|Capítulo 28|

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ISABELLA POV's

Juro por el trasera de Nick Minaj que no volveré a tomar así. Creo que estoy jodida.

Abro los ojos y gracias a Dios las cortinas están cerradas. Cierro mis ojos y espero un momento y los vuelvo a abrir. Me siento en la cama.

Miro la habitación y no es la mía, aunque parezca imposible de creer ésta es aún más lujosa que la que tengo.

La cama es aún más grande, hay sofás en la habitación, el salón se ve a lo lejos.

¿Qué pasó ayer?

Doy un bostezo y la boca me duele como a rata podrida, por Dios esto no es digno de mi. Miro la mesa de noche y hay una pastillas con un cartel que dice "cómeme" y a su lado está un vaso de agua con otro cartel que dice "bebeme".

No creo que las chicas fueran tan consideradas de hacer esto. Finalmente las tomo y me las meto a la boca.

Me levanto de la cama y voy al baño, no hay nadie. Recuerdo que Chad cuando estábamos en su apartamento me dejaba notas a veces para decir donde iba. Debió de ser él el que hizo todo esto.

Llegó al cuarto y en un sofá, en la esquina de la habitación veo mi ropa, el pantalón vaquero, la camisa negra y la chaqueta vaquera que tenía perfectamente doblada y a su lado los tenis blancos. Miro mi cuerpo y veo que tengo una camiseta gris sin mangas y me llega a los muslos. ¿Acaso esto es de Hulk? No creo que a Chad le quede buena.

Pero... El que usa estas camisetas no es él. Es Nicholas.

Miro la cama y veo una nota amarilla como las otras y está sobre la almohada.

"... Sí, dormí contigo."

Siento miedo, bueno no, pánico es lo que siento y voy donde está la ropa, tengo que salir de aquí. Me pongo mi ropa. Me peino el cabello con las manos. Cojo la camiseta en mis manos y voy a salir cuando oigo cuando abren la puerta, siento un escalofrío por mi cuerpo y aparece una mujer uniformada. Reconozco el uniforme, es el que utilizan las empleadas de este hotel.

Deja una carro y unos platos, saco valentía y salgo antes que la mujer habrá la puerta.

- Espera, no te vayas. -digo con voz ronca y la mujer voltea a mirarme.

- Buenos días señora, pensé que dormiría hasta más tarde. -dice y finaliza con una sonrisa.- no planeaba despertarla como ordenó su esposo.

- ¿Esposo?- no entiendo nada.

- Sí señora, su esposo dio orden que a las ocho en punto le subiéramos el desayuno y no la despertáramos. Lamento haberlo hecho. - baja la cabeza.

- Me podrías decir ¿cómo era mi esposo y a que horas llegamos?- Pregunto y ojalá me responda.

- Bueno, no entiendo porque me pregunta eso pero le diré.- mueve su cabeza hacia atrás como tratando de recordar.- Es un hombre alto, creo que rodeando los dos metros, ojos azules, cabello rubio, tez blanca y barba...- hace una pausa y después sigue.- tenía acento inglés y era muy... Muy mus-musculoso, señora. En cuanto a la hora, no estoy segura pero creo que fue a las cuatro de la mañana.

«Es él y nos vinos a buscar» La Isabella Lujuriosa brinca de la alegría con una sonrisa perversa en sus labios.

- Muchas gracias, el desayuno no lo tomaré aquí.

Ella sale de la habitación con el carrito y yo tras de ella. Al salir me doy cuenta que estaba en la Suite Presidencial.

Desesperada bajo hasta el cuarto 165 y entro con mi llave. Todavía llevo la camisa en mi mano.

Escapando de élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora