|Capítulo 26|

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ISABELLA POV's

El morado desapareció al cuarto día. Hoy es mi cumpleaños y como regalo de mis padres me dieron permiso y los boletos para que los alcanzara en Dubai que era donde estaban ellos como viaje de negocios y de vacaciones. Con el único que podía contar ahora era con Chad.

Después de huir de la hacienda llegué a Londres y la única persona con que me tope fue con él.

Él es el mejor amigo de Lizeth y no de nosotras pero hemos hablado con él y convivido lo suficiente para que me caiga bien. Estos nueve días me la he pasado en su apartamento, le conté todo y en cierto modo me entendió.

Estábamos en el avión de camino a Dubai.

- No puedo entender como lo dejas, si yo fuera tú no lo dejaría y mucho menos saldría de la habitación si él me quisiera. -dice Chad viendo una foto que encontró en Instagram de él.

- Pero hay un problema: tú no eres yo. -digo mirándolo.

- Que desperdicio, ojalá se fijara en mi. -dice torciendo la boca.

Lo miro pero no me atrevo a decir lo que pienso, Nicholas nunca se fijara en él porque no es gay y eso me quedó bien claro.




(...)

Cuando por fin tocamos tierra y salimos de la puerta de Vuelos Internacionales hay un cartel con mi nombre, debieron de enviar a alguien quién nos recogiera.

Nos montamos en el carro, desde que Chad vio al chófer no le quita el ojo de encima y puedo notar el nerviosismo del chófer.

Llegamos al hotel Burj Al Arab, mi habitación es muy grande, digno de Dubai, es para mi sola ya que le dieron otra a Chad que está al lado mío. Su número es 165 y la de Chad 166. Tiene una cama inmensa, una terraza que deja ver la playa, una sala y un baño de ensueño y una nevera con todo lo que me podía imaginar, cojo una barra de chocolate cuando alguien toca. Me levanto y abro la puerta.

- ¿Ustedes? -no me responde, sólo me abrazan.

- Aunque no lo creas te extrañamos, hija. -dice mamá todavía abrazándome.

Después de un abrazo como de diez minutos me soltaron. Ellos estaban al tanto que me había venido de la hacienda pero no sabían el motivo fundamental. Mamá y papá habían prometido no decir donde estaba ya que ellos sí sabían donde me encontraba, en el apartamento de Chad.

- ¿Y ahora sí nos vas a decir por qué te viniste y te separaste de tus amigas? -pregunta papá alzando una ceja y debo decir que se ve chistoso.

- Ya les dije, ustedes más que nadie saben que hay veces me gusta estar sola. -digo mirándolos.

- Entonces, ¿por qué te fuiste con Chad? -pregunta mamá.

«Salieron más inteligentes que nosotras dos» La Isabella Lujuriosa me acusa.

- Pues... Porque quería estar lejos de mujeres no de hombres. -digo mirando por la habitación.

- Mi amor, te conozco, por algo soy tú madre, y sabes que puedes confiar en nosotros, ¿cierto Mathew? -mamá mira a papá y este mira su celular. Y mamá limpia su garganta.

- Claro, sí, desde el principio sube que era medio raro tú amigo, hija. -dice papá mirando el celular todavía.

- No hablaba de eso, Mathew Benedict O'connell. -dice mamá en tono duro.

Escapando de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora