque no le gusta involucrar a otros en sus problemas.

—No entiendo, fue decisión de él quitarse la vida. ¿Por qué te martirizas por es?—es un tanto incomprensible para él eso, después de todo no es como si ella fue quien lo incito a hacerlo.

—Estaba tan presionado, tanto estrés no es saludable para nadie. Mis días libres siempre los ocupaba para hacerle compañía, no importaba si él estaba trabajando, yo estaba ahí para cuando terminara—relata lo que hacía, tal vez así el lograra comprender—, sus padres habían muerto y su tío no le dedicaba suficiente tiempo, se sentía muy solo. Creo que conocernos a nosotros fue una alegría para él, pero el trabajo nos distanciaba a todos.

»La soledad era su peor enemigo, a él no le gustaba ser una carga para nadie. Cuando me di cuenta de lo mal que estaba ya no podía hacer casi nada; busque tiempo libre en su apretada agenda y en la de Reiji para que al menos los tres pasáramos tiempo juntos, que él supiera que nosotros a pesar de nuestras ocupaciones siempre podíamos vernos.

Melodía de mí alma [Utapri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora