SÁBADO
Hoy por la noche es el baile de caridad y no he alquilado el disfraz, algo típico de mí, bueno de todas, ya que todas dejamos todo para lo último menos Paula, ella si al día siguiente junto con Carolay fueron a alquilarlos. Eran las 14:07 y estamos esperando a Lizeth, aunque no podía ir porque su brillante profesor decidió darle clases hoy y por la noche porque según él, tenía que la tarde muy ocupada, a lo cual Lizeth aceptó a regañadientes de todas nosotras.
- ¿Será que por una vez en tu vida te puedes dar prisa Lizeth? –grito.
- No es para tanto. -dijo bajando las escaleras.
Salimos y fuimos a un local de disfraces. Miro mi celular, todavía no le he respondido al "Desconocido", así le digo, no he tenido la valentía de responderle nada, además estuve ocupada buscando algo para hacer estas vacaciones ya que me estoy empezando a poner imperativa en la casa de Paula. Pintura, dibujo, idiomas, instrumentos... no sé qué escoger todavía, estoy empezando a pensar en trabajar.
Empecé a buscar el disfraz entre tantos. Princesas, reinas, frutas, animales y hasta disfraces algo inapropiados encontré que serás mejor no recordar. Recorrí una y otra vez el local sin encontrar nada. Eso es como una casa de locos, la dueña de esto decidió hacerse la graciosa conmigo y me tiro un esqueleto cuando estaba por un pasillo, a lo que involuntariamente salte y grite todas las groserías posible de este mundo, hasta las que se me en francés.
Decidí ir donde estaba las demás. Sarah por lo visto encontró el suyo uno egipcio de Cleopatra, se veía realmente sutil, Paula tenía el suyo que lo fue a reclamar y era de Arqueóloga. El de Carolay me sorprendía, no sabía si reír o darme pena.
- ¿Ya encontraste el tuyo? -dijo Lizeth
- No, están muy comunes. –no quería disfrazarme de princesa y nada parecido.
- ¿Qué tal ese? -dijo señalando un traje negro.
Fui directo a él, vi su etiqueta y sin duda era el perfecto. Era el traje del personaje de Merlina, la hija de Los locos Adams.
De vuelta a casa paramos en una cafetería. Hace días no sentía esa sensación. La sensación que me producía temor, la sensación de sentirme vigilada, además que me podían encontrar en cualquier momento, creo que es hora de ir al psicólogo para ese pequeño problemita. En un movimiento que todos notaron, voltee a mirar a mi alrededor para constatar de que nadie estaba mirándome, todos en la cafetería están en lo suyo. Hoy era un día realmente frio, solo esperaba que no estuviera así por la noche. Solamente recibí una mirada furtiva de todas y volvieron a sus celulares.
- ¿Qué tal si las espero en el auto? -dije restregándome las manos por el frio.
- De todos modos ya nos íbamos. -me respondió Carolay.
Llegue a casa algo nostálgica, fui directo a mi cuarto sin decir nada a nadie. Necesitaba hablar con alguien. Mis padres. Hace una semana no hablo con ellos. Le marque a mi padre. Tres tonos y contesto.
- Hola, mi amor. –su voz sonaba aún más gruesa por teléfono. Todavía no se me olvida que me abandonaron.
-Pá, ¿estás muy ocupado? –mi voz salió más aguda.
-Para ti, nunca. –creo que está sonriendo aunque es algo irónico que me diga eso.
Hablar con alguien familiar, eso necesitaba. Con las chicas lo podría hacer pero no quería, tal vez estarían un poco ocupadas en algo, no siempre el mundo gira alrededor de ellas. Que quede dos horas hablando con mi padre de cosas sin importancia y tenis, un deporte que amo, desde los cuatro años lo practique hasta que un día a los doce me accidente y me rompí el brazo. Tuve que dejarlo, pero después de eso lo seguí practicando, no como deporte sino que por divertirme.
(...)
Sentí unas gotas de agua en la cara, y de repente un baldado de agua encima. Estoy segura sin antes abrir los ojos que fue Sarah. Los abrí de golpe y ahí estaba era Carolay con una sonrisa mofa en su rostro.
- Te estaba despertando y no respondías, pensé que estabas muerta por eso te tire el agua encima. –dijo abrazándome. -qué bueno que estés viva.
- Pues sí, pero sabes -dije alejándome de ella. -se puede comprobar que alquilen está vivo tomándole el pulso, no había necesidad del agua.
Dicho esto salí del cuarto, mire la hora, 19:42, era tarde. Salí directo a la cocina, me moría de hambre, algo raro en mí, que se note el sarcasmo. Me encontré con Peeta en la cocina comiendo su alimento. Lo acaricie y tome un bote de leche y cereales, lo único que se hacer de comida, claro, si esto cuenta como comida. Estaba pensando en que estudiar en las vacaciones... algo que siempre he querido ha sido aprender a pintar, sí, eso.
- ¿Pensativa? -esa voz, que me provocada desazón.
- ¿Qué quieres? –volteo y lo miro con desdén.
- ¿Siempre eres así, o solo conmigo? –se sienta en el comedor de la cocina.
- Solo con las personas ignorantes. -dije con una sonrisa sarcástica.
- Según tu yo soy un ignorante, pues déjame decirte que no, puedo ser hasta más inteligente que tú. -dijo con una sonrisa triunfante.
- Déjame de...
- Ya te alis... ¿interrumpo algo? -pregunta Paula con una cara de asombro.
- No, ya me iba. -digo saliendo de la cocina.
Fui al cuarto me tome una ducha y salí ya con el disfraz puesto, gracias a Dios no había nadie. En la sala esta Sarah vestida de Cleopatra junto con Robert como siempre de empalagoso vestido de un emperador egipcio, que coincidencia, otra vez sarcasmo. Paula vestida de arqueóloga, Carolay de ¿una zanahoria? ¿En serio? Mucha cultura y "nutrientes" me rodean. Salimos en el auto de Robert a la fiesta que era en un salón comunal, al llegar confirme mis sospechas está llena de mundanos.
Robert no se le despegaba de Sarah, por las caras que hacia Sarah parece que tuviera a una babosa encima. Paula jugaba con su sombrero y Carolay se comía una ¿zanahoria? Esta faceta de Carolay no la conocía. La escena que empezaba a pasar me puso un poco incomoda.
Él venía disfrazado de boxeador con unos guantes, una pantaloneta, y una bata medio puesta. Otro hombre a su lado disfrazado como Tarzán, con su característica típica, solo con su taparrabos; y otro ... no lo conozco, esta disfrazado de un brócoli, bueno... eso solo le cubría del ombligo a la mutad de los muslos. El mundo está loco, cada vez más loco.
Tener la presencia de Nicholas a mi lado me hacía sentir incomoda, pegado casi que como Robert a Sara, bueno exagero un poco, bueno más o menos. Bueno si, mucho.
- Buenas noches, les pedimos el favor de estar en parejas para un juego que haremos a media noche. –una de las ancianas que estaba en el centro comercial hizo presencia con un gran vestido de dama antigua.
¿Un juego? Esto ya no me gusto. Siento una mano que me hala, reacciono lentamente hasta darme cuenta que es Paula que me lleva al baño.
- Debes ayudarme. –cierra la puerta tras ella
- ¿con que? -una sonrisa aparece en los labios de Paula.
No, no, no. No sé qué es pero esa sonrisa no me gusta así que no.
---------------------------------------------------
Robert en multimedia.¿Me ayudarían a llegar a las 100 estrellitas?
ESTÁS LEYENDO
Escapando de él
Teen FictionSalir a vacaciones de la universidad, algo que todos disfrutamos y como siempre me he considerado "Familiar" quiero pasarlo con mis padres pero como para ellos siempre es primero los negocios me dejan abandonada, y no exagero. Irme donde una de mis...