|Capítulo 03|

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Habíamos quedado en que Paula, Carolay y Lizeth estarían en la habitación de Paula; Sarah y yo en la restante. Deje mis dos maletas en la cama y me acosté mirando el techo, Sarah contesto su teléfono y salió de la habitación, recordé a mi teléfono y lo puse a cargar la batería. Tenía tanta confianza en esa casa que fui directamente a la cocina, moría de hambre y ya que aparentemente los padres de Paula no estaban y ellas organizándose para la dichosa fiesta me escabullí y fui por un bocado. Al llegar me encontró con la magnífica cocina integral con una nevera gigante y una isleta con sartenes y cacerolas colgando. Saque todo de la nevera para prepararme un Sándwich, lavé las cosas y empecé a hacerlo mientras me robaba pedazos de jamón, tocineta y queso. Tarareaba una canción y empecé a sentir que me miraban, al voltear no vi nada.

Seguí haciendo el sándwich mientras me reprendía mentalmente, anoche me vi todas las películas de Actividad Paranormal y esto me tenía mal creyéndome que me están persiguiendo pero por si las moscas termine el sándwich rápido. Sentí la sensación otra vez pero no voltee, me quede quieta, mi respiración empezó a hacerse más notoria y, sentí que tocaron mi pierna.

-¡¡AGHH!! –grite.

Mire al suelo y vi a Peeta, mirándome mientras movía su cola con su lengua afuera.

- Me diste un gran susto Peeta, no lo vuelvas a hacer. –le reprendí.

Peeta camino hasta llegar a la isleta y alzarse en sus dos patas, debe estar buscando comida. Coloque el sándwich en el plato. Sentí como me miraban otra vez.

- Si piensas que te voy a dar sándwich, estas...

Me quede helada, no era Peeta, era el que nos había abierto la puerta. No me salieron palabras, estaba atónita, pasmada. Mi mente solo tenía un pensamiento, ¿Qué hago?

- ¿y tú quién eres? –pregunte involuntariamente.

- Soy el primo de Paula. –respondió con una mirada fría y voz neutra.

Mire la puerta y luego a él, camine a la puerta y su voz me detuvo.

-¿Tu eres Isabella? -

- Sí.-dije mirando el suelo.

- Bonito nombre.-dijo embozando una sonrisa un poco aterradora.

- Gra-gracias, y con permiso.-dije tratando de salir pero su mano me detuvo.

- Quiero hablar contigo. –dijo mirándome a los ojos, oficialmente me da miedo.

- Estoy ocupada, voy a dormir. –que escusa más tonta Isabella, me reprendí.

- Pero quiero hablar contigo.-dijo serio apretando un poco mi mano y mandíbula.

- Será en otro momento. –moví mi mano para liberarme de su agarre.

- Prométeme que vas a hablar conmigo cuando despiertes.- dijo tratando de buscar mi mirada.

- Si pero suéltame.-dije sin mirarlo.

Me soltó, camine pero quería era salir corriendo. Trate de caminar lo más rápido posible y fui a la habitación de Paula, ahí estaban todas terminándose de arreglar.

- ¿Ya se van para la fiesta? –pregunte.

- ¿y tú no vienes?

- Tengo pereza, tengo sueño, no quiero. –me senté en la cama y mor di mi sándwich.

- No seas aguafiestas, además son las 6 de la tarde como vas a dormir a estas horas.-dijo Paula.

- En el viaje no dormí muy bien, ¿además donde es la fiesta?- ya sabía la respuesta, solo quería confirmarla.

-en Butterfly Club. –dijo Carolay por lo bajo.

- Menos voy, ustedes saben el recuerdo que tengo de ese "Club", no pienso ir ahí. -dije cruzándome de manos.

- Está bien, como quieras pero nosotras si iremos.-dijo Sarah planchándose el cabello.

- Ok, pero mañana salimos, vamos a cine o yo que sé, pero hacemos algo, ¿si?- dije haciendo un puchero.

- Está bien, pero ¿segura que te quieres quedar acá en la casa? -dijo Lizeth.

- Si, hablare con los padres de Paula o algo así, ya veré que hago hasta mañana que ustedes lleguen. –seguí comiendo mi sándwich mientras ellas terminaban. Paula soltó una pequeña risa en mi dirección y entrecerré los ojos.

Terminaron y se fueron. Me entre en la casa cuando justamente estaba saliendo el hermano de Paula.

- Christhian, ¿dónde están tus padres? –el baja las escaleras, llego a mí y le di un abrazo y un beso en la mejilla.

- Creo que salieron de viaje.-dijo colocándose el casco de su moto acercándose a la puerta principal.

- Pero ¿cómo? Si supuestamente ellos nos iban a cuidar.-dije con los brazos cruzamos. –La desgraciada de Paula no me dijo nada.

- Se fueron, que más te digo. Ellos nunca avisan, siempre se van además ya estas bastante grandecita para cuidarte sola. - dijo saliendo- ah, y hoy no vengo a casa, me voy donde mi novia.-dijo y cerró la puerta.

Grandioso, mis padres se van, ellas se van, los padres de Paula se van, el hermano también, solo falta que Peeta también se vaya, pensé.

Me dirigía a la habitación cuando salió el primo de Paula.

- ¿Será que podemos hablar? –salió entre las sombras.

-¡Avada Kedavra! -él alzo una ceja. -Me voy a dormir.- dije caminando a la habitación.

- Hablemos por favor. –su voz salió en suplica.

Decidí encararlo.

- ¿Qué quieres?

No me respondió la pregunta, solo me atrajo a su cuerpo, que por cierto me ganaba en fuerza, peso, altura, de todo. Trate de soltarme pero no pude, con la mano derecha me cogió las manos y con la izquierda la cabeza para que le diera el beso. Me reúse tratando de separarme pero no puede, fui cerrando los ojos lentamente, hasta que me deje llevar. Sus labios eran suaves y cálidos. Pero de repente, abrí los ojos, él los tenía cerrados, pero su agarre no era tan fuerte. Me fui soltando, me separe y él abrió los ojos, le sonreí y me dirigí a sus labios nuevamente pero cuando estaba a escasos milímetros de sus labios, salí corriendo. Mientras corría note que no me perseguía, solo me miraba.

Corrí y entre en la habitación.

Escuche pasos afuera, me siguió, era él.

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Escapando de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora