-Debemos pensar en un nombre mejor que el mago de la levitación-le insistió Heben a Crista, mientras ella se maquillaba mirándose en el gran espejo de cuerpo completo de la habitación.
Ella suspiró.
-¿Qué tal, el mago de la gravedad?-preguntó delineándose el ojo con un negro intenso que hacía resaltar sus ojos celestes como una muñeca antigua.
Heben negó con la cabeza poniendo mala cara. Su mal humor estaba volviendo, no por el nombre sino porque tendría que hacer un show preparado en veinte minutos y sin escenario fijo. Quizás, nadie les prestaría atención y quedarían como estúpidos haciendo un espectáculo sin espectadores en el medio de la calle.
Él se sentó en la cama cuando Crista había terminado con sus retoques. Luego, ella se acercó hasta él y con una sonrisa de apoyo se sentó sobre Heben, de cara a él. Este se sorprendió al principio y después sonrió complacido.
-No me ayudas demasiado-le recriminó Crista.
-No tengo mucha imaginación-contestó lanzando su cabeza hacia atrás como si estuviera harto y posó sus manos sobre la mitad de las caderas de ella.
Crista lo miró con una expresión que a Heben le pareció bastante sexy.
-Quizás, gravedad cero...
Heben se lanzó a reír.
-Creo que no ¿Y si lo dejamos con mi nombre y el tuyo? Después de todo, serás mi linda asistente.
-Ah, la típica que se acuesta con el mago-los ojos de Heben centellearon ante aquellas palabras y ella se encogió de hombros al darse cuenta de lo que había dicho.
-Yo les pondría El maravilloso Heben y Crista, la princesa de hielo-inquirió de repente Camila entrando en la habitación y sentándose junto a ellos, ignorando el momento de pareja a solas que estaban teniendo, si bien los dos habían cerrado la puerta a propósito, Camila lo había ignorado por completo.
Los dos se sorprendieron y Crista, de inmediato, se sentó al lado de Heben con la cara roja como un tomate.
De repente, sopesaron las palabras de la niña. Intercambiaron miradas.
-Me gusta lo de princesa de hielo-le dijo Crista a Heben con una sonrisa.
Él enarcó las cejas.
-Creo que te queda perfecto, pero, a mí no convence. Lo siento-le dijo a Camila quien parecía ponerse mal-Es que es un eslogan muy usado y...
-Heben es algo especial-añadió Crista-No le convence nada-suspiró intentando hacer sentir mejor a Camila-Aunque, yo me quedo con lo de princesa de hielo-le dijo.
-¡Qué bueno!-Camila sonrió satisfecha y se levantó de la cama dirigiéndose a la puerta. Miró a Heben tomando el picaporte con una mano-Tal vez, Heben el amargado-bromeó la niña y se fue antes de recibir respuesta.
Heben abrió grandes los ojos sorprendido por el trato de Camila y Crista reprimió una risa. Luego, inquirió:
-Los niños no mienten...
Heben la miró inexpresivo, aunque había un poco de enojo y sin hablarle, siguió preparándose. Aunque, Crista rio suavemente creyendo que el nombre iba perfecto.
La costa, iluminada por las luces de los autos que pasaban por las calles a velocidad media, los restaurantes, negocios de recuerdos, de ropa y objetos y las columnas de la vereda, brillaban con intensidad en una noche despejada y llena de estrellas que parecían sonreírle al cielo.

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Exilio
Roman pour AdolescentsHeben y Crista escapan de Rosae Crucis hacia un nuevo destino teniendo en sus manos la piedra filosofal. Los dos comienzan con una nueva vida alejándose de sus amigos y sin poder mirar atrás...