|Capítulo 22|

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ISABELLA POV's

Salgo del hotel y me encuentro con la calle, hay mucha gente, para ser una cuidad pequeña hay mucha gente, analizo el lugar y noto que al frente mío está la camioneta de la hacienda, instintivamente me dirijo ahí y trato de abrirla pero tiene seguro. Espero dos minutos y del hotel sale Robert con su capucha puesta. Se dirije al carro, entra y después abro la puerta me siento adelante.

Me acerco al espejo del auto y me miro, está muy morado, casi negro.

- Deja de mirarme y arranca el auto. -digo sin mirarlo y viéndome al espejo y este hace caso.

- ¿Quién crees que este en la cárcel? -pregunta Robert mirando la carretera.

- Pues creo que lo más posible sea que este Lizeth ya que estaba muy borracha y no creo que haya podido escapar rápido, y pues tú me dijiste que Sarah se había quedado.

- Creo que estoy de acuerdo contigo pero hay uno que sí escaparon pero no sé donde están. -dice y se rasca la nuca.

Tengo una duda.

- ¿Cómo conseguiste el carro? -digo mirándolo.

- Está mañana después de levantarme del sofá antes que te despertaras fue al bar, obviamente no había nadie y después lo vi, no tenía ni un rasguño, así que lo traje. -dice dándome una mirada rápida.

- Ah... Ok, ¿sabes como podemos hallar a los que no están en la cárcel? -digo mirando por la ventana.

- Llámalos, te prestó mi celular. -saca de su bolsillo un celular.

- ¿Desde cuando tú tienes un celular? Pensé que te lo habían quitado igual que a todos. -digo sosteniendo el celular, es un Iphone.

- Se te olvida que puedo comprarme un celular a la hora que quiera. -responde siempre con ese tono arrogante y odioso.

- Ah, es cierto, se me olvidaba que estaba hablando con Ricky Ricón. -digo con sarcasmo.

- Pues por lo menos no soy el único, los chicos también tiene teléfonos. -dice alzando una ceja.

Eso explica porque Nicholas tenía celular y a Eliot lo llamaron.

- Como sea, pero como voy a llamar si no tengo ningún número ni nada. -digo pareciendo obvia.

- Llama a Bob, en la agenda está su número.

Busco y encuentro el número, suena cuatro veces y contestan. Es Carolay. Me dicen que están Bob, Douglas y ella, me dan la dirección y vamos por ellos.



(...)

- Sólo queda que vamos a la cárcel y los sacamos. -dice Douglas.

Parece fácil pero en mi vida, en mis 22 años he pisado muchas veces la cárcel por cosas menores pero aún así no me acostumbró.

Entramos Robert y yo a la jefatura.

- Buenos días. -digo al entrar para que un hombre barrigón y tomando lo que parece café y viendo una revista nos mire.

El hombre por encima de sus gafas nos mira.

- La oficina de violencia doméstica está en el otro pasillo. -dice y vuelve a leer su revista.

-No venimos a eso, si este... me colocará un pelo encima, primero termina muerto. -digo casi gritando.

Escapando de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora